Ciclismo Internacional

Análisis: Dolor de espalda, la pista que faltaba

Por @pmpalermo

Hace un par de semanas, desde el Tour de l´Ain, venimos hablando de la condición física de los aspirantes al Tour de France. Estos, a diferencia de quienes irán al Giro, no han tenido casi tiempo de manipular del mejor modo su forma y no llegarán a la Grande Boucle en plenitud de facultades.

No en vano el Tour, en campañas normales, se empieza a preparar en diciembre, intercalando competencias en el proceso. Esto es para sumar kilómetros de base progresivamente, que permiten adaptarse a las exigencias de pasar horas sobre la bici, llevando el cuerpo a extremos al alcance de pocos. También, por si acaso alguna enfermedad o caída se cruzan en el camino.

Todo ese colchón de tiempo se perdió con la pandemia y los ciclistas han salido al mundo real casi de golpe. Algunos antes, otros después, pero salvo excepciones, la mayoría con los mismos impedimentos para entrenarse.

Así, en el regreso a la competición, además de quedar a la vista quienes son genéticamente privilegiados y quienes hicieron mejor los deberes, incluso en el rodillo, también fueron expuestas las flaquezas del pelotón. Y por supuesto, aparecieron dificultades adicionales.

Como explicamos en artículos previos, casi no había margen alguno para mejorar ya desde antes del Dauphiné. Y si alguno dudaba que la condición para el Tour era la vista en l´Ain, surgieron las dolencias para marcar la necesidad de recuperar -en altura- tras el prestigioso Critérium.

Vamos a plantearlo del modo más sencillo posible: ¿no les pasa que -si dejan de ir al gimnasio unas semanas, o mismo si cuelgan la bici- al reiniciar la actividad les duelen los músculos como si jamás hubieran entrenado? Pues bien, a menor escala, los ciclistas profesionales están atravesando el mismo proceso.


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En las últimas horas se reportaron problemas de espalda para Egan Bernal, Mikel Landa y Thibaut Pinot. Completamente lógico tras venir de meses sin exprimirse sobre la bici a nivel de competición. No hay gimnasio, rodillo ni nada que pueda simular lo que se fuerza yendo a tope en carrera, con la consecuente presión a la que se someten articulaciones, tendones y organismo en general.

La cuestión de la espalda también pasa por la preparación física de Core, y esa no sé puede medir como se hace con el ciclo computador, ahí únicamente está la conciencia de que se hizo el trabajo adecuadamente. O no. Y se sabe lo reacios que son muchos de los atletas a cumplir con todas las rutinas gimnásticas y encerrados solos, puesto que aman y priorizan rodar al aire libre, acompañados.

Estamos al tanto de los “apocalípticos” entrenos de Egan, que dicho sea de paso, no es el único que hace siete horas y miles de metros de desnivel cada vez que sale. Quizás sí de los pocos que lo publica. Pero ni en tamañas salidas el de Zipaquirá puede llevar su cuerpo a los extremos de una jornada de competición. Ni él ni nadie.

De ningún modo afirmábamos que no podrían mejorar entre l´Ain y el Tour porque tendrían dolores. No somos adivinos para anticipar que a tal o cual protagonista le dolería algo, sólo sabemos de procesos de entrenamiento. Pero las dolencias en cuestión no hacen más que reafirmar la necesidad de reposo de los corredores, que vienen incrementando cargas desde que salieron del confinamiento.

En conclusión, la forma con la que iniciarán el Tour es la que vimos en Dauphiné y, probablemente, irá en crecimiento durante la Grande Boucle. Por supuesto, mucho dependerá de cuánto hayan forzado en el Critérium y si son simples dolores o se hizo algún tipo de lesión más profunda como lumbalgia.

Por lo pronto, pendientes de eso, es un hecho que entrenarán con menor intensidad, en altura, recuperando y asimilando el castigo. Tal vez alguno sufra en las primeras trepadas del Tour, pero si superan los dolores y salen fortalecidos, luego tendrían que ir a más. Claro está, el título podría haberse perdido entonces porque esta edición presenta montaña muy temprano.

Ya que estamos, algo similar padece Nairo Quintana. Aunque en su caso, por la rodilla afectada en el accidente sufrido mientras entrenaba en su país. Sólo le queda recuperar sin forzar, para volver a presionar los ligamentos de la zona en carrera. De ningún modo hará salidas de calidad. Estas serán las etapas de la ronda francesa en si mismas.

Párrafo aparte para los caídos. Porque, como comentamos, la pandemia eliminó cualquier margen de maniobra de cara a recuperarse de lesiones, pero también de accidentes. Con suerte, Kruijswijk tomará la salida en Niza y, si el hombro logra superar la primera mitad del evento, aportará para Jumbo en los Alpes. Como gregario.

Mismo panorama para Roglic. Si el percance que lo obligó a renunciar a un título que tenía seguro en Dauphiné no lo aqueja en el Tour, el esloveno también seguirá mejorando. Aunque muchos crean que ya va a tope y que debería flaquear en la tercera semana, es justamente lo visto en Dauphiné lo que lleva a especular con lo contrario.

Roglic no sólo no atacó de lejos porque su sprint le permitía esperar, sino porque -justamente- aún le falta un punto para moverse a distancia. Y, para quienes se perdieron otros artículos, recordar que fue a menos -pero no se hundió- en el Giro 2019 luego de haber arrasado de febrero a mayo (20 jornadas de competición) mientras que aquí tomará la partida en el Tour con apenas 10 y sin fatiga acumulada.

Pablo Martín Palermo

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