Afirma tener una “ventaja” para derrotar a Pogacar en el Mundial

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Motivado por un brillante Tour de France, se puso la competencia en Ruanda como principal objetivo de lo que resta de temporada

Con la victoria del Tour de France y otro año de domino, ¿Tadej Pogacar ya tiene descontada la defensa de su malla arcoíris? Tal vez no. Además de la posible presencia de Jonas Vingegaard tras competir en la Vuelta a España, se sumó otro candidato más. Tras ser una de las revelaciones en el Tour, Oscar Onley se preparará para Ruanda y tendrá una ventaja respecto a la mayoría del pelotón: poder prepararse.

“No todo el mundo puede hacerlo”

Mientras otros corredores se encuentran de vacaciones, preparando para la Vuelta a España o compitiendo en carreras como la Vuelta a Burgos, el Tour de Dinamarca o el Tour de Polonia, el calendario de Onley tiene una particularidad: el británico de Picnic PostNL que terminó cuarto en el Tour de France no tiene ninguna carrera planeada en este mes de agosto. El motivo es simple: se está preparando para la carrera en ruta del Mundial del próximo 28 de septiembre que tendrá 5.200 metros de desnivel positivo. Algo que pocos corredores lo están haciendo, al menos, tan anticipadamente.

“Ese es mi gran objetivo para el final de la temporada. Por eso también estoy en Andorra ahora, prácticamente a la misma altura que la carrera [Ruanda]. Espero que eso me dé algunas ventajas, porque no todo el mundo puede hacerlo ahora. Muchos ciclistas están en la Vuelta o en otras carreras. Con una buena preparación, puedo dar un paso adelante respecto al año pasado”, destacó en el podcast Watts Occurring de sus compatriotas Geraint Thomas y Luke Rowe. Allí compartirá liderazgo con Tom Pidcock, quién tendrá una preparación distinta. “Es un recorrido que también le conviene. Vendrá de la Vuelta, así que dependerá de cómo se sienta. Se parece un poco a Lieja en cuanto a perfil, pero cómo se corra la carrera lo decidirá todo”.

Se llevó una sorpresa en el Tour

Onley admitió que él y su equipo llegaron al Tour sin grandes expectativas respecto a la clasificación general y que el resultado final fue una sorpresa. “Cuando inicié el Tour, no me centraba en la general. Sabía que la primera semana me vendría muy bien. Pude aprovechar los resultados del pelotón y no podía permitirme perder tiempo en los días difíciles” “Cuando llegamos a la contrarreloj, estaba en una buena posición”, dijo Onley, quien se encontraba en el séptimo puesto de la general tras unas etapas muy disputadas. “Me dijeron que tenía que ir a fondo y ver dónde terminábamos”. Tras la crono de la quinta etapa, Onley perdió algo de terreno, que recuperó apenas 48 horas después. “Ocurrió de forma natural”, explicó sobre su sigiloso ascenso al top 10. “Simplemente seguí corriendo y, de repente, estaba justo ahí arriba”.

“Antes del Tour no estaba muy seguro de que ciclista era”

Señaló que “nunca” había hecho “subidas tan largas” y encima con rivales de gran calibre. “Esperaba desfallecer algún día o perder tiempo. Pero sabía que seguía en buena forma, así que no me estresaba demasiado”. En ese sentido, indicó: “Nunca había dado lo mejor de mí todos los días durante tres semanas, y menos aún en subidas largas. Así que, antes del Tour, no estaba muy seguro de qué tipo de ciclista era. Tenía un buen impulso en los finales cuesta arriba y, obviamente, me gustan las subidas cortas, pero nunca me había puesto a prueba en las largas”. “Después del Tour de Suiza (NdR: donde terminó tercero), todo cambió un poco, porque demostré que escalaba bastante bien. Pero lo analizamos día a día. Nunca había subido puertos tan largos, sobre todo con corredores de ese nivel. Esperaba escaparme por completo, pero seguía en buena forma, así que no me estresé mucho. Entonces tendría oportunidades en la escapada”.

El tren bala que lo salvó

Onley estuvo cerca del tercer puesto gracias a los desastres tácticos de Red Bull-Bora con Florian Lipowitz. Una de esas jornadas fue la etapa 18, al Col de la Loze, día en el cual, sin embargo, Onley estaba en seria desventaja, perdiendo inicialmente varios minutos respecto al grupo de Vingegaard, Roglic, Pogacar, Gall y Lipowitz. “Hubo algunos puntos en esa etapa en los que pensé que se me escapaban los 5 o 6 primeros puestos, especialmente con Felix [Gall] en la escapada. No tenía compañeros de equipo y estaba rodeado por tres hombres de Visma y tres del UAE. Tobias Johannessen y yo estábamos allí sentados, y no podíamos hacer nada».

Tras coronar el icónico Col de la Madeleine, Matt Winston, director general de Onley en Picnic, lo animó: “Me dijo que los hombres estaban regresando. Creo que me pasó unas diferencias de tiempo un poco menores de lo que realmente eran, para darme ánimos. Pero cuando regresaron, tiraron con fuerza para que volviera a la cabeza de la carrera”. Y fue así, como el tren Picnic –liderado por un fantástico Frank van den Broek- llegó a todo vapor al grupo de Pogacar, salvando así el Tour de France de Onley.


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