Ciclismo Internacional

Análisis: El silencioso rival de Dumoulin

dumo come

Por @pmpalermo

Arrancó como terminó: vestido de rosa. Tom Dumoulin, vencedor del pasado Giro de Italia, comenzó su defensa ganando la etapa inicial, una contrarreloj hecha a su medida, en la que arrasó al resto de los jefes de fila en escasos 10 kilómetros de esfuerzo.


Y aunque el holandés haya salido fortalecido tras un arranque estacional en el que la presión lo pudo -así lo reconoció- el campeón de Maastricht se hizo con una suerte de problema muy temprano en la prueba italiana.

Básicamente se trata de la Maglia Rosa. ¿Cómo? Sí, ser líder en una ronda de tres semanas es un honor que pocos pueden regalarse a lo largo de su trayectoria, pero en el caso que nos atañe, dicha dádiva no es necesaria y hay que analizar el contexto.

Dos horas después de acabada la etapa inaugural, Tom Dumoulin fue visto comiendo a pie, rumbo al hotel (NdR: foto). Ser puntero tiene beneficios y genera orgullo, aunque también provoca el famoso desgaste silencioso.

Mientras todo el pelotón recuperaba piernas después de una cálida jornada, el “tulipán” se alimentaba caminando. Y eso que puede resultar hasta simpático hoy, es prácticamente insostenible a lo largo de tres semanas de actividad, razón de peso para especular con una posible cesión de la simbólica camiseta.

Es que, además de los compromisos del capo, en competencia sus gregarios también llevan la carga. Está en las reglas no escritas del ciclismo que, el bloque líder, debe tirar del pelotón. Y aunque Sky nos ha malacostumbrado, el resto de los mortales sufren ante tamaña tarea.

Encima, Sunweb no destaca por su poderío, y sería un error castigar las piernas de los gregarios de Dumoulin más allá de los días en el desierto israelí, donde por cierto, los equipos con velocistas echarán un cable.

En 2017, “Big Tom” protagonizó una hazaña en todo sentido y, para concretar la misma, contó con una cuota de fortuna que no conviene intentar repetir. Lo más probable es que no vuelva a encontrar aliados en otras escuadras, o que esas pinchaduras y averías que lo esquivaron, sí lo “visiten” esta temporada. Es parte del deporte pedal y, antes o después, será su turno.

Dumoulin probó su punto y superó el test. Está fuerte, seguro. Ya sacó márgenes interesantes para llevar un día de competición, pero con más de 3000 kilómetros en el horizonte, 39 puertos categorizados y contrincantes de entidad, cualquier exceso se pagará caro.

Y aunque ha entregado sobradas evidencias del potencial para lidiar con la situación aquí en cuestión, sería interesante que cambie el enfoque. ¿Solución? Entregar la camiseta Rosa a la primera fuga de turno que no represente un peligro real de cara a la general. Sobrarán voluntarios para portarla, conjuntos sin chances reales de título para los que será todo un triunfo tomar el relevo al gigante holandés.

Es bueno tener la Maglia, pero será difícil mantenerla durante tres semanas. No estamos planeando defenderla todos los días, así que veremos qué hacemos en las próximas fracciones”, deslizó Tom, alimentando las especulaciones aquí vertidas.

Hasta entonces, el portentoso atleta batallará con un adversario de perfil bajo, la trastienda del evento y todas las obligaciones que conlleva ser el mejor.

SECCIÓN GIRO DE ITALIA

Pablo Martín Palermo

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