Corredores a seguir en 2020 – Jasper Stuyven: “Voy a entrenar menos y a estar más relajado”

Por David Hunter

Jasper Stuyven terminó 2018 en una forma impresionante, posiblemente, la mejor de su vida. Eso motivó que se hablara mucho durante el invierno siguiente, y sobre todo, que se esperara aún más de él en 2019.

“Tenía una enorme motivación de cara a 2019, más con el curso previo como respaldo. Creía que estaba listo para obtener un triunfo de mucha entidad”, dijo en exclusiva a Ciclismo Internacional.

Antes de seguir, hay que aclarar algo: no se confundan, Stuyven ya tenía un par de dianas de peso. No olviden que este ciclista se llevó la Kuurne-Brussels-Kuurne 2016 de un modo magistral, o que atesora dos parciales del Binck Bank Tour en su palmarés. Sin embargo, Jasper ansiaba más, un Monumento o una clásica de renombre como la Gent-Wevelgem. Lamentablemente, las cosas no iniciaron como él esperaba, puesto que abandonó Algarve con un duro golpe a cuestas. Eso le arruinó el primer objetivo, Omloop y Kuurne.

“Estoy convencido de que esa caída me lastró. Sí, me sentía recuperado al partir ese fin de semana en Bélgica y llegué muy fino, casi que en mi límite, pero mi cuerpo no tenía reserva alguna para lidiar con las consecuencias de un accidente. Eso me dejó K.O. y acabé enfermo”, repasó.

Eso se unió a las pobres prestaciones de Trek-Segafredo. En los papeles, uno de los bloques más fuertes para las clásicas, con el propio Jasper, Theuns, Pedersen, Degenkolb y Kirsch. Pero nada salió según los planes y el equipo se sumió en un mar de frustración, palpable en cada declaración.

“Sí, fue muy frustrante. De inmediato entendí que no sería mi año. Asimismo, eso me hace valorar lo cerca que estuve en Gent Wevelgem, cuando me quedé a unos 15 metros de Politt en el Paterberg; igual que en Flandes”, ratificó el brillante atleta.

El ciclismo es como cualquier aspecto de la vida, aprender de los errores. Por eso, resulta interesante conocer en qué considera haber fallado Stuyven, un hombre con un historial ganador..“Debo aceptar que no existe la perfección. Debo apuntar menos a ser perfecto”, refirió con simpleza.

Una vez acabadas las clásicas para él -con un 27° puesto en la París-Roubaix- vino un descanso para enfocarse en nuevos retos. “Realmente quería parar, desconectarme. Por otro lado, también pude realizar una concentración en altura de cara a los meses posteriores. El primer objetivo de ese período, volver a ser mi mejor versión”, reconoció.

Y el plan funcionó. En el Tour de Suiza lució genial, firmando un 5° y un 3° en parciales de la cita helvética y contra gente top, encaminada al Tour de France. Además, lanzó de maravillas a John Degenkolb, casi como en sus mejores épocas los dos. “Cuando inicié la concentración en altura, a principios de mayo, sentí que estaba recuperado enseguida. Eso significó un enorme impulso moral que me permitiría pelear por ganar de nuevo”, contó.

En el Tour, Jasper confirmó sensaciones con nueve top 10, su mejor registro en la ronda francesa y en cualquier otra de las grandes vueltas. No obstante ello, él no salió tan feliz. “Fue frustrante, porque parecía que siempre sucedía algo que me dejaba sin nada. Como si tomara la elección errónea cada vez, o como que siempre había alguien más fuerte, rápido o inteligente… Hoy aprecio los números, y el punto alto fue la etapa 3, durísima, en la que clasifiqué 3°”, indicó.

Concluido el Tour, como en años previos, aprovechó el fondo de dicha carrera para brillar en el tramo final de la campaña. Entre agosto y octubre disputó 13 pruebas y fue top 10 en 11. Imponente. Tanto como para consultar cuál es su secreto para rendir en una época del año en la que la mayoría va hacia abajo. “Ni idea… Quizás el hecho de correr más relajado, o de que los demás lo estén. Honestamente, no sé cómo explicar mi funcionamiento en ese tramo del calendario”, tiró.

Lo concreto es que estuvo intratable, y que sumó su primera clasificación general. Fue en el Tour de Alemania, donde no bajó del top 5 en ninguna de las cuatro etapas. “Me produjo cierto estrés correr por el título, algo completamente nuevo para mí. Pero pude disfrutarlo”, aseveró Stuyven, que nunca pensó en quedar fuera del Mundial.

De hecho, casi nadie creía que él no sería miembro de la Selección belga en Yorkshire. Y aunque nunca lo sabremos, considerando que el 8° puesto de Van Avermaet sabió a poco, todo apunta a que fue un error dejarlo en casa. “Por supuesto, estaba desilusionado. Siempre pensé que merecía un hueco, no por los resultados, sino porque siempre sé jugar un rol como hombre de equipo”, opinó, aunque evitando un poco el tema.

Incluso con el mal trago mediante, la forma de Jasper no se detuvo. Y tampoco la de sus compañeros, que regalaron a Trek un bello cierre estacional que incluyó festejos en Primus Classic (Theuns), GP d’Isbergues (Pedersen), Mundial (Pedersen), Il Lombardia (Mollema) y Japan Cycle Cup (Mollema). ¡Qué diferencia con la primavera!

“Fue sensacional. Las buenas vibras en el equipo confluyeron, generando un gran momento. Creo que la primavera de 2020 será especial, con Mads vestido de arcoíris  y todos los demás hambrientos por enseñar en las piedras lo que hicimos en estos últimos meses”, avisó.

Justamente, de cara a 2020, el atleta tiene la clave para intentar modificar lo que salió mal en la recién concluida temporada. “Entrenar menos y buscar estar más relajado”. Algo que la mayoría de los deportistas aprende demasiado tarde en sus vidas. Quizás se sorprendan al leer que un deportista profesional habla de entrenar menos, pero tiene razón y no siempre más es mejor.

Apenas tiene 27 años, mucho talento y forma parte de un bloque para las clásicas top, si es que consiguen encontrar su forma como en este septiembre mágico. Y en ese contexto, Stuyven será un hombre a seguir.

En la despedida, él deja sus mejores momentos de 2019:

“El nacimiento de mi ahijado, el título Mundial de Mads y mi victoria general en Alemania”.

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