Rogers, regreso del infierno
Por @pmpalermo
El título, que bien podría ser el de una película de acción protagonizada por el héroe de turno en Hollywood, refleja en realidad lo que vivió el australiano Michael Rogers los últimos nueves meses, período en el que pasó del calvario a la cima, sin escalas.
Para algún desprevenido es conveniente recordar que el de Tinkoff fue apartado provisionalmente luego de que un control antidopaje arrojara un resultado adverso durante la disputa de la Japan Cup, prueba intrascendente como pocas, hay que decirlo, en la que difícilmente alguien trate de hacer trampa.
La sustancia encontrada era clembuterol (muy utilizado en la zona para tratar el ganado), y Rogers adujo una contaminación con carne provocando incredulidad e innumerables bromas en torno a su caso por la similitud con el de Alberto Contador, a la postre suspendido.
Así, comenzaron los rumores e historias oscuras de un atleta con 15 temporadas a cuestas en las que nunca tuvo inconvenientes y por lo general destacó, tocando el cielo con las manos merced a su tri campeonato mundial contrarreloj en 2003, 2004 y 2005.
Producto del Instituto Australiano de Deportes, dio el gran salto al mismo tiempo que Fabián Cancellara en el mítico Mapei del año 2000 al ingresar como stagiaire proveniente de la pista y con diversos lauros en categoría junior y sub 23.
Poco a poco se labró un nombre y comenzó a adornar su palmarés con carreras de una semana como el Tour Down Under, Tour de Bélgica o Tour de Alemania, pero fueron sus preseas mundialistas contra cronómetro las que lo hicieron subir de nivel e incluso ganarse un fichaje por el poderoso T-Mobile.
Allí, pese al desconcierto generalizado por los coletazos de la Operación Puerto, el de Nueva Gales del Sur se las ingenió para terminar en el top ten en el Tour de Francia, generando grandes expectativas a futuro.
Pero desde entonces comenzó la debacle de nuestro protagonista, ya que en la Grande Bouclé de 2007 se vio forzado a retirarse en la primera semana tras sufrir una fractura de clavícula en el descenso del Cormet de Roselend y desapareció un largo tiempo puesto que luego contrajo mononucleosis.
En 2009 volvió por sus fueros, se coronó campeón nacional sobre la cabra, concluyó en el podio del Tour de California y entre los diez mejores en el Giro de Italia y se encaminó con la moral alta hacia el Tour, pero una vez más, falló.
La temporada siguiente mantuvo la misma tónica: un gran inicio en el que se impuso en California y Andalucía, rozó el triunfo en Strade Bianche, Criterium Internacional, Tirreno Adriático y Romandía para nuevamente fracasar en Francia, hecho que motivó su renuncia a seguir buscando resultados en pruebas de tres semanas.
Ya en SKY y centrado en competencias más cortas, se reencontró a sí mismo en 2012, curso en el que ayudó a Wiggins a obtener su victoria en la gran ronda gala y además levantó los brazos en Bayern Rundfarht y brilló en objetivos como Dauphiné, Critérium Internacional, Down Under o Romandía.
Pero una mejor oferta de parte de Saxo y un mal clima en torno a su reconocida vinculación con Michele Ferrari derivaron en la salida del conjunto británico para convertirse en gregario de lujo de Contador.
Está claro que el palmarés de Rogers es brillante y al alcance de pocos, y que su adaptabilidad es genial ya que tras ser un rodador extraordinario en los albores de su trayectoria, se convirtió con el tiempo en un firme candidato en vueltas de una semana y en una pieza valiosa para sus líderes.
De regreso a tiempos más cercanos, la UCI le dio vía libre para volver a competir en abril y así fue como tomó la salida en el Giro de Italia con apenas un día de actividad oficial, en la Lieja que no terminó.
A diferencia de muchos con pasado ilustre y sospechoso que nunca volvieron a ser los mismos, Rogers protagonizó en apenas dos meses un retorno impresionante, ya como especialista en fugas de montaña, imponiéndose en dos etapas del Giro y otra del Tour, haciendo gala de su potencia rodadora y su experiencia para el ataque certero.
De ese modo, el nacido en Barham completó el círculo y escribió una bonita historia con final feliz, donde pasó de ser una lacra acusada por dopaje a convertirse en uno de los pedalistas más destacados de la temporada, con dianas de alto prestigio como la del Zoncolan incluidas, algo al alcance de unos pocos y evidencia clara de su talento.
Pablo Martín Palermo
Hay que recordar que fue cliente de Michelle Ferrari, yo soy de los que creen que en el ciclismo hay dopaje sistemático, como lo ha habido siempre.
Bienvenido Esteban. En el artículo hago mención a la vinculación. Por otro lado, y como ex corredor, puedo decirte que no es sistémico el dopaje. Yo he competido sin trampas. No llegué a nada pero conozco gente que sí lo hizo. En honor a ellos no podemos decir a la ligera que todos se dopan. Te daré un caso muy notorio y me hago cargo: Yaroslav Popovych. Revisa su palmarés de hace una década..y miralo como corre desde hace unos años…es decir…él va limpio hoy.