Ciclismo Internacional

Análisis: La peligrosa soledad de Tom Dumoulin

Por @pmpalermo

Uno de los temas más recurrentes a la hora de hablar sobre Tom Dumoulin en las Grandes Vueltas es el de sus escasos -por no decir nulos- gregarios para la montaña. Por supuesto, la “Mariposa de Maastricht” se encargó de tapar el hecho que, por contrapartida, encontró buenas respuestas colectivas en los demás terrenos.

Foto: Team Sunweb

Recién en el Giro de Italia 2018, el holandés contó con un ladero de nivel en Sam Oomen, quien ocupó el rol que debió ser para Wilco Kelderman un año antes. Obviamente, el citado pedalista no aportó a la causa de su líder puesto que sufrió un accidente propiciado por una moto de policía. El mismo en el que Landa y Thomas se despidieron de la general.

Volviendo a Dumoulin, y quitando a Oomen, hay que decir que fue Laurens Ten Dam el gregario más regular en las montañas de las últimas tres rondas de tres semanas que disputó. Considerando que Ten Dam no es un grimpeur de primera línea y que acabó, en promedio, a dos horas de su capo, es evidente que “Big Tom” hizo gran parte de la faena por su cuenta. Algo obvio para quienes pudieron ver las competencias en cuestión.

Y si bien los resultados finales avalan a Subweb (tres podios de su capitán), la verdad es que han estado jugando con fuego. Escalador cada vez más fiable y rodador tremendo, Dumoulin se las ha ingeniado para estar siempre allí.

Pero las situaciones de aislamiento ya son numerosas, resaltando las que le costaron -probablemente- sendas coronaciones en Giro y Tour. En 2017 se salvó luego de su insólita e histórica parada técnica para ir al baño primero y en la etapa 20 después,  cuando encontró aliados inesperados que le salvaron la piel.

No fue así en 2018, resaltando tres momentos: la persecución el día de la Finestre, la avería previa al Mur de Bretagne que le costó, en gran medida, el título en el Tour y su solitaria cacería tras Roglic en el Aubisque.

Hagamos un rápido repaso de las situaciones. La primera lo vio tirando tras Froome con poco ímpetu de Pinot y “lastre” a rueda. Carapaz y López, que hacían su carrera, no ayudaron y las desinteligencias le dieron aire al de Sky. Incluso, “Dumo” ralentizó la marcha para permitir que Reichenbach -gregario de Pinot- los alcanzara y les diera una mano. Y esa fue su sentencia.

El otro escenario fue en el nervioso arribo al Mur. Pie a tierra en el peor momento posible, se retrasó y apenas pudo disponer de Søren Kragh Andersen para perseguir, ya que Geschke le dio su rueda. El saldo fue peor, puesto que el tras coche realizado le costó 20 segundos de penalización más 53 segundos entregados sobre la ruta.

Ninguna de las dos incidencias hubiera concluido así de haber tenido más hombres a su merced. Y ambas fueron determinantes, porque le costaron 3:23 que revivieron y catapultaron a Froome y 73 de los 111 segundos que lo separaron de Thomas, respectivamente.

En lo que al Aubisque respecta, tuvo que encargarse de la persecución en primera persona. Partiendo de la base de que debió dejar la tostada a Thomas, con algún que otro compañero, se hubiera finiquitado el incómodo trámite.

Las conjeturas son eso, aunque estas tienen fundamento y, además, no giran en torno a intangibles. No, correr con o sin domésticos es una realidad y, por caso, Sky viene haciendo estragos gracias a la misma.

Llegado este punto, resulta increíble que Sunweb, con una abultada billetera que no tiene fecha de vencimiento, no rodee mejor a su buque insignia. Aún suponiendo que Kelderman pudo haber hecho lo mismo que Oomen, un solo ladero en las trepadas es poco.

Hasta el criticado Movistar tiene gente junto a Quintana y Landa en los compases definitorios de las competencias. Allí están los ejemplos de Soler, Amador y Valverde en el reciente Tour de France. Distinto es que es la suerte o las piernas no acompañen.

Muchísima capacidad física y de autogestión, inteligencia y sangre fría para maniobrar o ir bien ubicado, y bastante suerte. Esos son los pilares en los que se han sustentado los tres podios de Dumoulin en Grandes Vueltas.

¿Hasta cuándo se sostendrá en la cima sin compañeros cerca? Con varias caras nuevas asaltando la escena, sin gozar del factor sorpresa y cargando cada vez con más responsabilidades en carrera, las cosas se complicarán para Tom.

Llegará el momento en que no podrá disfrazar más las flaquezas de su formación, que no puede darse el lujo de delegar todo el trabajo de montaña en Oomen, esperar por la explosión de Hindley o Storer, ni apartar a Kelderman de un casi seguro top 10 en otra de las citas principales del calendario.

O fichan un par de grimpeurs ya hechos, o seguirán caminando por la cornisa. Hasta ahora, mirando el vaso medio lleno, les ha funcionado. Eso, si se quiere ser positivo y no aceptar que pudo haber conquistado cualquiera de las otras dos Grandes en las que acabó subcampeón.

SECCIÓN TOUR DE FRANCE 2018

Pablo Martín Palermo

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