¿Qué piensan los ciclistas profesionales acerca de las carreras virtuales?
Por Oscar Trujillo Marín
La única razón por la que en cierta forma se le ha dado algo de vitrina en los medios especializados a las competencias de “ciclismo virtual” es porque no ha habido carreras afuera y la temporada (junto con nuestra vida exterior de ir por el mundo) ha sido paralizada por completo.
Aunque entre noviembre y diciembre suele reducirse la actividad ciclística mundial, nunca había llegado (al menos en los últimos 75 años) a un nivel de parálisis total como ahora. Suelen ser periodos de vacaciones y posterior comienzo de entrenamientos para los ciclistas profesionales que viven y corren casi siempre en países del hemisferio norte que entran en el crudo invierno.
Pero en muchas partes del planeta las competencias continúan como si nada. En menor medida, con menos estrellas y en las categorías de menos rango, pero no se detienen jamás. En Latinoamérica, por ejemplo, se corre por esas fechas la Vuelta a Costa Rica, Vuelta a Michoacán, a México, Guatemala… siempre en los dos últimos meses del año. Aparte de eso, los grandes equipos siguen produciendo noticias de fichajes de última hora y novedades desde sus primeros campamentos de pretemporada en invierno. Es decir, siempre tenemos actualidad y noticias de ciclismo de las que hablar.
Con esto quiero decir que, en circunstancias normales, no hubiésemos hablado mayor cosa -o casi nada- de ciclismo virtual en este espacio, por ser “el ciclismo virtual” un territorio que tiene que ver quizás más con los vídeojuegos, para los cuales ya existen también medios especializados.
Sin embargo, la opinión al respecto de cada redactor de ciclismo a la hora de valorar estas competencias importa poco comparada con las de los verdaderos protagonistas, los corredores profesionales. Pruebas virtuales que se han puesto de moda no solo para aficionados sino para ciclistas de élite obligados a mostrar la camiseta de sus patrocinadores, como sea, por fuerza mayor (no ha habido más remedio en cuarentena). Motivados por la nula posibilidad de salir gracias al confinamiento. Por eso es importante indagar: ¿Qué piensan los ciclistas profesionales acerca de las carreras virtuales? Hemos recolectado algunas impresiones publicadas en las últimas semanas.
Steven Kruijswijk (Jumbo-Visma) dijo hace poco en AD: “Es una actividad física diferente, más emparentada con los videojuegos tipo Wii. Si entrenas en él mucho, tendrás éxito ante otros competidores online, pero tiene poco que ver con nuestras competiciones”. Steven lo comparó con el juego de fútbol FIFA, en cuanto a la fiabilidad para el ciclismo real, diciendo que no reclutarías a un extremo izquierdo en el PSV Eindhoven porque es muy bueno en los videojuegos.
Su compatriota y colega de equipo Tom Dumoulin, compartió un sentimiento similar, sugiriendo que había un límite para lo que se puede aprender de una carrera virtual, y resaltó en declaraciones a De Limburger “no se puede confiar en los resultados, no dicen nada, es muy fácil alterar los parámetros básicos en los datos y cada participante utiliza equipos y dispositivos diferentes, provienen de diferentes marcas y no están calibrados ni sincronizados adecuadamente, lo cual es esencial. El peso debe ser rigurosamente correcto, de lo contrario será injusto “. Aunque admitió que en estas circunstancias son “mejor que nada”
La estrella gala Thibaut Pinot Groupama-FDJ es otro corredor que no parece muy entusiasmado por el revuelo de competencias virtuales, el francés dejó su opinión en Sporza: “Esas carreras virtuales me llamaron la atención por dos semanas, pero una vez probadas me saben a poco, no es suficiente, el ciclismo es otra cosa, prefiero estar en menor forma cuando termine el encierro que exprimirme mentalmente ahora”.
Dos cracks de los últimos tiempos como Alejandro Valverde (Movistar) y Peter Sagan (Bora-Hansgrohe) ex campeones mundiales han hablado sobre su disgusto por entrenar “in door”. De hecho, Valverde argumentó que el entrenamiento en interiores puede agotarlo física y mentalmente. El eslovaco fue más conciso aún: “soy un ciclista real no virtual” explicando su desdén y falta de entusiasmo por competir desde la sala de su casa.
Incluso su compañero de equipo en Bora-Hansgrohe, Lennard Kämna, corrió su primer evento virtual durante el Digital Swiss, el alemán le dijo a DW “Es un juego completamente diferente, por lo que no puedes establecer los mismos estándares para los dos. Hay que pedalear, sí, pero no es una carrera ciclista. El ciclismo sin carretera, viento, peligros reales y entre un montón de gente impredecible es otra cosa” luego añadió: “Creo que no es ideal para el ciclismo profesional. Es una buena diversión por ahora, que no hay más que hacer, pero carece del estilo y dimensión de una verdadera carrera en carretera”.
Sin embargo, Kämna dijo que vio un gran futuro para las carreras virtuales, como competencia más del estilo de los videojuegos, con personas capaces de entrenar hasta la noche y durante todo el invierno.
No sabemos qué pasará exactamente con las carreras virtuales una vez el mundo y la humanidad recupere sus rutinas exteriores y regresen las clásicas y puertos míticos. Es probable que se mantengan como antes de la crisis y pierdan fuelle entre los profesionales. Lo que sí está claro es que aquí y en el resto de medios especializados en ciclismo -a la arcaica y natural usanza-, no se hablara mayor cosa de corredores-avatares. Donde esté un Tour de Flandes o un Alpe d’Huez “real” queda poco margen para escoger qué publicar.
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