Ciclismo Internacional

Análisis: La más extraña, incierta y atípica París-Niza

5e6ce9ec59a6f

Por Oscar Trujillo Marín

Lo peor que le puede pasar a un espectáculo deportivo es que el deporte no sea protagonista. Dicho papel estelar lo ha tenido, por desgracia, durante las últimas semanas en todo el mundo el coronavirus. El ciclismo y la Carrera al sol en Francia no iban a ser la excepción. Incluso desde mucho antes de empezar.

Nairo celebra… sin público

Con bastante suspenso hasta el último día (por razones extradeportivas) se corrió la primera vuelta prestigiosa del calendario mundial. Con la angustia de no saber si iba a ser suspendida en cualquier momento y no se saldría al día siguiente, con la cancelación de la última y tantas veces crucial etapa del domingo.

Con la respetable espantada de varios hombres y equipos en plena prueba, y con la voluntaria ausencia de siete escuadras importantes de la máxima categoría ha terminado la París-Niza más enrevesada, por ratos muy emocionante, pero atípica y extraña que se recuerde. No hubo público en las salidas, las llegadas, ni en las aceras. Solo terminaron 61 corredores de 152 que empezaron, eso dice mucho también.

En lo estrictamente deportivo se brindó espectáculo muy entretenido en las dos jornadas iniciales y las dos últimas, pero con importantes matices (que haya emoción no siempre es sinónimo de enorme nivel parejo por lo alto, puede haber emoción, heroísmo, y drama en una competencia infantil, juvenil o de veteranos también, si eso involucra a participantes de nuestros afectos)

Cierto es que la prueba comenzó sin varios cabezas de cartel del actual top mundial borrados a ultima hora: Bernal, López, Simon Yates, Roglic, Pogacar entre otros, corredores de gran nivel, en principio programados por sus equipos y la organización. Que, de haber estado, es lógico pensar que con su enorme clase y altísimo nivel de base habitual, hubiesen cambiado el devenir y clasificación general de la carrera.

Con toda la admiración y respeto del mundo por el vencedor Schachmann, del equipo Bora-Hansgrohe, (corredor que ha progresado mucho en todos los terrenos y apunta a habitual aspirante en pruebas por etapas) de no mediar la caída de Nairo, la victoria se le habría complicado demasiado con un Quintana en estado de gracia. Pero de estar Bernal, Roglic y compañía, más aún, ya que estos son también vueltómanos consagrados del top 10 mundial, especialistas en esta clase de competencias y están acostumbrados a disputar a tope cuanta cita importante en la que participan.

Incluso con ellos en contienda haber hecho podio hubiese sido muy complicado para Maximilian. La prueba es que Nibali y Pinot con un estado de forma muy bajo todavía, lejano de sus objetivos y discreto en general, les alcanzó para destacar entre los cinco primeros. Eso sí, solo aguantando, resguardados por sus gregarios y sin mostrar ningún alarde ni brillo en crono y menos en montaña. Los únicos favoritos (aparte del alemán ganador) que exhibieron un nivel muy alto y parejo fueron Benoot, Quintana y un admirable mejor joven (y podio) Sergio Higuita.

Cierto es que la diaria incertidumbre, noticias sombrías y deserciones no ayudaron mucho a dar confianza y tranquilidad a quienes sí terminaron. Cierto que lo más rescatable, con diferencia, fueron las dos extraordinarias primeras etapas llanas de viento, el valiente triunfo de Benoot y el fulminante ataque de Quintana (en su mejor versión de los últimos tres años, quien volvió a mostrar una deslumbrante forma sostenida que lo acompaña desde hace un mes)

En estos trepidantes momentos puntuales se movieron vatios de super clase, a la altura de cualquier gran cita con participación de todos los hombres top. Pero cierto es también que faltaba el 40 por ciento del pelotón World Tour, algunos de los hombres y equipos más fuertes incluidos. No es ningún descrédito ni demérito recordarlo y reconocerlo, es solo una obligación de rigor y objetividad tratándose de una prueba de primer nivel en la máxima categoría.

La cita francesa también ha servido para demostrar los enormes progresos de una escuadra que cada día evidencia más versatilidad poderío y consistencia, que ya amenaza con convertirse en la nueva competencia para los equipos especialistas en vueltas y rondas de tres semanas: el Bora-Hansgrohe. Lo empieza a demostrar con hechos tras el cuarto lugar en el Tour de Francia pasado de Buchmann.

También sirvió la Paris-Niza de vitrina para la confirmación de uno de los mejores prospectos actuales del ciclismo de ruta mundial: Sergio Higuita. El joven colombiano no desentonó ante las expectativas más razonables que le auguraban protagonismo, más no victoria. Se comportó de manera fantástica en los difíciles abanicos, confirmando sus dotes naturales de gran fondo y madera de clasicómano, y cada vez que pudo mostró su excelente punta de velocidad en llegadas al sprint y cazando bonificaciones intermedias, peleando de tú a tú con experimentados sprinters y especialistas, de manera admirable.

Pero la joven promesa (que empieza a consolidarse y tiene mucho margen de mejora) también demostró que, al menos de momento, aún no es un escalador fuera de serie tipo Bernal, Carapaz, Simon Yates, Froome, o el mismo Quintana. Que cuando están inspirados y en forma, -todos los anteriores- son perfectamente capaces de meterle un minuto (o más) al resto de favoritos en escasos tres o cuatro kilómetros o lanzar ataques contundentes en duros y largos puertos. Lo han enseñado no una, sino muchas veces. Sergio todavía no.

El antioqueño se defiende bien en alta montaña, sobre todo por lo hecho en el Tour Colombia unipuerto en altura y en La Colmiane una trepada muy tendida. Lo hace con los mejores, aguantando, pero de momento ante citas de gran nivel no se le conoce un poderío superior ni en Paris-Niza ni en las etapas de alta montaña de la pasada Vuelta a España (donde también se codeó con escaladores top) pero en las que cedió tiempo y fue descolgado en todas las duras llegadas en alto (6 en total) de la ronda ibérica, con algunos encadenados de por medio. Con lo cual no podemos afirmar todavía que es un eximio escalador.

No ha demostrado esas cualidades superlativas para la alta montaña por ahora (puede que algún día progrese en este apartado) pero la realidad es que no se le han visto ataques demoledores en este terreno ni la pólvora para hacerlos o el nivel superior para obtener diferencia determinante en la alta montaña. En media montaña y repechos sí exhibe unas cualidades a la altura de los mejores. Higuita trae una progresión maravillosa que invita a darle tiempo todavía, pero para un grimpeur poder ganar vueltas (menores o de tres semanas) sin tener una buena crono, hay que ser un escalador excelente, de los que hacen hueco a placer para compensarlo.

Mención de honor para Tiesj Benoot quien ha hecho la mejor carrera por etapas de su vida, y estuvo a la par de su mejor performance en alta montaña, allá por 2017, en Dauphiné y Tour. El belga quien acumula un palmarés muy corto para sus grandes condiciones, a sus evidentes cualidades como clasicómano para pruebas quebradas con duros repechos le ha agregado más consistencia en la montaña, que lo puede meter en la pelea por este tipo de pruebas, por que el fondo y la calidad ya la tiene. No en vano acabó 2°en la general.

Pero aparte de Schachmann -el justo ganador- e Higuita, la gran revelación que se confirma, quien más reforzado salió de esta Paris-Niza ha sido Nairo Quintana. El excelente escalador colombiano lleva un mes demostrando de nuevo por que fue considerado el mejor escalador puro del mundo entre 2013 y 2016. Su envidiable palmarés está sustentado en exhibiciones estándar como la de hoy. Brutales ataques en la etapa reina más dura , rivales que llegan a un minuto (o más) y con eso compensa sus pérdidas en la crono, lo que le suele alcanzar de forma brillante para atesorar un palmarés envidiable.

Quintana, que hizo una carrera casi perfecta, el azar de una caída con suelo mojado lo apartó de la victoria final, cuando ya había sorteado los días complicados de abanicos. Pero consiguió algo más importante aún: volver a infundirle temor a sus rivales, recuperar la autoestima y el respeto que en su época de bajón sus rivales le habían perdido. No sabemos (nada lo puede garantizar) si la tendencia de este último mes se mantenga una vez se reanuden sus carreras o de cara al Tour de Francia, pero ha sido una demostración de su mejor versión. Y esa versión en montaña intimida mucho.


Hubert, y el inicio de Nairo con Arkéa: “Creo que puede ganar el Tour porque está feliz”


Con un nivel parecido al mostrado desde hace un mes, en esta montañosa edición del Tour (si es que finalmente se puede correr) con tan poca crono puede volver a meterse en la baraja de opcionados. Más cuando ha sido el único de los grandes vueltómanos consagrados que ha mostrado hasta ahora este año un nivel superior y pudo completar una buena primera racha triunfadora de competencias, cosa que otros que no debutaron siquiera deben lamentar ahora.

Por lo demás, esta accidentada desolada y rara París-Niza que acaba de concluir, se recordará como el día en que el ciclismo se paró por completo (y por extensión las vidas, trabajos, movimientos, voluntades y libertades de cientos de millones de personas alrededor del mundo) y de forma indefinida. Algo que no ocurría desde la segunda guerra mundial.

Fue la última isla de emoción a la que millones de aficionados se aferraron en el planeta ciclismo antes de aceptar que definitivamente la noche caería, que el telón se bajaría sin fecha conocida de regreso. Pero sinceramente, como está el panorama ahora mismo, que cancelen las competencias ciclísticas es lo de menos. La salud del colectivo es lo primero. En algún momento la amenaza que se cierne tendrá que remitir, la vida tendrá que continuar, la seguridad de la rutina cotidiana regresará y esperemos que sea lo más pronto posible. Mientras tanto más de un camino echará de menos las bicicletas…

 

Oscar Trujillo Marín

¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y Twitter

Sumate en facebook: Ciclismo Internacional

Copyright © 2012-2020 Ciclismo Internacional. All Rights Reserved

Exit mobile version