Por @pmpalermo
La Vuelta a España 2017 entra en su fase de definición. Pero antes, los corredores gozan de un merecido descanso, tras 15 parciales sumamente exigentes. Sin embargo, aunque resulte difícil de creer, todavía falta lo más duro en la última grande del curso, y eso invita a ser cautos.
¿Por qué decimos esto? Principalmente por las expectativas generadas en torno a Miguel Ángel López, la sensación de esta edición, y quien parece encaminado a cumplir su cita con el destino tras años de accidentes y mala suerte.
Vayamos por partes. Antes del comienzo de la Vuelta dijimos que el colombiano acudía a la misma para ayudar a Fabio Aru, aprender y, sobre todo, completar las 21 fracciones, punto fundamental de cara a su progresión como atleta.
Y pese a su brillo de los últimos días, eso no ha cambiado. El de Pesca está en territorio desconocido en términos de forma física y, así como apabulló a sus adversarios en la tremenda ascensión al Alto Hoya de la Mora, mañana puede desfondarse y ceder una minutada. Así de cruel es este deporte.
Esto se debe a que la Vuelta -como el Giro y el Tour- son competencias de resistencia en las que la veteranía es un plus. Temporadas de kilometrajes acumulados en el organismo favorecen y, por el contrario, los inexpertos 23 años de Miguel son un problema, hasta para dosificarse. ¿Pagará su sensacional cabalgada de ayer?
Aclarado esto, no hay una fórmula matemática y, aunque es lo habitual, no significa que vaya a suceder. Un factor que beneficia a los colombianos es su rápida madurez, porque desde muy pequeños escalan puertos monstruosos y compiten contra los profesionales de su patria. Bueno en el corto plazo, aunque un handicap al ingresar a la que debería ser la edad ideal para este deporte. Pero esa es otra historia…
Aquí se trata de explicar que, si bien López posee el potencial para subir al cajón de Madrid, no sería una sorpresa tampoco un hundimiento.
Por último, aclarar que, incluso sin desfallecer, encontrará otro peaje en su camino al top 3, porque la crono de mañana no es favorable a él. Para más precisiones, un artículo completo al respecto.
Pero la Vuelta no gira alrededor de López, sino de Chris Froome, que está cada día más cerca de concretar el doblete, acallando definitivamente a quiénes decían que es un corredor de julio. De hecho, sus tres segundos puestos en la carrera española ya implican lo contrario, pero con la corona en el bolsillo, no habrá más dudas.
El británico hizo de las suyas en la primera semana, recolectando segundos aquí y allá en casi todos los muros, valiéndose de sus poderosas aceleraciones. Posteriormente, en la alta montaña, emergió su escuadra en todo su esplendor, arropándolo de un modo que ha resultado infranqueable para el resto.
Una y otra vez, los de negro protegieron a su capo, que sí quedó algo expuesto en Calar Alto. Y allí, no entregó tiempo más que a López, un outsider.
Hasta podría decirse que eso mismo se repitió en La Pandera y el Alto de la Hoya de la Mora, donde eligieron a quién cazar y a quién no, según el peligro que representaba y el punto elegido para agredirlos. Entonces, a Nibali no le regalaron un centímetro, mientras que Superman y Contador -ambos a más de tres minutos- saltaron de tan lejos que hubiese sido suicida quemar a los gregarios para secarlos.
Pero los tuvieron monitoreados en todo momento, esperando hasta el tramo conclusivo para apretar. La mejor evidencia de ello es Zakarin, que casi alcanza al de Astana (llegó a 36 segundos) con una aceleración de apenas 1500 metros cuando López tenía 1:02 de ventaja.
Eso da la pauta que, a pesar de sus formidables piernas, Miguel Ángel no era considerado una amenaza directa. Ojo, porque no cualquiera sostiene un intento de 27 kilómetros -los últimos 6 en solitario- en la alta montaña, y ese es un dato a considerar en una fracción como la del Angliru.
Froome llega a la crono con su principal adversario a un minuto y los demás, todos inferiores sobre la cabra, más distantes. Situación ideal, que hubiera firmado antes de tomar la partida en Nimes.
De cumplirse los pronósticos, el “keniata” sellará la victoria general mañana, dejando un interesante duelo por escoltarlo entre Vincenzo Nibali, Ilnur Zakarin, Wilco Kelderman, Esteban Chaves y Miguel Ángel López.
De todos estos, el italiano cuenta con un colchón interesante para dosificar. La cuestión pasa por ver si corre contra el puntero o si empieza a defender lo alcanzado. En teoría esta es su semana y, con matices, ha enseñado buenas piernas. Sin nada más que demostrar y con un carácter elogiable, lo normal es que vaya al ataque.
Zakarin ha repetido su progresión del Giro, yendo de menos a más. Eso lo posiciona fuertemente para preservar su actual puesto en la tabla, porque además, es un gran croner y sólo Froome o Kelderman lo harían mejor que él mañana.
El holandés no es una sorpresa. Top 10 de un Giro, ha competido sin presión y su forma impacta. Especialista sobre la cabra, es de esperar que acceda al cajón en Logroño, aunque luego tendrá la difícil misión de defenderse en rampas empinadísimas como las de Los Machucos o Angliru.
Chaves luce recuperado tras su bajón, pero la crono le costará un tiempo valioso y sería normal que caiga en la decena de avanzada. Las cosas no pintan bien para el de Bogotá, que quizás cuente con algo de libertad más adelante.
De López ya hablamos en un artículo aparte. Y el resto, con tanta paridad, oscilará en sus actuales ubicaciones, que serán definidas en los puertos.
La Vuelta se acerca al cierre pero las emociones estarán a flor de piel, porque la pelea por el cajón lejos está de haber concluido. Alguno de los protagonistas explotará luego de semanas de extenuantes batallas y otros irán hacia arriba, sacando provecho de una planificación acertada. Todo esto, a espaldas del poderoso capo de Sky.
Pablo Martín Palermo
¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en @CiclismoInter
Sumate en facebook: Ciclismo Internacional
Copyright © 2012-2017 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved