Viejos son los trapos

Por @pmpalermo

No ganará La Vuelta y hasta es probable que no termine en el podio, pero quedó en claro que Iván Basso es uno de los hombres más fuertes de la carrera y que a sus 35 años atraviesa una segunda juventud, cimentada quizás en la frescura con la que llegó luego de perderse gran parte de la temporada por un quiste.

Tiene a su favor  la experiencia de 16 grandes vueltas previas y un gran estado de forma que quedó en evidencia cuando se llevó al resto de favoritos a la rastra en el ascenso a el Alto de Peñas Blancas, pero los explosivos finales que ofrece el recorrido, las bonificaciones y la proliferación de “sprinters de alta montaña” a su alrededor serán decisivos en contra de las aspiraciones del Varesino.

Lo concreto es que Basso, que ya avisó durante la Vuelta a Burgos con su tercera colocación en las Lagunas de Neila, tiene ante sí una oportunidad única de demostrar al mundo e incluso a sí mismo que todavía tiene hilo en el carretel.

Lejos de la super sónica versión de 2006, sus prestaciones en el octavo parcial de la ronda española se asemejaron a las del Giro de 2010, cuando pese a no contar con cambios de ritmo explosivos, se las arregló con su paso regular y potente para imponer una marcha que impidió que sus rivales se movieran.

El líder de Cannondale, profesional como pocos en el pelotón, hizo los deberes y sus rivales están advertidos, tal como declaró Dani Moreno, segundo hoy, quién postuló al italiano como uno de los favoritos de la competencia.

Basso, que sólo disputó la Vuelta una vez anteriormente (en 2009 y fue cuarto), hizo toda una declaración de principios haciéndose cargo de llevar el ritmo en la trepada y concluyó quinto, por lo que se ubica 12º en la general a 1´28´´.

Sin ir más lejos y para los pragmáticos, Urán, Valverde, Purito, Nibali, Zubeldía o Horner perdieron tiempo con nuestro protagonista, que dicho sea de paso y exceptuando el tiempo de suspensión, concluyó en el top ten de al menos una grande al año desde 2003 en adelante.

Todavía falta mucho por recorrer pero sería un grave error subestimar a Iván Basso, un diesel que ya sabe lo que es ganar una carrera de tres semanas, algo de lo que no muchos pueden jactarse.

Pablo Martín Palermo