Ciclismo Internacional

Análisis: Froome perdió el Giro en el Gran Sasso

Por @pmpalermo

Como era de esperar, la etapa 9 del Giro de Italia marcó algunas diferencias y enseñó quiénes no ganarán el título. Sí, así de contundente. Porque si bien siempre está el famoso dogma que reza que las competencias no acaban hasta el último día, los hechos enseñan que son contados los casos a lo largo de la historia en los que alguien revirtió semejante déficit. Por supuesto, para atrevernos a tamaña afirmación, hay múltiples variables en juego.

Photo News

Para ser más precisos, hablamos de Chris Froome y Fabio Aru, los dos gallos que salieron peor parados del Gran Sasso. No sólo por la sangría -1:07″ y 1:14″, respectivamente- sino por las sensaciones, que lejos estuvieron de aproximarse a la mejor versión en cada uno de los casos.

Si bien era previsible que Froome (aquí nos centraremos en él) padeciera para sostenerse a rueda de sus rivales directos -como ha hecho tantas otras veces- la situación ha sido peor. El líder de Sky, equipo que en el Giro nunca es Sky, perdió contacto mucho antes que la mayoría y arribó en solitario, pero por detrás, imagen poco usual desde que es una estrella.

Y por más que todos cuenten, los análisis de los propios corredores giran en torno al de Nairobi, el gran “cuco”, hasta hoy inhumano e invencible. Froome es el vueltómano del último lustro, y miembro del bloque más poderoso del planeta, pero nunca antes se encontró ante una desventaja semejante y, para peor, sin estar a tope de forma.

El riesgo era calculado desde que se decidió por el doblete, lo peor sucedió y hoy el “keniata” mira a todos desde atrás. Para este servidor, sin chance alguna de recuperación absoluta, y con una esperanza mínima de podio.

Aún en el mejor de los escenarios, que sería una recuperación espectacular con un pico de forma del calibre del Tour en la última semana, se antoja difícil (por no decir imposible) que Froome revierta esto. Para ello, tendría que marcar diferencias que hace un par de años no consigue y, adicionalmente, que TODOS sus adversarios se hundan.

¿Alguien ve factible que desfallezcan, casi en simultáneo, Dumoulin, Pinot, López, Yates, Chaves, Pozzovivo, etc? Alguno puede ser, todos no. Y sólo el enorme bagaje que arrastra el británico y del que carecen los otros, deja alguna luz de esperanza para los fans del tetracampeón del Tour.

No obstante ello, el pupilo de Brailsford y sus gregarios deberían correr de un modo al que no están habituados. Así, en vez de controlar y rematar, estarían forzados a seleccionar y atacar, algo que posiblemente no saben hacer y para lo que se requieren más piernas -que no tienen- que para imponer un ritmo.

Los antecedentes cercanos no lo favorecen. Para tener mayores precisiones, no sería equivocado afirmar que la última exhibición de Froome cuesta arriba fue en el Tour 2015, cuando arrasó a la oposición en la Pierre Saint-Martin. Y esa jornada, excepcional por donde se la mire, “apenas” aventajó en 50 segundos a Porte y en 1:04 a Quintana. Es decir, que necesitaría un par de actuaciones del género sólo para equiparar las cosas en el Giro 2018.

¿No escala igual pero se apoya en la cabra? Pues bien, de cara a poder dar vuelta esto, tendría que encontrar las piernas de la cronometrada de la Vuelta 2016, cuando sacó alrededor de dos minutos a Contador y Quintana. Y ni así tendría suficiente. Su versión del Tour 2016 entregó 1:06 con Dumoulin, su peor pesadilla en lo que a cronos refiere, y verdugo hace meses en el Mundial de Bergen.

Finalmente, la cuestión en torno a la fortuna. Tantas veces de su lado, parece haberle soltado la mano este mes, en el que ya se fue al suelo reconociendo la crono inicial y, más recientemente, en una curva escalando. ¿Cambiará la mano?

En definitiva, Froomey está ante una coyuntura inédita, probablemente derivada de dos factores cruciales: la preocupación por el desarrollo de su caso por posible dopaje, y un pico de forma apuntado a julio.

Como sea, transcurrido medio Giro, persigue a 2:27″ sin tener más energías que para viajar a rueda. Diferencia sustancial respecto a otros que también van a más -porque Froome igual seguirá mejorando- y avizoran un panorama más positivo, como Miguel Ángel López, cuyo equipo cuenta con un enorme poder de fuego.

A los grandes campeones no hay que darlos por muertos, lo sabemos y lo hemos resaltado hasta el cansancio. Pero por una vez, las evidencias pesan más que los intangibles y, a riesgo de comernos nuestras palabras, no creemos que el jefe de filas del conjunto británico salga airoso.

El resto

No nos olvidamos de los demás, pero ninguno es del calibre de Froome y, por eso, les llega el turno ahora. Básicamente, marcar que los escaladores están casi todos a tope en la primera semana, algo temprano con todo lo que falta por transitar.

Yates, Pinot y Pozzovivo son los que más finos aparecen, pero sin que su condición les haya valido para abrir hueco. El problema lo tienen con Dumoulin, uno que apuesta a lo que pase del Zoncolan en adelante, y que tiene como arma la contrarreloj de la etapa 16.

Sufriendo para aguantar a sus livianos colegas, el “tulipán” limitó daños en Etna y Gran Sasso, golpeando duro la moral de los grimpeurs. Así, de no mediar percances o sorpresas, sólo los Mitchelton arribarán a la fase definitoria de la competencia con ventaja sobre el campeón defensor.

Y ya que mencionamos a los australianos, remarcar que si están tan fuertes como parece, desaprovecharon el momento. La situación de hoy invitaba a alternar ataques, algo que, con dos hombres bien arriba en la general, hubiera sido un problema para todos.

En vez de eso, “jugaron” al Movistar versión Tour 2015, cuando no fueron con todo en beneficio de uno y acabaron por ser relleno en el podio. Es cierto, tácticamente sirve seguir con el dúo así un tiempo más, pero a veces las circunstancias empujan a no ser tan estructurados.

Con Froome cediendo y Dumoulin en eso, Yates y Chaves tendrían que haber movido el avispero. El hecho de que no se hayan animado, lleva a pensar en que no están tan sólidos o en que temen la regularidad de sus capos para la tercera semana.

Mientras se escuchan críticas hacia Miguel Ángel López, es conveniente recordar que dispone de la formación más potente y que él no va al 100%. El daño que los celestes pueden provocar no debe ser subestimado, y si “Superman” encuentra el pico a tiempo, tiene con qué reingresar en la general. Principal diferencia con Froome, sin equipo ni piernas.

En cuanto a Pinot y Pozzovivo, son otros que no pudieron usufructuar su estado de gracia. El galo está más fresco que hace un año y muy fino; ni que hablar el italiano, pero ambos descansarán mañana a unos segundos del capo de Sunweb.

Los escaladores están bajo presión y, en vez de correr aguardando a la zona de vallas, tendrán que salir a quemar las naves. Si no, se estrellarán sobre la cabra.

En resumen, Dumoulin (que se quitó el rosa adrede) ha sido el gran ganador de la primera mitad de carrera -cuando vuelva a suceder algo será en el Zoncolan, así que pueden obviarse algunas fracciones- y Froome el principal damnificado. Pero sólo éste último de modo definitivo.

SECCIÓN GIRO DE ITALIA

Pablo Martín Palermo

¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en @CiclismoInter

Sumate en facebook: Ciclismo Internacional

Copyright © 2012-2018 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved

Exit mobile version