Los tramos de tierra de la París-Tours dividen al pelotón
Por @pmpalermo
No había terminado la carrera y las redes sociales ya bullían. Es que Patrick Lefevere, patrón del Quick-Step Floors, avisó en Twitter que no volvería a presentar a su escuadra en el evento en protesta por la inclusión de los tramos de tierra.
La principal molestia del directivo provenía de las numerosas pinchaduras y averías que el pelotón padeció. Y su ira terminó por explotar cuando Philippe Gilbert, uno de sus capos, quedó relegado por un incidente del género. “Esta será la última vez que Quick-Step compita aquí, aún si ganamos hoy. Esto tiene poco que ver con el ciclismo de ruta”, escribió el director belga.
Es cierto que el trazado poco tuvo que ver con lo que la tradición manda y que se sumó a la creciente tendencia a incluir sterrato en los recorridos, pero la reacción de Lefevere fue algo exagerada. Sin ir más lejos, la prueba no lució más dura que una París-Roubaix.
No obstante ello, no fue el único inconforme. Corredores como Thomas De Gendt o Dylan Groenewegen mostraron su mosqueo con sendos tuits al respecto. En el caso del belga, reconoció que no le gustaban este tipo de circuitos y propuso que se corrieran por separado.
Groenewegen, en cambió, fue más irónico al publicar la foto de una bicicleta de Mountain Bike junto a una alusión a la París Tours 2019.
Paris-Tours 2019! pic.twitter.com/y7DzQGd6x4
— Dylan Groenewegen (@GroenewegenD) 8 de octubre de 2018
“Si no quieren sprinters aquí, ya no es la París Tours”, afirmó Arnaud Démare. En tanto que Philippe Gilbert opinó en la misma línea: “Fue una carrera atractiva, excepto que no teníamos ni bicis ni ruedas para hacerla”, tiró. Brent Bookwalter los secundó.
En la otra vereda, gente como Laurens Ten Dam deslizó que le encantaría correr todo tipo de pruebas con tramos de tierra. Algo factible en su nuevo rol con CCC, aunque quizás no lo logre en la París-Tours, puesto que la organización estudia modificar nuevamente el recorrido debido al peso de las críticas recibidas.
Lo concreto es que, algunos miembros del pelotón que prefirieron no dar sus nombres públicamente, explicaron que el problema fue que el grupo fue tomado por sorpresa. El escollo fue la falta del material adecuado, por ejemplo, el mismo que se prepara para la Strade Bianche. Además, mencionaron la presencia de piedras de tamaño considerable que tornaron los polémicos sectores en “una lotería”.
Tanto a esos corredores como a una porción importante de la afición, les gustó la París-Tours 2018. La misma incluyó nueve sectores de tierra para un total de 12.5 kilómetros sobre la superficie que hoy se encuentra bajo la lupa.
Pablo Martín Palermo
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@pmpalermo faltó incluir el twit de Thomas de Gent.
No faltó Luis, no lo pusimos como tantos otros. Pero está mencionado en el texto. Saludos.
¿En qué sentido pueden decir que los tomó por sorpresa? ¿Acaso una carrera como París – Tours no presenta su recorrido con antelación? Por otra parte, leí en otros artículos algo a lo que hace referencia aquí también: los caminos estaban muy sucios. Es que hasta en París – Roubaix recorren los sectores adoquinados y les hacen los arreglos necesarios.
Según ellos, aunque se anunció el recorrido con antelación, sólo unos pocos lo reconocieron. La mayoría acudió sin saber que se toparían con tramos tan duros y “sucios” con piedras. Al quedar expuestos, optaron por la queja fácil. Aún cuando llevan algo de razón, es real que fallaron en la logística.