Por @pmpalermo
No hace falta ser un genio táctico para darse cuenta que el gran ganador de la primera parte de la Vuelta a España 2019 es Primož Roglič. Caído en la jornada inicial, no sólo salió ileso físicamente, sino que ha estado con los mejores escaladores en todo momento.
Ayer, en el temible parcial andorrano, comenzó a seis segundos del líder de la general y acabó en la misma situación, casi 4000 metros de desnivel después. Todo eso, con la crono larga a su favor por venir, y con cada vez menos días de montaña seria en la que defenderse.
El esloveno, que aprendió una dura lección en el pasado Giro de Italia, acudió fresco a la ronda española y, contrario a lo sucedido en mayo, debería ir a más con el paso de las jornadas. Malas noticias para sus adversarios, que no lograron quitárselo de encima en su terreno y mañana verán como les mete una minutada sobre la cabra.
Una mezcla de tácticas bien empleadas por todas las partes, fortaleza física y más o menos suerte para los implicados, decantó en la actual coyuntura de competencia, con cuatro gallos en un pañuelo y el resto del top 10 al alcance de muchos atletas que normalmente no lo firmarían. Claro está, eso no es culpa de ellos, pero sí vale para contextualizar el auténtico nivel de la prueba.
Entonces, con la única “sorpresa” en Tadej Pogačar, a día de hoy único posible outsider en la puja por el cajón, la realidad marca que la cosa está planteada entre Miguel Ángel López, Primož Roglič, Alejandro Valverde y Nairo Quintana. Los mismos que se perfilaron en Javalambre y Mas de la Costa, y se confirmaron en la montaña andorrana.
El cuarteto de punta está apretado en 20 segundos, brechas que se han ido generando por debilidades y fortalezas, pero también, por una elevada cuota del factor suerte. Así, por caso, el mejor escalador -López- fue el peor parado en el día que mejor lo hizo y con más recorrido a su favor.
Y el más regular en todos los días de montaña -Roglič- comenzó la carrera besando el suelo en la CRE, donde además, entregó 40 segundos respecto al propio “Superman”, el grimpeur más en forma, y a quien hoy aventaja en 11 segundos. ¡El mundo del revés!
Luego aparecen los Movistar, un peldaño por detrás de López cuesta arriba, pero muy igualados con Rogla. Dicho sea de paso, la fortaleza del esloveno quedó expuesta ya que, además de que les fue imposible distanciarlo mano a mano subiendo, los alcanzó tras caerse y ceder medio minuto en el sterrato.
Para complicar esta extraña ecuación en la que el mejor escalador no sacó rédito de su estatus, están los gregarios. Astana estuvo excelente ayer, seleccionando en la Gallina para lanzar a “Superman” a 20 kilómetros del arribo. Lejos para los estándares actuales.
Mientras el desatado boyacense ascendía, usando los puentes de los compañeros que lo aguardaban, a sus espaldas pasaba de todo. Por un lado, los telefónicos dudaban entre ponerse a rueda de Roglič y dejarle la tostada, o colaborar -algo que hicieron ocasionalmente- para mantener a raya al de Astana. Su problema es que no van igual de sólidos que López y no pueden seguirlo, debiendo atacar al de Jumbo -al que tampoco logran cortar- sin poder sentarse a su rueda para no perder la Vuelta con el capo kazajo.
A todo esto, los tulipanes gastaban a sus escuderos in situ, mientras mandaban parar a Gesink y Kuss, también por delante, en la fuga. Eso permitió al ex esquiador contar con compañía, controlando a sus rivales calculadora en mano y con un ojo puesto en la crono del martes.
En la fiesta se coló -temporalmente- Bora, protegiendo el puestómetro de Majka con el propio polaco en primera persona. El dato no es menor, porque cualquiera de los demás miembros del top 10 con piernas pueden convertirse en virtuales aliados de Roglič de aquí en adelante, cuando protejan su escalafón si alguien escapada los amenaza.
Volviendo al análisis físico, el intento de López fue demasiado para el rédito que iba encaminado a obtener. Sí, dejando de lado que a final del día no sólo no sacó ventaja sino que perdió, de no haber mediado percances, su aventura no lucía tan sensacional, tal como puede conjeturarse del paso de los kilómetros sin una brecha superior a los 30 segundos,
Esto indica la paridad reinante. Y también que Miguel, con una marcha más para trepar, debe elegir mejor los momentos para lanzarse. Se agradece lo que hizo, pero hará más daño siendo menos temperamental y más inteligente. Una suerte de Nairo con más vatios, al menos a día de hoy.
La crono
Que el ex esquiador es un croner eximio no escapa a nadie. A modo de reseña, vale la pena mencionar algunos antecedentes para entender cuánto daño puede hacer. Sin ir más lejos, en la etapa 9 del Giro, remachó a quien sería campeón -Richard Carapaz- con 1:55 en 34.8 km. Y el trazado presentaba una parte ascendente que salvó al ecuatoriano. ¿López? Entegó 3:45.
En Verona, cierre del evento italiano, estando algo enfermo y cansado, aventajó en 46″ a Richie, en apenas 17 km, cota mediante.
En el Tour 2018 (31 km), en el que probablemente fue su día malo, le metió 38 segundos a Valverde y casi 3 minutos a un Nairo algo tocado por caída. En el Giro 2016, sin ser el vueltómano que es hoy, puso 2:24 entre él y el “Bala” y, por caso, 1:58 a Dumoulin en los complejos 40.5 km dispuestos.
¿Más? En el cierre de la Grande Boucle 2017, sin haber pujado por la clasificación principal, no hizo su mejor crono y, aún así, aplicó 53 segundos a Nairo en Marsella.
Apenas si conoce la derrota en la especialidad cuando está en forma, y ostenta un historial favorable respecto a los adversarios con los que se mide aquí. Haciendo un cálculo grosero, desde este espacio creemos que puede sacar 1:30 a Valverde, dos a Quintana y dos y medio a López.
¿Dónde pueden hacer daño a Roglič?
Ahora bien, lo que queda de la Vuelta no es tan intimidante. Básicamente, una vez que dejen la crono atrás, restarán pocas oportunidades para quebrar al líder moral del evento, que hará efectivo su estatus mañana.
Sin entrar en tediosos detalles, los escaladores pueden apostar por el día de Machucos, el Acebo -otro esfuerzo unipuerto porque, aunque hay varias escaladas antes, están separadas entre sí por largos descensos y falsos llanos- o la etapa 16. Esa sí es para moverse de lejos, en tanto que el parcial de Navacerrada, Morcuera y Cotos hay terreno interesante, con ascensiones tendidas, valles, un cierre en descenso y un pequeño muro. Una réplica del trazado en el que Aru desfondó a un aislado Dumoulin en 2015. Tal vez, jugando correctamente, con mucha precisión y valentía, la fracción de Gredos.
A modo de ejemplo, López le sacó 42″ al peor Froome de la Vuelta 2017 en los Machucos. Ese día no habrá ataques lejanos, el terreno no lo permite. Y difícilmente haya márgenes amplios. Lo mismo cuenta para el Acebo.
La clave del evento pasará por limitar la sangría mañana, y ser ofensivo desde temprano en los días antes señalados: la etapa 16, saltando en la Cobertoria, la 18 y la 20 de ser necesario. De hacerlo correctamente, podrían llegar a aislar al esloveno.
Pero esta suerte de PCM virtual no se concretará tan fácil, y aún pudiendo dejarlo solo, faltará quebrarlo. Primoz es relativamente nuevo en estas lides y, tras ser 4to en el Tour y 3ro en el Giro, flaqueando en la tercera semana de ambos, tranquilamente podría especularse con un aprendizaje de su parte.
La sangre fría evidenciada en Andorra ratifica eso, porque no lo rompieron aún cuando saltaban rivales por todos lados. Si sus laderos sostienen el mismo nivel que en Andorra, donde no brillaron, y desde el coche los lanzan correctamente en fugas para luego descolgarlos, el ex esquiador puede salvar las etapas con valles. Terreno donde se puede pasar muy mal estando sin compañeros.
En definitiva, sin puertos monumentales para que los escarabajos saquen a relucir su adn, con formaciones muy igualadas en potencia y con poco recorrido para hacer diferencias, salvando desfallecimientos o accidentes, la Vuelta pinta a pedir de Roglič.
Pablo Martín Palermo
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