1984, el año en que Colombia entró oficialmente a la élite del ciclismo mundial
Por Oscar Trujillo Marín
Durante la guerra fría la URSS no solo era una de las dos superpotencias nucleares y armamentísticas del mundo, en materia deportiva su poderío era igualmente intimidante.
Por ortodoxia política, sus atletas no podían ser profesionales en el decadente modelo capitalista del enemigo. Siempre competían bajo bandera del decadente modelo soviético en categoría amateur en ciclismo, privándose el Tour de Francia (y otras pruebas profesionales que se corrían solo con equipos de marcas comerciales) de ver a rutilantes figuras que incluso barrían en JJOO.
Una de esas más destacadas luminarias del pedalismo soviético fue Serguei Soukhoroutchenkov, quien aparte de ese interminable apellido imposible de escribir bien a la primera y que no cabía en su carnet de identidad, era un ciclista extraordinario. Había vencido de forma categórica en el Tour de l’Avenir de 1978 y en el del 79, además fue medalla olímpica en Moscú 1980 en ruta. El ruso era el gran favorito para ganar su tercera ronda francesa consecutiva, (la más importante del mundo para corredores amateurs) que, no obstante, por esos años y sin restricción de edad tenía un nivel altísimo. Entre sus campeones se pueden contar Felice Gimondi, Joop Zoetemelk, Greg Lemond, Laurent Fignon, Marc Madiot y Miguel Induráin, entre otras leyendas de este deporte.
En una de las primeras etapas de media montaña de esa edición, Alfonso Flórez, un corredor menudo y liviano de la selección colombiana que había ganado la vuelta de su país el año anterior, se metió en una fuga y obtuvo 5 minutos de renta. Ya no se quitó la amarilla hasta el final de la prueba. El corredor nacido en Rusia, en principio, no se preocupó por tan exótico e inofensivo ilustre desconocido, el cual esperaba cayera muy pronto. Confiado en que con su enorme poderío en la montaña iba a recuperar lo que era suyo. Flórez, escalador de raza, no se amedrantó y supo estar a la altura del ruso (aunque los separaban 20 cm y más de doce kilos), e incluso logró superarlo en alta montaña. Así se convirtió en el primer corredor no europeo que ganaba dicha prueba. Toda una hazaña para la época y piedra fundacional de una era dorada para el ciclismo colombiano que explotaría, muy poco después, en 1984.
Alfonso Flórez
Sin embargo, este no fue el primer triunfo en carreteras europeas para un ciclista colombiano. A principios de los setentas, Martín Emilio “Cochise” Rodríguez (El Merckx colombiano de los sesentas que barría en todas las pruebas, incluso en pista) corriendo para un equipo italiano, había participado ya en un Tour de Francia y 3 Giros de Italia. De hecho, ganó dos etapas en la ronda transalpina. “Cochise” era un fuera de serie en su país, solo que dio algo tarde el salto a profesional en el viejo continente, ya en su ocaso, siendo treintañero. Ese fulgor fue una isla, una grata excepción que no tuvo continuidad en su momento. Así que, oficialmente, el primer gran triunfo de corredores colombianos en una general importante en suelo europeo fue este, y la gran llave para lo que llegaría poco después.
Volviendo al Tour de L’Avenir de 1980, desde entonces, (vista la exhibición que dieron en las cuestas Patrocinio Jiménez y el campeón Alfonso Flórez) las invitaciones a correr en territorio europeo subieron como la espuma. En las siguientes ediciones, el protagonismo en la prueba se mantuvo: podio de Jiménez en 1981 y varios corredores en top 10 posteriormente. Hasta regresar a los más alto en 1985 con Martín Ramírez. Pero esa primera semilla de triunfos ya había ido dando frutos progresivos durante ese lustro. Cabe destacar que una formación colombiana ya había asistido a dicha prueba en 1973, donde dos de sus hombres hicieron top 10 final, (Abelardo Ríos 9° y Luis Díaz 10°) pero ese proceso no tuvo continuidad. Incluso Ríos ganó la camiseta de la montaña.
Centrándonos en 1984, el año clave para la llegada a la élite mundial del ciclismo colombiano, durante esa temporada por primera vez en la historia un equipo aficionado del país cafetero fue invitado al Dauphiné Liberé (así se llamaba en ese entonces). De forma increíble y contra todo pronóstico, Martín Ramírez venció mano a mano al mismo Bernard Hinault, quien ya estaba en su punto máximo de forma para disputar el Tour de Francia pocas semanas después, donde finalmente hizo segundo por detrás de Fignon. Para dimensionar algo realmente insólito, increíble y muy meritorio, el podio lo completó ¡Greg lemond! y el resto del top 10 fueron: Pascal Simón, Robert Millar, Phil Anderson, Marino Lejarreta, Stephen Roche, Peter Winnen y Steven Rooks. Con muy pocas ausencias, los mejores vueltómanos de la época.
Como si esto fuera poco y para valorar mejor tal proeza (eran aficionados y nunca habían corrido en Europa, de hecho, ni montado en avión la mayoría) el modesto equipo “Leche La Gran Vía” acudió ¡solo con 6 hombres! No había presupuesto para más: Pablo Wilches, Pacho Rodríguez, Armando Aristizábal, Alirio Chizábas y Reynel Montoya, (cuando se podían alinear 9) de los cuales a mitad de carrera ¡ya quedaban solo dos! Wilches y el campeón Ramírez, que resistieron de forma heroica todos los ataques del laureado bretón, Lemond y compañía. Hasta terminar distanciando a la leyenda Hinault, en su esplendor, por 51 segundos. En una gesta admirable, impresionante incluso si la hiciera en este tiempo un equipo profesional: hay que ser muy bueno para -con solo dos corredores- ganarle a esa gente de tanta calidad y clase a dos semanas de iniciar el Tour de Francia. Proeza que, sin duda, dio más confianza a toda una generación de brillantes escaladores.
Pero es que un mes y medio atrás en abril (en esa época la ronda ibérica se corría en primavera) en la Vuelta España del 84, Edgar “el Condorito” Corredor (que apellido más oportuno) y Patrocinio (que no tenía la culpa de llamarse así) Jiménez, fichados por el Teka español para esa temporada, en su primera participación en carretas españolas hicieron 5° y 7° en la general, respectivamente. Siendo además Edgar, el mejor joven de la carrera. Era un hecho, la nación cafetera tenía un potencial evidente y muy alto para el ciclismo de ruta, daba pasos de animal gigante mostrando un poderío temible en la montaña.
Aunque un año antes (y eso les había valido su contrato con Teka a Edgar Corredor y Patrocinio) el verdadero debut de una escuadra netamente colombiana en una de las tres grandes vueltas fue en el Tour de Francia de 1983, con el equipo aficionado Pilas Varta. Al cual la organización le hizo hueco de excepción a pesar de ser Amateurs, por la gran sensación que empezaban a causar esos audaces y agresivos escaladores andinos en el Tour de l’Avenir y otras carreras menores donde ya eran invitados. En ese equipo estaban algunos de los mejores corredores nacionales, pero ninguno de ellos tenía rodaje en una gran vuelta profesional.
En entrevista con el diario el Tiempo, hace unos años, Patrocinio Jiménez contaba esa experiencia. Casi para todos era el primer viaje a Europa… ¡y de una vez a debutar al Tour! con nula experiencia en carreras de ese enorme nivel profesional, al respecto el genial escalador dijo: “pagamos las novatadas habidas y por haber. Para resumir, yo fui líder de la montaña durante 18 etapas, llegué a ser séptimo en la general, pero todo se derrumbó porque no hubo táctica, porque en una etapa de las últimas ya, se me rompió la bicicleta y el auxilio mecánico llegó cinco minutos después; porque no sabíamos atacar, dónde acomodarnos… como proceder y porque a punta de maña y experiencia nos molieron los otros equipos. Pagamos la ingenuidad”
Lo más impresionante de todo es que a pesar de la modestia del corredor boyacense, ese equipo absolutamente neófito en el brutal ambiente y ritmo de la prueba por etapas con diferencia más estresante y dura del mundo ¡aún así lograron colar dos hombres en el top 20 final de la general!: el mismo Patrocinio (17) y Edgar Corredor ¡con solo 22 años! (16). Una verdadera hazaña que ya quisiera hoy el Israel Cycling Start Up Nation o el NTT de Riis.
Con respecto a las “sofisticadas” aunque abstractas estrategias (más bien carentes de ella) del inexperto equipo, Jiménez confesó: “Las órdenes eran: “Busquen el mejor lugar”, “vamos a hacer lo mejor posible”, “tratemos de perder el menor tiempo” “traten de no caerse” … La verdad es que utilizamos más la fuerza que la inteligencia. Eso nos mató”. Confesó con humildad de Patrocinio, uno de los mejores escaladores puros de la historia de una nación donde estos se dan de forma silvestre, que eso ya es mucho decir. Cualquier equipo profesional actual debutante firmaría ese resultado, donde para colmo hicieron top 5 en varias etapas de montaña.
La Guinda del pastel llegaría en el Tour de Francia del año 1984, el que partió en dos el ciclismo en uno de los países con más pasión por este deporte en el mundo. A raíz de su buena actuación que sorprendió a los franceses, fueron invitados de nuevo y la Federación Colombiana armó una especie de selección nacional, pero bajo el mecenazgo de la marca de Pilas Varta, con lo mejor que había en el momento, en su mayoría aguerridos especialistas en alta montaña. Entre ellos, uno de los más grandes escaladores de todos los tiempos, Luis Herrera, quien por entonces tenía solo 23 años. Un mito estaba naciendo.
La curva doce de Alpe d’Huez lleva el nombre de Lucho Herrera desde el 16 de julio de 1984. “Lo que va suceder sucede, porque yo no había comenzado muy bien esa etapa de duros encadenados. Incluso había perdido como tres minutos, pero faltando dos premios de montaña aún mis compañeros me animaron: me dijeron que yo tenía con qué disputarla. Así que logramos alcanzar al grupo de punta. Luego una vez empezó la última subida, fuimos siete corredores lo que salimos en fuga, entre ellos Fignon y Millar, pero en un momento decidí atacar y ya nadie puedo alcanzarme. Allí me encontré con el Alpe de Huez”, recordó Herrera en entrevista con el diario El Espectador en su momento. Lo dijo sin darse importancia, como si se hubiera encontrado una moneda caminando por la calle.
Ese día surgió una leyenda. La de un escalador fuera de serie, ganador de etapas y la montaña en las tres grandes y de una Vuelta a España, dos Dauphinés entre muchos otros logros importantes. Considerado como uno de los mejores de la historia en dicha especialidad. Ese año también fue, al mismo tiempo, el ingreso oficial de Colombia a la élite, a las grandes ligas del ciclismo mundial. Donde desde hace un tiempo ya, ha regresado para quedarse. En la que con baches a veces propios y en otras provocados por cierta ingrata sustancia que ponía a subir como un cohete incluso a un armario nórdico como Riis, esperemos que permanezca por mucho tiempo, en coherencia la enorme pasión de su afición e importancia masiva de este deporte en toda su idiosincrasia y ADN.
Como nunca llueve a gusto de todos, el niño que era yo en 1984, se aficionó de tal manera al ciclismo, que al empezar ese año (debido a los nacientes éxitos de corredores nacionales) a trasmitir el final de las etapas de grandes vueltas por televisión (que en Colombia era entre 9 y 10:30 de la mañana) me escapaba del colegio a una cafetería del centro de mi pueblo, La Plata, en el Huila, donde iban jubilados y empleados judiciales y de la alcaldía a tomar café, cerveza fumar cigarros y a hablar de política. Allí había un televisor grande y gente que debía estar siendo productiva a esa hora, pero al igual que yo, no lo hacían. Me amontonaba con ellos, siendo un renacuajo aún, viendo las hazañas de los ídolos nacionales. Con la cantidad de ausencias que junté entre Vuelta España y Tour de Francia, -más las carreras que seguía por radio-, después de haber sido un niño estudiante excelente, reprobé de forma inapelable séptimo grado. Colombia ganó mucho en materia ciclística pero mi perdición como apasionado terminal de este deporte empezó un camino inexorable al abismo del que aún no se levanta.
Oscar Trujillo Marín¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional
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Excelente
Gran historia. Gracias
Eselente esotico epetacular Bravo !!!!
Una gran crónica, es devolverse casi 40 años, todo lo relatado aquí fueron momentos muy apasionantes. Yo ya trabajaba en ese entonces y recuerdo que las carreras se transmitían por radio y por televisión, en la oficina tenía camuflado el radio en el cajón del escritorio y cuando ya estaban para llegar a la meta, salía a un bar que había al frente, con el pretexto de tomarme un tinto y veía el final de la etapa por televisión.Tengo que confesar que muchas veces se me salieron las lágrimas de la emoción al ver las victorias conseguidas por Lucho Herrera, Martín Ramírez, Fabio Para y tantos otros grandes ciclistas cololmbianos. ¡Qué tiempos aquellos!
En el año 1987 cuando lucho Herrera ganó la vuelta a España , dure con un compañero de infancia 21 días sin ir a estudiar, salíamos de la casa con el uniforme del colegio y nos íbamos para un parque que quedaba en un barrio que se llama la aldea en fontibon, llevábamos ropa y nos cambiábamos , sacábamos un radio transistor que me había regalado mi padre y nos poníamos a escuchar la vuelta a España, cuando regrese al colegio me dijeron que tenía que llevar a mi acudiente porque había perdido el año por fallas.
-pese a que mi infancia ni mi adolescencia fue marcada por una bici física – El ciclismo logró un flechazo anímico de tal desproporcíon que marcó un hito de superación y de auto estima . Los años 84 y 85 hacía 4° y 5° en una escuela de Valledupar, donde mantuve bajo rendimiento en clase. No tenía conciencia de estudiante activo. No me gustaba las matemáticas y no encontraba sentido a la educacíon. Pero los locutores de la época los triunfos de Lucho herrera y Fabio parra , florecieron en mi mente despertando mi colombianidad mis ganas de triunfo mi interés y motivación anímica en clase. Mis deseos de avanzada y esa lucha feroz por no estar desactivado en la retaguardia de las clases. El ciclismo cambió mi mentalidad . Simplemente esos titanes en bicicleta forjaron en mí un nuevo muchacho capaz , activo y reaccionario antes os problemas las dificultades como desafíos para subir a la cumbre.
Solo para acotar que el primer equipo de pilas varta que fue al Tour también era una especie de selección nacional, todos eran muy buenos y ampliamente reconocidos en esa época. Era lo mejor que se podía llevar en ese año. Los demás eran muy jovenes para ese año, inexpertos y sin el fondo necesario. Herrera, tenía solo 22 o 23 años, apenas el año anterior había gabado el Clásico RCN (creo además que para ese año había una normativa del Tour que no dejaba correr ciclistas menores de cierta edad). Tampoco estaba Parra que se había retirado del ciclismo y también era muy joven. Así que lo mejor estaba allí, Patrocinio y Flórez los líderes naturales. Otros jóvenes que luego irían al Tour de France fueron Samy Cabrera, Tomate Agudelo, Rogelio Arango, Pinocho Corredor.
Aparte de lo anterior, no tengo en mi nemoria que hayan ido al Tour el sardino Gutiérrez y Ramón Tolosa, este último hermano menor de Rafael Tolosa, mas longilineo y mejor escalador que su hermano pero no se porqué no fue a más. Si alguien me cuenta de Ramon Tolosa, le agradecería mucho.
Excelente crónica. Bellos recuerdos que nos llenan de nostalgia y orgullo.
Que buen articulo Oscar, la cereza del pastel más cuando ayer estuve viendo ciclismo a lo loco incluyendo la etapa de herrera en alpe de huez y como dejó tirados a hinault y fignon.
Y entro para ser protagonista de primer nivel
Ese “Virus que se te pego” = que para muchísimos Colombianos de ello no se tendrá cura nunca. Lo bueno es que estaremos vivos para seguir con esta gran pasión y ojala sin el tal “covid ese”.
me he reído bastante con tus frases.
“siendo un renacuajo aún”, “después de haber sido un niño estudiante excelente, reprobé de forma inapelable séptimo grado”.
“Colombia ganó mucho en materia ciclística pero mi perdición como apasionado terminal de este deporte empezó un camino inexorable al abismo del que aún no se levanta”.
Que bien articulo. Me senti identificado cuando me perdia para ver las carreras por tv. Muchas gracias
Un excelente artículo, con un hilo conductor bien cohesionado, Patrocinio, soltaba las manos del manillar, para molestar a los europeos en la montaña. Julio Arrastia y Héctor Urrego, se las ingenian para poder transmitir , esas son otras historias.
maravillosa época, recuerdo que me levantaba a las 6 am a escuchar la radio, al viejo requetemacanudo, que ademas les regalaba bicicleta de su bolsillo a muchos ciclistas en sus inicios, el dauphiné del 84 fue sensacional para Colombia donde Gano 2 etapas con Pacho Rodriguez, que dicho sea de paso era el líder de la carrera, pero creo un dolor de rodilla en una etapa de intenso frió lo hizo retirar, pero fue el negro Martín Ramirez quien enarbolo la bandera nacional y se enfundo la amarilla para no soltarla ya mas y conquistar ese triunfo maravilloso para Colombia, donde ademas en el 88 y 91 ganaría con Lucho Herrera.
Buenisimo reportaje don Oscar y la forma como lo escrive usted agrada mucho …que hay sobro un ciclista de esa epoca que poco se escribe y fue una de los mas dotados fisicamente, me refiero a Rafael Antono Ninio. Seria interesante escrivir sobre este ciclista con record de vueltas a Colombia y muchas mas carreras.
UF que emoción recordar. Conozco todo el ciclismo de esa época,amis70abriles,le pedía a Dios que no me dejara ir sin ver un colombiano campeón del tour,grande nuestros ciclistas,magnífica crónica mil graciasssssss
Que bello es recordar esas épocas, sin duda los 80 fueron una década especial para el ciclismo colombiano y mundial. Felicitaciones Oscar buen artículo. Un detalle Hinault en el 84 después de ser segundo en la Dauphiné no gana el Tour, ese año ganó Fignon
Siii, tienes razón, en el 84 recién salido de la tendinitis que lo lastró en el 83, Hinault fue “apenas” segundo, su resurrección (exhibición incluida con Herrera y Parra en la montaña fue en el 85), me dio tanta nostalgia (de la buena) escribirlo que me emocioné de más. Gracias.
Buenas Oscar las coincidencias de la vida, perdí octavo en 1985 por volarme de clase a ver tour y vuelta a España y de un pequeño pueblo y de una tierra netamente ciclistaca La Uvita Boyaca hogar del gran escalador Norberto Cáceres el “Cacerolo”. Ojalá se investigara de las hazañas de este paisano. Muchas gracias por esas crónicas.
Miguel Ángel para ampliar su comentario le doy el top 5 de los grandes escaladores puros de Colombia en todos los tiempos: Lucho Herrera, José Patrocinio Jiménez, Nairo Quintana, Norberto Cáceres y Mauricio Soler…
No podemos olvidar a Ramón Hoyos a Rafael Niño a Israel Corredor a Oliverio Rincón y MA Lopez y Egan Bernanke y me quedo corto nombrando a estos nomas
Buen articulo! Muchas gracias. Me transportó a la época, cuando madrugaba a escuchar las carreras, y a media mañana las veia en television.. Habia un comercial que me gustaba mucho: “Haaaga el caaambiioo, ya lo hice con rimula” ja ja ja
Qué valioso recorderis, muy importante, nuestro ciclismo es granndeee, inmenso, respetable y con una gran distancia sobre los demás deportes.
No olvidar a Álvaro Pachón, Miguel Samaca, Arturo Matamoros, Cacaito Rodríguez, Epifanio Arcila, Carlos J Siachoque, Álvaro Mejía, Pablo Wilches, Marlon Pérez, Julio A Rubiano, Tomate Agudelo, Oliverio Cárdenas, y tantos que han hecho sentir orgullosos
Cristóbal Pérez,Pinocho corredor,polaco Bohórquez,Ramón toloza ,Rafael Toliza,Carlos E Gutiérrez,Abelardo Rondón,Gerardo Moncada,Antonio Londoño,tomate Agudelo,Gonzalo Marín,Néstor Mora,Martín FarfanRogelio Arango,Iván Parra,Oliveio Rincón,Alberto Camargo,Hernán Buena hora,Omar Hernández,Pablo wilches,Víctor H Peña,Carlos m Jaramillo,Chepe González,Mauricio Soler,Félix Cárdenas,
Gerardo Moncada no fue tambien un jugador de nacional en la epoca del 70? Lo llamaban el aleman.
Muy bueno el reportaje para el recuerdo nos quedamos cortos cuando dicen que el ciclismo debe ser declarado deporte nacional debería ser declarado OBLIGATORIO
Una buena crónica, pero a la que debería corregir varios errorcitos
«En una de las primeras etapas de media montaña de esa edición, Alfonso Flórez, … , se metió en una fuga y obtuvo 5 minutos de renta. Ya no se quitó la amarilla hasta el final de la prueba.»
• Al final de la 4ª etapa, Flórez se metió en una fuga que le tomó más de 5 minutos a los favoritos de la carrera y quedó en el 5º lugar de la CG a 1:30 del líder, el ruso Yuri Barinov. El colombiano alcanzó el liderato en la siguiente etapa, 5ª, al llegar en una fuga de siete ciclistas que tomó más de dos minutos al líder y a Soukhoroutchenkov.
«No había presupuesto para más: Pablo Wilches, Pacho Rodríguez, Armando Aristizábal, Alirio Chizábas y Reynel Montoya, (cuando se podían alinear 9) de los cuales a mitad de carrera ¡ya quedaban solo dos! Wilches y el campeón Ramírez…»
•La carrera se corrió del 28-mayo al 4-junio, con un prólogo y siete etapas, 1ª y 7ª divididas en semietapas. Pacho Rodríguez ganó la 5ª etapa y se retiró en la 6ª. Así que a mitad de carrera todavía quedaban tres ciclistas del equipo.
«Hasta terminar distanciando a la leyenda Hinault, en su esplendor, por 51 segundos175
•Ramírez le tomó 27s a Hinault.
Gracias Sonja por sus puntualizaciones. En el 84 yo tenía 12 años y esa carrera la escuché por radio (no hubo transmisión por TV) tengo buena memoria pero no tanto. Como siempre que se escribe acerca de historia no hay más remedio que acudir a fuentes lo más serias y rigurosas posibles, como supongo que lo habrá hecho usted y tras mirar otras más, uno no tiene más remedio que fiarse y jugársela con la que parezca mejor. Salvo en la hemeroteca de “el Tiempo, El Espectador… y alguna que otra página extranjera de estadísticas, los datos son pocos y no muchas veces -como en este caso- coinciden con exactitud. No hay vídeos ni imágenes apenas de esta carrera como si ocurre hoy en día. Si fue en la plena mitad de la carrera o un poco antes o después, si fueron 27, 37 o 51 segundos… si hacían 20 0 22 grados, si el camión que llevaba las bicicletas era Scania o Peugeot, rojo o verde, si tenía 10 o 12 ruedas… Yo no estuve allí para corroborarlo.
De la misma forma que cuando escribe alguien sobre el desembarco de Normandía, poco importa si fueron 132000 hombres o 132012, si eran 3120 tanques o 3138, quizás salvo los que estuvieron allí al mando, nadie lo podrá saber con exactitud jamás. Lo que importa en este caso es el contexto, las circunstancias, la trama el sentido el fondo de heroísmo de la historia que fue lo único que quise trasmitir en el relato. Intentar escribir sobre historia con un rigor infalible cuando todos leemos de muchas fuentes que tampoco estuvieron allí, ni fueron jueces in situ, es complicado. Pero gracias de todas formas, ayer otro usuario en Twiter me afirmaba cosas diametralmente distintas a lo que ud me dice, por matices nimios… Nadie me aporta las planillas oficiales de la carrera… Lo han leído de un libro o artículo de un periodista que se ha basado en una hemeroteca…
Por otro lado veo que ud misma en Twiter critica el hecho de que Fignon (según usted) no ganó el Tour de L’Avenir en 1988 sino que fue el “Tour de la Comunidad Europea”. Debería saber que una misma carrera cambia de nombre según los patrocinadores del momento pero sigue siendo la misma: mismos organizadores, dueños logística y se incluye en el mismo palmarés (como le ha pasado al Dauphiné al Giro del Trentino y a tantas clásicas más a lo largo de la historia). A usted le hace ilusión buscar esa clase de gazapos -justificados o no-, (pero si se llega a equivocar en su corrección, no pasa nada, ud, no arriesga nada) algunos muy baladíes, con todo el respeto del mundo, que quizás no sabremos jamás. Garcia Márquez bien lo dijo: “La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”.Imagine Usted a Robert Graves escribiendo la historia de la mitología griega o a Bertrand Russell escribiendo la historia de la filosofía lo que sufrirían en esos términos… Es un relato, ¡solo un relato! que buscaba rendir homenaje a una generación dorada que ganó contra todo pronóstico y con las uñas (largas o cortas, sucias o limpias, da igual). Un saludo.
Señor Trujillo, gracias por su respuesta.
Usted tiene razón en que cuando se hace un relato a partir de la memoria propia, se debe respetar lo que esta contiene aunque hayan hechos que no correspondan a la realidad de lo sucedido; pero, si lo que se pretende hacer es una crónica periodística, los datos deberían ser exactos. No es intrascendente que Flórez haya participado en las fugas de dos días consecutivos hasta lograr la camiseta amarilla que la haya conseguido desde la primera fuga. No es lo mismo que Rodríguez se haya retirado durante penúltimo día de la carrera que lo haya hecho faltando tres días. Y estos datos son fácilmente comprobables.
Y como usted lo hace, yo también puedo citarle algo de García Márquez cuando habla de periodismo: «García Márquez deja ver a cada instante su pasión por el dato exacto como punto de partida de la reconstrucción de la realidad: “Tuvieron que hacer… No, no vale para un reportaje. Lo hicieron o no lo hicieron”. ¿Se tomó dos o tres cervezas? No. ¿Dos cervezas? ¿Tres?”. “¿No vio el cartucho de droga? ¿Pero vio que no estaba o no vio que estuviera?»
Por último, cuando en Twitter dije « Aunque en el año que Fignon ganó la carrera, esta se denominaba Tour de la Communauté européenne; bajo este nombre se corrió entre 1986 y 1990.» estaba tratando de aclararle un error a uno de sus corresponsales, no a usted. No veo en dónde dije que no lo había ganado.
Gracias por su atención y espero con ilusión sus próximos relatos.
Saludos Sonja, traslado de RMC a CI, esperemos a German que pronto aparecera.
Buena crónica. Felicitaciones, nos hizo recordar grandes momentos…
Que buen artículo, recordar es vivir y mucho mejor de esta manera, lo que si me queda claro con esta crónica es que le debemos más gloria a personajes tan importantes y ligeramente olvidados como condorito , Alfonso Flórez y el gran Martín Ramírez,, entre otros que fueron los verdaderos precursores de esta gran toma europea de nuestro ciclismo.ciclismo que nos ha hecho gritar llorar y hasta desvelar con h de pasarle energía a nuestros campeones del alma y del corazón.
Gracias, gracias y mil gracias a la otrora generación de los 70 y 80 por permitirnos haber tenido el deleite de vivirlos y no tener que escucharlo de otros; Bienvenidos los presesesores campeones y dueños del ciclismo mundial que hoy ruedan las vías colombianas
Muchas gracias Óscar, excelente dejavu, yo solo un poco menos joven que usted, solo un poco jeje, gran crónica y grandes recuerdos!
Yo creo que los narradores y comentaristas de la época tuvieron mucho que ver en la afición Colombiana por el ciclismo, Carlos Arturo Rueda C, Piedraita, el viejo requetemacanudo, Ruben Dario Arcila, Hector Urrego, Oscar Restrepo, quienes ademas de comentar o narrar le ponían los apodos a los ciclistas, se pueden escribir muchos libros con la historia del ciclismo Colombiano.