Ciclismo Internacional

Análisis: Dumoulin, a por un cambio de paradigma ciclístico

Por @pmpalermo

Pocos hubieran aventurado que, al concluir la segunda semana del Giro de Italia del centenario, Tom Dumoulin sería líder con 2:41 de ventaja sobre Nairo Quintana y con el resto de los jefes de fila a más de tres minutos.

photo LB/RB/Cor Vos © 2017

Aún si el trazado permitía pensar en algún contrarrelojista bien posicionado, con el Blockhaus mediante, todo apuntaba a una brecha inferior y, probablemente, a otros protagonistas con más lauros en estas cuestiones.

Pero allí está el holandés, firme y con la Maglia Rosa sobre sus hombros hace seis jornadas, amenazando con concretar la que sería una de las máximas sorpresas de los últimos tiempos en lo que a grandes vueltas refiere.

Por supuesto que nada es casual, ya que el líder del  Team Sunweb se preparó como nunca, incluso perdiendo peso para progresar en la escalada sin ceder un ápice en su especialidad: la contrarreloj. Esto no es nuevo, y no hacemos referencia solamente a la Vuelta 2015, sino a la misma Corsa Rosa que lo tuvo puntero seis parciales en 2016.

Dumoulin no es flor de un día y los indicios estaban allí para quienes quisieran buscarlos. Pero hay que reconocer, y desde esta redacción lo aceptamos, que con el nivel de los escaladores presentes en el evento, esperábamos al “tulipán” sufriendo en las montañas. Y eso no sucedió.

¿Por qué es líder?

En primera instancia porque su condición es impecable y enfocó toda su temporada en el Giro, situación diversa a la de sus dos grandes de referencia anteriores. Vale la pena señalar que en la Vuelta se sorprendió a sí mismo, mientras que el año pasado tenía los Juegos Olímpicos contrarreloj y el Tour entre cejas.

El otro factor que ha permitido a Dumoulin rendir sobremanera cuesta arriba es el estilo de las etapas y puertos. Quitando el Etna, donde nadie mostró la cara, tanto en Blockhaus como en Oropa, el pelotón encontró jornadas unipuerto.

“Es evidente que me favorecen”, explicó el líder. “La tercera semana será otra historia”, reconoció a continuación, momentos después de haber arrasado en el mítico santuario que aún recuerda a Marco Pantani.

Fresco y con un plan trazado de antemano, el capo de Sunweb subió los dos puertos en cuestión del mismo modo y con resultados similares. Escalar a ritmo, mirando el potenciómetro (por más que insista en decir lo contrario) y sin entrar en el peligroso juego del cambio de ritmo propuesto por Quintana.

Así, el portentoso atleta arribó 3° en el Blockhaus a escasos 24 segundos de Nairo, a quien luego propinó un duro golpe moral en Oropa. Allí, no sólo se recuperó del arreón inicial del tunjano, sino que lo alcanzó y lo pasó de largo, alzándose con la etapa en un sitio donde propios y extraños aguardaban a un escalador.

Esfuerzos relativamente cortos (o no tanto, pero sí únicos) y de potencia, ideales para un ciclista capaz de mover muchos vatios como el de Maastricht, ofrecen parte de la explicación a su liderato indiscutido en la primera grande de 2017.

Claro está, su sangre fría para no entrar en pánico y una mentalidad ganadora para brillar allí donde se lo estipula, son otros atributos de este ex aspirante a médico que hoy tiene a medio “mundillo” ciclista en vilo.

Y que quede muy claro que Tom está donde está por méritos propios, ya que nada indica un rendimiento por debajo de lo normal por parte de los otros gallos, o al menos de quien tomó la salida como el máximo favorito, Nairo Quintana.

Lo que le espera

Hasta aquí, los argumentos en los que se apoyó este contrarrelojista que quiere ser vueltómano para encabezar una de las competencias más exigentes del planeta, con una solvencia impactante que ha hecho ver inferiores a hombres de contrastada trayectoria en el deporte pedal.

Pero la gran incógnita que quita el sueño a todos pasa por saber si el gigante holandés podrá resistir en su posición de privilegio durante la tercera semana, tramo en el que se aglutina la montaña dura y, más importante aún, encadenada.

Es interesante entender por qué se habla tanto de eso en relación al futuro inmediato del evento y sus protagonistas. El primer punto a considerar son las propias características físicas del líder, un corredor “grande” merced a sus 185 centímetros de altura y 70 kilogramos de peso.

Como se pudo apreciar, si algo sobra a la Maglia Rosa es potencia y fibras rápidas, pero lo que está por venir en el recorrido pondrá a prueba su resistencia y recuperación, algo en lo que ya falló en el pasado.

Ascender dos, tres, cuatro o más puertos en un mismo día y con dos semanas de carrera en las piernas no es tarea sencilla y eso distingue a los fondistas, con más fibras lentas en el cuerpo. Rodador nato como es, podría decirse que Tom se encuentra en el medio en cuanto a biotipo, porque también se sabe de su velocidad y explosividad.

Con algunos de los mejores jefes de fila del pelotón soplándole en la nuca y, previsiblemente, sin equipo alrededor, volverá su misión una hazaña si logra concretarla. De más está decir que Nairo y Nibali gestionan los compases conclusivos de las grandes como pocos, y eso los hace todavía más peligrosos.

Pero no todo se reduce a soportar cuesta arriba, ya que la Vuelta a España 2015 enseñó otras cuestiones. La recordada fracción en la que Aru se alzó con la corona, dicho sea de paso, la única de montaña real de esa última semana, vio a un Dumoulin aislado, con problemas hasta para ser avituallado y sufriendo en el llano de los valles sin auxiliares, cuando perseguía a sus desatados rivales.

Ese día, el “tulipán” ingresó a casi cuatro minutos de Aru, completamente desfondado y con Lawson Craddock como su compañero más próximo… ¡a 11 minutos! ¡Qué poca suena su renta actual en ese contexto!

Esto da pie a otra falencia del lado del -hasta ahora- patrón del Giro: el equipo. Una de las condiciones que puso Dumoulin para renovar su contrato con Sunweb fue que lo rodearían mejor en las grandes vueltas.

Y en parte cumplieron, destinando a su servicio a un hombre habituado a ir al Tour como Ten Dam, y fichando a todo un top 10 del Giro como Wilco Kelderman, infortunadamente fuera de acción por el incidente de la moto que también acabó con Thomas.

Pero ni siquiera con los dos el bloque era top, algo totalmente opuesto al Movistar. Los telefónicos se lucieron en el Blockhaus con una de sus mejores actuaciones fuera de España, asfixiando a todos con un ritmo feroz, de cara al lanzamiento de Quintana.

El pequeño colombiano completó la faena, aunque se quedó corto o, para decirlo de otro modo, la ascensión se le hizo algo larga. El resto es historia conocida y aquí sólo se trataba de resaltar la excelente presentación de los azules y el potencial que poseen de repetirla.

A la ecuación hay que añadir la presión que ejercerá Bahrain-Mérida y, seguramente, FDJ. Sinceramente, Dumoulin tendrá que soltarse la actuación más maravillosa en décadas para sortear semejante prueba.

En eso estaba Steven Kruijswijk -con un historial sólido en el cierre de rondas del género- hace un año, hasta que lo sacaron de punto en el Agnello y, algo tocado por los esfuerzos, trazó mal una curva, estrellando sus chances contra la nieve.

Conclusiones

Partiendo de la base que es puntero por méritos propios y se ha mostrado intratable, merece un voto de confianza que antes no le dimos como candidato real a la corona del centenario. A su favor: una buena ventaja para dosificar, un maillot que da alas, posibles alianzas y la llana contrarreloj final, donde tiene la capacidad de meter unos dos minutos a sus rivales.

Dicho esto, tiene una de las faenas más complejas del deporte por delante: soportar la tercera semana de una gran vuelta, sin gregarios sólidos y contra algunos de los máximos exponentes del ciclismo en estas cuestiones. Todo eso, con un cuerpo que parece diseñado para otras lides y que, salvando las distancias, lo obligaría a coronarse a lo Miguel Indurain.

Por ello, “Big Tom” (así lo bautizamos sabiendo que no le gusta su apodo actual) tendrá que realizar su particular cambio de paradigma, completar su transición de contrarrelojista a vueltómano y hacer valer su presente por encima de los antecedentes.

SECCIÓN GIRO DE ITALIA

Pablo Martín Palermo

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