Murió a los 90 años el “emperador de Herentals” - Ciclismo Internacional

Murió a los 90 años el “emperador de Herentals”

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Murió a los 90 años el “emperador de Herentals”, el primer ciclista que ganó los cinco monumentos del ciclismo

Murió a los 90 años el “emperador de Herentals”

Rik Van Looy, el primer ciclista que ganó los cinco monumentos del ciclismo, falleció anoche en Bélgica tras una enfermedad, según reportaron Sporza y otros medios locales. Murió a los 90 años el “emperador de Herentals”.

Rik Van Looy / Getty Images

Apodado el “Emperador de Herentals” por la ciudad donde vivía, el dominio de Van Looy en las carreras de un día y su feroz competitividad lo convirtieron en uno de los íconos de Bélgica, sirviendo en sus 17 años de carrera como sucesor de otro grande de las clásicas como Rik Van Steenbergen y coincidiendo con los primeros pasos de un joven Eddy Merckx.

El recuerdo de Merckx

“La muerte de Rik es muy lamentable. Sabía que no le estaba yendo bien desde hacía tiempo”, dijo Merckx a Gazet van Antwerpen, según cita Velo. “Es uno de los mejores corredores belgas de todos los tiempos. Fue un gran campeón y un gran oponente. Al principio de mi carrera era muy difícil ganarle, tuve que luchar mucho contra él. Rik era un supercampeón que era casi imbatible en las clásicas. Me alegro de haber podido competir contra él Su fuerza de voluntad y su deseo de ganar son cosas que siempre me acompañarán”, agregó Merckx.

La familia señaló en un comunicado reproducido por CyclingNews: “Rik Van Looy falleció pacíficamente ayer, en el cumpleaños de su esposa Nini, quien falleció en enero de 2021, rodeado de su familia después de una corta enfermedad. La despedida se llevará a cabo en privado”.

El primero en ganar todas las monumento

Nacido el 20 de diciembre de 1933 en Grobbendonk, Bélgica, Van Looy pasó de orígenes humildes, incluso trabajando como repartidor de periódicos con una bicicleta vieja y pesada, a convertirse en una de las superestrellas del pelotón masculino de élite durante los años 1950 y 1960, compitiendo junto a grandes como Jacques Anquetil, Tom Simpson, Raymond Poulidor, Fédérico Bahamontes y Fausto Coppi; y corriendo para los equipos Gitane-Hutchinson, Faema, Flandria, GBC, Solo-Superia y Willem II-Gazelle.

Fue un ganador prolífico en su época, y obtuvo 367 victorias en ruta, sólo ubicándose por detrás de Eddy Merckx, destacándose dos títulos mundiales de ruta en 1960 y 1961. Iba a ganar otra tercera malla arcoíris en 1963, pero su compañero belga Benoni Beheyt ignoró la táctica y lo atacó cerca del final, en un hecho recordado como la “traición de Ronse”.

Fue precisamente su dominio en las carreras de un día lo que lo distingiuio y lo que lo convirtió –en 1968- en el primer ciclista en la historia en ganar las cinco monumento: Milano – San Remo (en una ocasión), Tour de Flandes (2), París-Roubaix (3), Lieja-Bastoña-Lieja (1) y Lombardía (1).

Solo Roger De Vlaeminck y Merckx pudieron alcanzar posteriormente esa proeza. En el caso de Merckx, el único en ganar cada monumento en más de una ocasión. Van Looy también ganó otras grandes carreras de un día de su época, incluidas dos veces en la París-Tours y tres veces en Gante-Wevelgem.

“El romperuedas” que también se destacaba en las grandes vueltas

Clasicomano de naturaleza, no ganó nunca una gran vuelta, pero sí pudo obtener el trébol de las grandes vueltas, al ganar etapa en cada una de ellas. No sólo eso: ganó 37 etapas, y eso lo convierte en el sexto ciclista con más etapas en grandes vueltas.

De hecho, por la característica de las rutas de ese entonces, pudo conseguir grandes puestos en la general, siendo tercero en dos oportunidades en la Vuelta a España, cuarto en una vez en el Giro de Italia y un top 10 en el Tour de 1963.

En una época en donde no existían los potenciómetros, quienes lo vieron correr lo reconocían por la fuerte velocidad que podía alcanzar: en el mundial de ruta de 1961, su rueda trasera se desplomó luego de cruzar la meta porque su pedalada había arrancado varias ruedas. Esto le valió otro apodo más: “el romperuedas”.

Del mismo modo, su liderazgo en los equipos era muy respetado y sus gregarios tenían que estar 100% a su servicio. De hecho, el mismo decidía las tácticas, que rol debían cumplir los corredores del equipo e incluso cuanto debían ganar, en lugar del director de la escuadra.

Su vida luego del ciclismo

Después de retirarse en 1970, trabajó brevemente como director deportivo del equipo neerlandes Willem II-Gazelle. Luego se convirtió en consultor para un diario y una revista durante las carreras y finalmente director de la escuela de ciclismo de Herentals.

En su casa, tras colgar la bici, dejó todo atrás. “Lo que es pasado es pasado. Di todos mis trofeos, mallas y medallas a fundaciones, fans y amigos. Les significa mucho más a ellos que a mí”, afirmó una vez.

Tuvo dos hijos y varios nietos. Una anécdota al respecto: una vez le preguntó a su hijo cuando iba a traer buenas calificaciones. El chico respondió: “’¿Cuándo vas a ganar otra clásica?” Una semana después, Van Looy ganaba otra Flecha Valona.

Nahuel Londeix

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