Por Oscar Trujillo Marín
Julian Alaphilippe, en un ataque tardío en la ultima cota, a 12 km de meta, ha sido el más fuerte en en la prueba de ruta en Imola, Italia y es el nuevo campeón mundial de ciclismo. El recorrido de 258 km , -uno de los más duros de los últimos tiempos- acumulaba más de 5000 metros de desnivel positivo premió al más valiente y ambicioso,
Muy pronto se formó la fuga de animadores que por lenguas maternas parecía más una torre de Babel: Jonas Koch (alemania), Torstein Traen (Noruega), Daniil Fominykh (Kazajstan), Arashiro Yukiya (Japón), Ulises Castillo (México), Friedric Marco (Austria) y el rumano Eduard Grosu. Estos dos últimos fueron en primeros en perder la rueda y a falta de 120 km ya habían sido cazados por el grupo.
Mientras tanto sus compañeros de aventura a esa altura conservaban 5 minutos de renta sobre un lote parsimonioso donde los seleccionados favoritos (Italia, Bélgica y España) aún se reservaban y el protagonismo para poner tranquilo paso de persecución recaía en los suizos y daneses. El lote era demasiado numeroso y el ritmo todavía no era alto. Los fugados caerían por fatiga propia, los más débiles y en el momento que las potencias del pelotón apretaran cederían los más fuertes. En efecto, se fueron desgranando y a 90 km de meta solo quedaban en punta Jonas Koch y Torstein Traen, pero ya solo a 3 minutos.
Con 70 km por recorrer aún no se movía ni el viento. Un lote casi al completo extendido a lo ancho de la vía marchaba sin prisas, el par de escapados ya exhaustos aguantaban a a 1 minuto. En el antepenúltimo paso por el par de duras cotas encadenadas, los franceses pusieron un paso más serio y la fuga ya era historia. Era un ritmo claramente ofensivo, el grupo muy estirado empezó a perder unidades.
Restando 56 km, (las dos últimas vueltas al circuito) seguía tirando a muerte Francia con 3 hombres y los favoritos se empezaban a acomodar adelante. Cuando los gregarios galos cedieron tras un magnífico trabajo de criba, de inmediato se puso adelante el seleccionado belga junto a los, suizos y británicos alternándose la punta de un grupo con no más de 80 unidades.
A 41 km del final, en el penúltimo paso por el último duro repecho atacó Tadej Pogacar, en un movimiento lejano que más parecía de desgaste para desbaratar el poderoso tren belga y mermar efectivos a las selecciones más poderosas, fundir gregarios a sus rivales, quizás para que Roglic -en caso de tener buenas piernas- aprovechara al final.
A priori, era un ataque temerario, demasiado arriesgado con tanto interés atrás. Pero así coronó el campeón del Tour de Francia y se lanzó en el descenso con una renta de 15″. La persecución la asumió Bélgica que con 4 corredores era de las pocas selecciones que mantenía superioridad numérica junto a España e Italia. Estas dos últimas no habían trabajado en absoluto, reservándose durante todo el día para este giro final y tampoco les hacía ilusión dedicarse a reducirlo. En un peligroso exceso de confianza y marrullería italianos y españoles aún esperaban que “alguien” les evitara la fatiga de asumir la persecución. Mientras tanto Pogacar aumentaba a 25″ su renta. Si se fiaban de él, ya deberían saber lo que le pasó a Roglic en la pasada ronda gala.
En la penúltima cota atacó Dumoulin a 21 km de meta, le llego al joven esloveno. Desde atrás Pidcock de gran Bretaña y Urán los neutralizaron. Ya unificados y con todo el trabajo hecho se pusieron en punta los italianos a tirar del lote. Pocos metros adelante atacaron Nibali, Van Aert, Urán y Landa, pero no lograban abrir hueco. Empezaba el descenso y solo faltaba el último repecho.
La última cota lo iba a definir todo, pero si nadie lograba separarse habría sprint reducido Quedaba un grupo de 30 unidades que muy rápido se desgranó. Gracias al encomiable y generoso trabajo de franceses y belgas no había fructificado ninguna fuga. Ojalá hubiera premio, solo les faltaba que otros cobraran en meta. Precisamente allí, a 12 km del final atacó Hirschi pero no pudo separarse, se unieron varios hombres entre ellos Alaphilippe que lanzó un duro latigazo en la cima yéndose en solitario. Muy de cerca perseguía Fuglsang, Hirschi, Roglic, van Aert, y Kwiatkowski. En la pancarta de 10 km para el arribo, Julian tenia 10 segundos sobre el quinteto que le perseguía, pero atrás no se organizaban y el francés iba aumentando la renta.
5 km y 13 segundos de ventaja separaban de la gloria al francés, pero atrás apretaba van Aert. Muy emocionante y dramático el final. Un belga o un francés merecían ganar, sus ambiciosas selecciones habían trabajado demasiado. Alaphilippe con un coraje y despliegue espectacular mantuvo el pulso y sus rivales fueron incapaces de recortarle.
Consiguió uno de los triunfos más importantes y bonitos de su brillante carrera que dedicó a su padre una vez más rompiendo en llanto en línea de meta. Segundo entró Van Aert y tercero el destacado joven suizo Marc Hirschi, premio para los seleccionados que le pusieron siempre la cara al viento y castigo para los especuladores y marrulleros acostumbrados a aprovecharse del esfuerzo ajeno.
Video:
🇮🇹#Imola2020 ¡¡¡ JULIAN ALAPHILIPPE🇨🇵, CAMPEÓN MUNDIAL DE RUTA 2020!!!
🥇 Julian Alaphilippe 🇨🇵
🥈 Wout Van Aert🇧🇪
🥉 Marc Hirschi🇨🇭
pic.twitter.com/XhiRuF9Uls— CiclismoInternacional (@CiclismoInter) September 27, 2020
Clasificaciones
Oscar Trujillo Marín
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