Ya se conoce el trazado de la tercera grande del calendario y hay opiniones devididas, como siempre, pero además cierta polémica porque se dejó completamente de lado el norte del país. Según algunos rumores, sería porque en esa región estuvo el foco de las protestas contra Israel en la última edición y este sería una suerte de “castigo”, aunque también un modo de prevenir que se repitan incidentes. Análisis: El recorrido de la Vuelta a (la mitad de) España 2026.
Análisis: El recorrido de la Vuelta a (la mitad de) España 2026
Con o sin polémica, el recorrido ya se conoce y constará de 3275 kilómetros en total, repartidos entre 10 parciales de media o alta montaña, con siete finales en alto, más dos cronos individuales y nueve días llanos u ondulados. El desnivel positivo acumulado en total será de 58156 metros. La edición 81 de la prueba tendrá lugar entre el 22 de agosto y el 13 de septiembre.

Como se sabía, la Vuelta iniciará con una corta contrarreloj individual por las calles de Mónaco. Nada definitorio, solo servirá para establecer el primer orden en la general y, obviamente, para poder recaudar con una salida en el principado.

La siguiente jornada no será un paseo, porque se trata del día más largo del evento y porque tendrá más de 3000 metros de desnivel positivo y un recorrido pestoso, lleno de cotas. Incluso el final pica hacia arriba. Aún así, debería ser un sprint reducido entre algunos de los pocos hombres rápidos que se den cita, porque difícilmente una escapada prospere en el segundo día de actividades.

El día tres ya habrá montaña. Es el primer final en alto con un doble pico tras una primera mitad de recorrido plano. Seguramente se vuele y si escapa alguien serán rodadores que después poco podrán hacer en las pendientes. Una alternativa es que los escaladores usen a sus compañeros más potentes para irse en el plano. Un interesante test que obliga a que todos acudan finos.

El lote volverá a Andorra y allí, como no podía se de otro modo, aguarda la montaña. Será un corto y explosivo parcial de 105 kilómetros y más de 3500 metros de desnivel, una trampa en la que no se ganará la carrera pero sí se puede perder.

Debería ser um sprint, aunque la cota que aparece cercana a meta siempre puede servir de trampolín para un ataque tardío que deje con las manos vacías a los sprinters.

Interesante y exigente trazado de media montaña que puede prestarse a un doble juego: la fuga por la etapa y los favoritos probándose en el tramo de tierra que esconde la trepada conclusiva. Dicho eso, lo más probable es que lo gallos no salgan a jugar allí sabiendo lo que se viene…

Un día durísimo en la oficima con más de 3600 metros de desnivel positivo y final en alto de primera, el mismo en que Winner Anacona se coronó en 2014.

Otra de las pocas oportunidades para sprinters, en el octavo parcial.

La primera semana concluye con una etapa brutal que tiene más de 5200 metros de desnivel positivo y seis puertos categorizados. El final en alto es en Alto de Aitana, que se recupera luego de una década.

El evento retomará la actividad con una jornada tramposa en la que el viento puede ser factor. En principio, la escapada tiene opciones.

Curiosamente, otra chance para los velocistas en la undécima fracción. ¿Servirá para atraerlos este año?

Otro día brutal, con variedad de puertos, encadenados y 4500 metros de desnivel positivo.

Aún con más de 3500 metros de desnivel acumulado, este debería ser para velocistas rocosos. Si no, puncheurs.

Otro día tremendo con arribo en alto a la temida Pandera. El calor puede ser crucial en un puerto donde, por caso, se impuso Richard Carapaz en 2022.

La segunda semana concluye con un trazado pestoso, idóneo para clasicómanos o puncheurs.

El tercio final de la Vuelta inicia con un día para sprinters que tendrían su opción en el llano costero, donde el viento puede ser factor.

Por si hubiera dudas del guiño que la organización hizo este año a los sprinters, otro parcial para ellos, el día más llano del las 21 jornadas.

Día clave con la crono individual llana. Serán 32.5 kilómetros y allí puede haber diferencias notables en la general.

El fin de semana conclusivo abre con una tramo interesante que puede tener una escapada victoriosa pero también juego entre los gallos. Claro, si alguno quiere y puede luego de casi tres semanas y considerando lo que vendrá al día siguiente…

Un parcial brutal para definir la competencia, con final en alto tras más de 5200 metros de desnivel y media docena de puertos.

Un cierre bellísimo en la Alhambra donde previsiblemente haya una escapada victoriosa o ataques tardíos junto a las murallas.
Conclusiones
Se trata de una Vuelta que no tendrá paso por el norte, con lo que el calor puede ser agobiante y no tener pausas, un factor crucial que puede mermar a más de uno. Otro punto a considerar es la buena cantidad de finales en alto (7), mayormente tradicionales, y también que la crono es relativamente larga para la época. Otro dato: guiño a los sprinters, con cinco días muy favorables, algo extraño en ediciones previas.
Dicho eso, las sensaciones son ambiguas. Por un lado, la ausencia de medio país deja un sabor extraño para un evento que -por definición- debería recorrer gran parte del territorio. Por otro, si los rumores son ciertos, se trata de una suerte de castigo para con las zonas que más problemas causaron con las protestas anti Israel en la pasada edición.
En lo que al recorrido presentado refiere, hay terreno para todos y, afortunadamente, han eliminado esas etapas completamente llanas con un puerto en el final, reemplazándolas por más días con varias ascensiones encadenadas. No todo puede ser perfecto o acorde a la historia, y sí hay varias con recorridos cortos, esos que aún generan controversia entre los puristas y los más modernos. Pero seguro hay consenso respecto a la supresión de los días mono puerto.
De hecho, esta Vuelta será -según los expertos- la más dura en términos de escalada. Para mayor precisión, serán 58156 metros de desnivel positivo que, al menos en 2026, será la cantidad máxima entre las tres grandes puesto que el Tour escalará 54450 y el Giro 49150. Aún así, sobran evidencias de que no siempre más montaña garantiza espectáculo y hasta puede ser contraproducente con el famoso “negative racing”, es decir, que por temor a tanta dureza los pedalistas sean más conservadores.
En definitiva, sin entrar en detalles numéricos de los puertos, que casi en su totalidad son harto conocidos, entre el cansancio acumulado de todo el año, el temible desnivel sumado y el agobiante calor del verano en el sur español, puede ser una auténtica carnicería. ¿Lo más positivo? Los encadenados que tanto se echaban en falta, reemplazando las tediosas etapas llanas con final en un puerto.
Descubre más desde Ciclismo Internacional
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
