Lo tuvieron que buscar en coche por el dolor que sentía entrenando
Tras un sensacional 2024, ¿Fue el ciclista más desafortunado de esta temporada? Lo tuvieron que buscar en coche por el dolor que sentía entrenando.
Lo tuvieron que buscar en coche por el dolor que sentía entrenando
Tras un sensacional 2024, ¿Fue el ciclista más desafortunado de esta temporada? Lo tuvieron que buscar en coche por el dolor que sentía entrenando.
De la gloria a una temporada desastrosa
Maxim Van Gils fue una de las grandes revelaciones en las clásicas del 2024 –top 5 en carreras como Strade Bianche, Flecha Valona y Lieja- hasta tal punto que Red Bull-Bora compró su contrato en una salida muy controvertida del Lotto. Hasta tal punto que quedaron rencores en el vínculo con su ex equipo.
Este año, con lesiones y caídas, no pudo repetir su palmarés de 2024, en donde incluso llegó a sumar más puntos UCI por si mismo que varios equipos en su conjunto. “Lo curioso es que el año pasado siempre me sentía mal entrenando. Pero en la carrera, todo encajó a la perfección. Prácticamente podía lanzarme a un tablero de picoteo de pájaros con los ojos cerrados y aun así daba en el blanco. Si bien este año hice las cosas mucho mejor y a menudo me sentía mejor, ahora todo salió mal. Porque, curiosamente, nunca se debió a mi condición”, señaló a Het Nieuwsblad.
Todo empezó bastante bien en 2025. En la Ruta del Sol, Van Gils ganó una etapa inmediatamente y llegó a ser líder en una carrera en donde Red Bull no le trajo un buen equipo para acompañarlo. “Pero, en realidad, las cosas ya habían salido mal antes. Como estaba enfermo, fui a la concentración del equipo más tarde. Un primer contratiempo, pero aún no estaba estresado. Aún había tiempo, no habría problema. Pero al final de la Ruta del Sol, volví a enfermarme. Esa fue la primera vez que pensé: ´¡Mierda!”.
Alergia en Itzulia, caída en Amstel
Todo comenzó a caer como fichas de dominó. Van Gils se tiene que saltear la Strade y en Milano – San Remo no estaba aún al 100% terminando decimonoveno. Luego va a Itzulia. “Volví a tener muy buenas sensaciones. Pero una vez allí, volví a tener dificultades. Una alergia. No pude progresar”. De vuelta a casa, en Mónaco, Van Gils se siente renovado. “Después de un día, me había recuperado y todo volvió a ir sobre ruedas. Justo a tiempo para las clásicas de las Ardenas, pensé. Durante el reconocimiento de la Amstel Gold Race, incluso me sentí estupendamente. Eso prometía. Tenía expectativas muy altas”.
Pero todas las expectativas rápidamente se rompieron. Al principio de Amstel, Van Gils cae, se golpea el coxis y tiene que abandonar. “Me dolía muchísimo”, admitió Van Gils. “Ni siquiera podía tumbarme bien en la camilla de masajes. El problema con el coxis era que no podía hacer nada al respecto. Solo tenía que tener paciencia. La naturaleza tenía que hacer su trabajo. Solo que la semana de las Ardenas solo dura una semana. Fue una carrera contrarreloj”. En Flecha Valona poco pudo hacer: terminó 43. Un mal resultado tras el tercer puesto de 2024. “En ese momento aún podía aguantar el dolor. Pero sufrí tanto que no pude hacerlo después”, afirmó.
¿Es un reflejo del mal año de Red Bull?
Lieja se convirtió en una misión imposible. Cuando un periodista le pregunta el sábado durante la presentación del equipo si aspira al podio, Van Gils responde con una sonrisa: “El podio de salida, sí”. No llegó mucho más lejos: en el primer avituallamiento, Van Gils abandona. “¿Qué esperabas?”, dice hoy. “El día anterior, me bajé durante el reconocimiento de La Redoute. Tuvieron que llevarme al hotel en coche. ¡Qué dolor!”.
Nadie sabrá porque Red Bull lo hizo correr pese a no estar en condiciones. Lo que si se sabe es que fue lo único que faltaba para coronar una primavera desastrosa. Es uno de los pocos en admitir abiertamente en Red Bull que el equipo no logró lo que pretendía durante lo que va de esta temporada.
“Me acababa de incorporar a un nuevo equipo. Quieres mostrar lo mejor de ti mismo. No fue precisamente así. Además, el equipo no logró los resultados que tenía previstos. Salvo por Primoz (Roglic) y Lipowitz (2.º en París-Niza), fue demasiado escaso. Se habían hecho inversiones muy grandes. Con muy pocos resultados. Pero no es que estuviera llorando en la cama ni andando por aquí deprimido. Incluso en esa semana de las Ardenas pude con todo. Sí, fue molesto. Y no, no pude correr mis carreras como quería. ¿Pero entrar en pánico? Además: firmé aquí por tres años. No tenemos prisa. Aún tengo tiempo para alcanzar mis objetivos”, manifestó.
Su regreso a carrera y las expectativas en Dauphiné
Finalmente, señaló que no se arrepiente del cambio de equipo. “Sigo totalmente de acuerdo con eso. Pero sí que fue un invierno diferente de lo habitual. Fue más por ese traspaso que por el entrenamiento. Reuniones, conversaciones, viajes. Puede que lo haya subestimado. Quizás con un invierno excelente habría recuperado mi forma más rápido después de una enfermedad”.
Pocas semanas atrás, Van Gils volvió a competir. Cuando su equipo le sugirió participar en el Giro de Noruega, demostró enseguida que no había olvidado cómo ganar. En la tercera etapa, venció a la revelación de la temporada, Matthew Brennan. Ahora pretende confirmar su retorno a lo más alto durante el Dauphiné. ¿Lo conseguirá? En la primera etapa fue uno de los puncheurs que intentó ataques antes del movimiento de Jonas Vingegaard. “Pero el Dauphiné no es el Tour de Noruega. ¿Has visto quién corre aquí? Esta es una de las carreras más bonitas, pero también una de las más terribles del año”.
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