“En el hotel, Pogacar es tranquilo, en la bici un asesino”

A punto de dejar el ciclismo, su gregario clave da detalles sobre el esloveno.”En el hotel, Pogacar es tranquilo, en la bici un asesino”.

Alguna vez fue una de las estrellas del pelotón y llegó a disputarle los galones de equipo a Alberto Contador. Con el tiempo, se convirtió en gregario y, dato no menor, en mano derecha de Tadej Pogacar. Esta temporada destacó trabajando para Isaac Del Toro, y ahora apunta a colgar la bicicleta con una despedida a lo grande en Lombardia, junto al campeón mundial.

Se trata de Rafal Majka, quien confirmó que dirá adiós al ciclismo a fin de temporada. El polaco, corriendo el Tour de su país, hizo algunos comentarios que pintan en cuerpo y alma al mejor corredor del mundo, usualmente simpático en público. “Es una persona normal, paso mucho tiempo con él en los hoteles y es un chico común”, le dijo a Cyclingnews. “Pero cuando se sube a la bici es un asesino”, continuó el experimentado escalador de 35 años.

Eso explica por qué se lleva bien con la mayoría de sus colegas y rivales, aún cuando luego los destruye en competencia. Una suerte de gran campeón diferente que mezcla modos de Indurain (aunque no cede etapas) y Merckx, por citar un par de nombres. En medio quedaron atletas que no hacían amigos ni arriba ni debajo de la bicicleta.

Majka reconoció que luego de ayudar a Del Toro en la Corsa Rosa, donde dicho sea de paso acabó 13ro, pensó en estirar su carrera profesional. “Allí aún pensaba en seguir uno o dos años más, pero la familia es importante y los he abandonado durante años”, expresó. “Además quiero dejarlo en el año en que visto de campeón nacional”, agregó.

Majka todavía tiene buen ciclismo en las piernas y lo sabe, pero aún así la decisión está tomada. “Fui tercero en el Tour de Austria, pero los niños crecen y no estoy nunca en casa. Es mi decisión porque quiero disfrutar con ellos y también rodar en bicicleta sin que sea un trabajo”, remarcó.

Quienes siguieron la trayectoria del polaco recordarán su ímpetu de juventud, cuando incluso se quitaba el pinganillo y decía que estaba roto. Lejos quedaron esos años cargados de polémica y también de talento, algo de lo que no habla ahora que abrazó otro rol. “Es más fácil para mi cabeza y he disfrutado estos años. Cuando eres líder también, pero al envejecer entiendes que es mejor ser gregario”, analizó en el cierre.

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