Corredores a seguir en 2020 – Simon Pellaud, un suizo con alma colombiana

Por David Hunter

Algunos podrían considerarlo una prueba de carácter; otros un sueño roto. Pero como sea, Simon Pellaud ha estado ahí. En 2015, él era un joven de 22 años que gozaba de correr en el World Tour gracias al IAM Cycling. Lamentablemente, luego de dos temporadas, el proyecto cesó y Simon quedó en la nada, buscando un hueco para continuar en el profesionalismo. Hoy, nuestro invitado recuerda el hecho en una nota exclusiva.

“La situación no fue fácil. Había sido el último fichaje, el más joven y el de menor capacidad probada. Tuve que pelear cada momento para demostrar mi valía. Trabajé para los líderes e hice todo lo que me pidieron pero, al concluir mi segunda Vuelta a España estaba preocupado. Tanto, que pensé en retomar los estudios. Por suerte apareció el Team Illuminate… tarde en noviembre. Pero me dieron un lugar”, contó.

La situación es, como mínimo, curiosa. Un día estás en la Vuelta y, meses después, en el modesto Tour de Taiwán. Pero la vida y el ciclismo son así.

“El contrato con Illuminate fue como volver a nacer. Además, no todo era ciclismo para mí, ya que también me interesaba viajar por el mundo, conocer personas y crecer en todo aspecto. En cada competencia tuve que adecuarme a un modo de correr, porque al igual que las culturas, el ciclismo puede variar mucho de un país a otro”, explicó el suizo.

Convertido en un nómada del deporte pedal, Simon visitó Taiwan, Azerbaijan, Korea, Rumania y Ruanda. No es el máximo nivel, pero aprendió cosas que no se adquieren en el “ciclismo grande” y, obviamente, en lo personal. Llegó el 2019 y tuvo otra oportunidad en IAM Excelsior, esta vez como Continental.

“Necesito tener siempre un objetivo. Con este cambio, volvía a casa y el reto era acostumbrarme nuevamente al ciclismo europeo luego de dos temporadas en Asia. El calendario fue bueno y tuve premio. Si estaba bien, la Selección me llevaría a Romandía y Tour de Suiza, algo que finalmente sucedió”, narró.

“Los resultados incrementaron mi confianza y nunca corrí pensando en un contrato, sino en disfrutar cada día. Aún así pude estar cerca de los mejores y todo acabó con una puerta abriéndose para subir de categoría”, exclamó el flamante ciclista de Androni-Giocattoli.

2019 fue el mejor año de Pellaud sobre la bici. El suizo tuvo un calendario heterogéneo, en el que pudo perseguir resultados en citas menores y mostrarse en escapadas en el World Tour.

“Fue agradable intercalar días como favorito con otros en los que era un desconocido. Sólo hay que ser listo para correr y adaptarse”, indicó.

Etapa en Loir et Cher, general en el Tour de la Mirabelle, victoria en Flèche Ardennaise, Rey de la montaña en Romandía, segundo en las cumbres de Burgos y en el nacional de Suiza. Consistente.

“Estoy muy orgulloso. Ganar la Flèche fue lo mejor porque vencí a los belgas en su casa, algo sumamente complejo. El equipo estuvo genial ese día, tomamos riesgos y rindieron frutos. En La Mirabelle fue diferente porque había más presión ya que me catalogaron como favorito. Fue mi primera general y eso fue posible gracias a mis compañeros”, reconoció.

“Para ser honesto, la montaña en Romandía no era un objetivo. Surgió el día previo, en el hotel, y ahí sí lo planeamos. Tenía las piernas y todo salió perfecto. Cuando me puse el maillot, sí que me enfoqué en retenerlo”, rememoró.

“En Burgos estuve cerca. Sabía que sería duro contra Sosa, pero no soy escalador ni sprinter, así que disfruté de mucha libertad y la aproveché. En Burgos y en el resto del año”, explicó.

“Para meterse en fuga hay que ser fuerte, pero también inteligente. Mucho está en la cabeza, porque no es fácil y hay que estar un poco loco también. Es que pasar la jornada fuera del pelotón implica esfuerzos enormes de los que nunca es fácil recuperar”, analizó.

Con un curso tan positivo, no fue extraño que llamara la atención de otros equipos. Y tampoco sorprendió que fuera Gianni Savio el primero en firmar el trato.

“Gianni Savio llamó a mi agente luego del Tour de la Mirabelle, donde corrí contra Androni. Tenían un ojo sobre mí, pero allí fue el primer contacto y todo se resolvió muy rápido. Para ese momento yo tenía contactos con equipos, incluso del World Tour, pero me sedujo que Androni me fichó por lo que yo era realmente como corredor. Todos conocemos a Savio, rara vez comete errores, tienen un calendario genial y podrá seguir mezclando citas para tener objetivos con otras en las que me meteré en fuga. Fue una elección fácil”, confesó.

De este modo, luego de tres años fuera de los primeros planos, Simon está de regreso. Más maduro, conoce sus límites y cómo sacar lo mejor de sí mismo. Pero también, que encontró su lugar en el mundo.

“La primera vez que llegué a Colombia fue en diciembre de 2016, cerca de Bogotá. Estaba con mi compañero, Edwin Ávila, y me enamoré del país. Me quedé en Antioquia, donde estoy construyendo una casa en las montañas cercanas a Medellín. La vida es genial aquí, con buen clima todo el año, muchos ciclistas dando vueltas, precios más accesibles que en Europa…”, dijo.

“En lo que a mi rendimiento refiere, creo que el hecho de haber pasado tanto tiempo en la altura me benefició. Paso medio año en Colombia, a unos 2500 msnm. Me costó adaptarme, pero mi cuerpo cambió un poco y bajé de peso. Además, encontré piernas con las que no soñaba”, tiró.

¡A que nadie esperaba esta historia! El suizo-colombiano, contó un poco más sobre él.

“Soy un ciclista muy dedicado, esto es mi pasión. La bici me da un balance perfecto entre lo físico y lo mental y lo sostengo todo el año. Mi reto ahora es progresar a la hora de posicionarme en el pelotón, algo que seguramente consiga al competir con una formación más importante. También deseo mejorar mi sprint, ojalá 2020 sea positivo. ¡Tengo hambre!”, cerró el simpático atleta.

Crecido en todo aspecto, Simon ha recuperado su lugar en el pelotón y bajo la tutela del magnífico Gianni Savio. No pierdan pisada a esta sociedad que, seguramente, reportará muchas alegrías a las dos partes.

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