Por @amatiz12
Tras la primera parte del listado de corredores que de acuerdo al juicio de este servidor, pueden pegar un salto importante para el año venidero, presentamos la segunda entrega con otros 7 nombres que también aplican en ese criterio de revelaciones con un prometedor margen de mejora.
Esta es la otra baraja de los llamados a dar un campanazo y seguir por su buena senda de progresión para 2022:
Andreas Kron: Un interesante prospecto que ofrece este danés. Dado a conocer con sus etapas ganadas en la Volta a Catalunya y Tour de Suiza, está perfilado a ser un cazador de etapas aventajado sobre otros tantos, ¿el motivo? Mezcla con idoneidad sus habilidades subiendo, en el llano y esprintando. Si llega un grupo reducido a definir la victoria, tiene altas chances de triunfo al ser veloz. Si se produce el escenario de ataques y contraataques en el plano para formar emboscadas, tiene la habilidad y la inteligencia para meterse en el corte correcto. Si la selección en fuga se desarrolla en puertos tendidos, sin llegar a ser escaladas puras, aguanta decentemente. En esas carreras de eliminación y estrategia, siempre se desenvuelve muy bien, pese a tener sólo 23 años. El siguiente escalón a subir debería ser en una cita de tres semanas, cazar una victoria allí, y mejor si es Giro o Vuelta -en el Tour salen caras-, para así ratificar ese potencial que tiene para aportar triunfos a su equipo, Lotto-Soudal que atraviesa tiempos difíciles ante la escasez de conquistas. A lo mejor Kron es parte de la solución a ese mal.
Mark Padun: No hay nadie que no haya hablado sobre el ‘nuclear’ Padun. Impresionó especialmente por su doble triunfo consecutivo en Dauphiné, sin rival alguno en esa alta montaña francesa. Y luego tuvo un desempeño destacable en La Vuelta como gregario, apareciendo primeramente como una ficha sólida de apoyo para Mikel Landa y más adelante para Jack Haig, sacrificando incluso una victoria de etapa para bajarse de una fuga donde era el más fuerte, para ayudarle al ‘aussie’ a asaltar su podio camino de Mos. No obstante, su gran dificultad, y que supone su gran desafío para el curso próximo se halla en la regularidad. Pareciera no tener punto medio, o vuela o no anda. Y si su plan es el de convertirse en vueltómano a futuro, debe hallar esa constancia, no andar en picos muy altos y baches muy bajos. Si Mark encuentra ese equilibrio, esa regularidad, los resultados vendrán por sí mismos, ya que el talento le sobra. A lo mejor le permiten ampliar más su palmarés e incluso decorarlo prontamente con alguna conquista parcial en Giro, Tour o Vuelta. Ese es su siguiente paso antes de pensar en él como un aspirante a la general.
Stefan Bissegger: Algo más de un año en la élite y el muchacho ya gana cronos en París-Niza o Benelux Tour y se acerca a los mejores. Con la posibilidad de que se me escape otro, este puede ser el croner puro más prometedor de los nuevos que van saliendo. Le rinde por su potencia, pero también por su habilidad técnica para trazar curvas y sacar ganancia en obstáculos donde gran parte de la gente frena en seco. Tiene esa mecha que sobre todo explota a tope en ejercicios cortos (sus cronos ganadas no pasan de 15 km). Para abonarle como virtudes distintas a las de contrarreloj, están las de rodador en terreno plano -se adquieren por sus bondades al reloj- y que bien pueden ser aprovechadas en labores de equipo o personales, misma que le dio otro festejo en el Tour de Suiza mediante una fuga. Consignas para 2022, mantener la buena senda de triunfos y avanzar en pruebas cronometradas más largas, apostando por podios o top-5. Va por buen camino.
Ben O’Connor: Pasito a pasito, suave, suavecito… De a poco el ‘aussie’ ha ido ganando galones y ya este año pudo asomar como vueltómano, aunque no fuera lo planeado. De rebote acabó peleando la general del Tour tras una imperiosa exhibición al término de la primera semana con un triunfo de etapa desde la escapada. Era lógico pensar que el podio le sería inalcanzable ante su inexperiencia para ser jefe en 3 semanas, pero igual hizo el 4º y con un coraje de admirar, porque fue de los pocos que se desentendió de la intrascendencia del top-10 para correr al ataque. Ahora, con más tiempo y margen, puede prepararse para el asalto de una prueba grande desde la perspectiva de la general. Es el gran paso a dar de su parte, hay muchas expectativas en saber cómo asumirá la responsabilidad ya con la presión que ello conllevo y planeándolo con anticipación. Con una regularidad más consolidada en la montaña, y la pendiente por hallar al reloj -ha hecho unas muy buenas y otras pésimas-, aspirar a volver ingresar entre los 5 mejores, ya sabiendo de antemano que esa es su función, sería su previsible meta. De a poco se han ido cumpliendo los alentadores pronósticos con él y ojalá que este, no sea la excepción.
Neilson Powless: El estadounidense aún no acaba por descubrirse. Su equipo lo ha intentado encarrilar en la búsqueda de generales de vueltas de una semana -con ciertos atisbos de encajar en eso-, aunque parece ser que lo suyo son más las pruebas de un día, con fondo y media montaña como principales ingredientes. Algo normal en alguien que ganó en San Sebastián y fue 5º en el Mundial. Cuesta sacarlo de punto en esos muros por su formidable capacidad de resistencia en esfuerzos cortos, pero de alta intensidad. Al ser Donostia su única conquista en la élite, el reto se enfocaría en ir obteniendo más triunfos. El tema será lidiar con el enfoque que EF busca en él, a lo mejor desprenderse de la CG de citas tipo París-Niza o Tour de Suiza, para enfocarse más en las clásicas y moldear su habilidad allí, y que en esas carreras de varios días de duración, le distribuyan una labor más acorde, como buscar etapas, porque sí puede haber un temor de que tanto énfasis en generales, queme las grandes piernas que hay para la media montaña.
Florian Veermersch: Dejó el anonimato el 3 de octubre del presente año con su impresionante 2º plaza en la París-Roubaix más dura del último tiempo. Fue sensacional e increíble lo que hizo este belga en los adoquines, ya que inicialmente se metió en la fuga, a la cual atacó con distancia y luego, cuando se lanzaron Van der Poel y Colbrelli, fue capaz de resistir su paso y amenazar con dar el campanazo. Prácticamente el único instante donde no fue cabeza de carrera fue cuando Moscon lo descolgó, pero de resto siempre estuvo adelante. Una presentación de tal nivel, con sólo 22 años, habla de que hay un motor y unas piernas que brillarán con notoriedad en el futuro. Pero es que además de esa calidad para los adoquines y clásicas, Florian ha mostrado destellos en otras modalidades. Tiene una sobresaliente punta de velocidad y se defiende muy bien al reloj, donde ha logrado ser top-10 en Tour de Suiza o medalla de bronce a nivel mundial en la categoría sub-23. En su palmarés no se hayan victorias aún, por lo que su siguiente paso debería ser ese, alzar los brazos. Claro que con ese brinco que pegó en Roubaix, no sería sorprendente que alguno de esos triunfos los firme en pruebas WT.
Einer Rubio: Es otro del que no se conoce su techo, pero que de a poco ha ido mostrando que tiene un potencial que no puede pasar inadvertido. Producto colombiano tradicional, escalador puro que le sientan bien los puertos con alturas y de entidad. Ya este año mostró la condición para estar a la par de varios trepadores de referencia en los momentos más álgidos. Ejemplo claro la Vuelta a Burgos, cuando tuvo que batallar contra Hugh Carthy, Egan Bernal, Simon Yates o Mikel Landa. La proyección es que esas actuaciones sean más frecuentes. Su avance para el siguiente curso puede verse reflejado en eso o con alguna victoria, sobre todo una parcial, porque en competencias con crono queda automáticamente descartado. Seguro que la renovación de Movistar por otros dos años lo hará sentirse respaldado, y con la confianza que ello significa, habrá margen para que ese ‘escarabajo’ tenga más presencia en lo alto.
Alejandro Matiz
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