Análisis: Los momentos que marcaron el 2016
Por @pmpalermo
Termina otra temporada pero en ciclismointernacional.com no hay descanso, motivo por el que les ofrecemos una recopilación con algunos de los momentos que, de un modo u otro, marcaron la campaña 2016 y merecen ser recordados en el último día del año.
Vale la pena resaltar que los mismos no están ordenados bajo ningún criterio, quedando a cargo de los lectores la evaluación sobre cuáles fueron más importantes.
*Froome, al trote en el Ventoux: Chris Froome ya tiene un lugar asegurado en la historia del ciclismo y del Tour de France debido a sus tres títulos, que podrían ser más puesto que aún luce en plenitud.
Sin embargo, su tricampeonato quedará marcado por el increíble suceso acaecido en el Mont Ventoux, cuando poco después de descolgar a Quintana, una moto de la organización desencadenó una montonera en plena trepada, quedando la bici del líder destrozada y éste a pie.
Sin auxilio inmediato de su escuadra, el “keniata” entró en pánico y empezó a correr a pie, siempre mirando hacia atrás en busca del vehículo de Sky, que no aparecía. Sí lo hizo el apoyo neutro de Mavic, pero para agigantar la tragedia, le ofrecieron una bici pequeña y con pedales que no pudo trabar en sus zapatillas.
Finalmente arribó el coche negro, Froome recuperó su bici y entró en meta 6:44 después que el vencedor del día -De Gendt- y con 1:39 de retraso respecto a Mollema, mejor de los gallos en la cima.
Por supuesto, la magnitud del caos y lo insólito del hecho, acabaron con los jueces obrando con sentido común antes que con el reglamento, salvando así a Froome y Quintana (debió ser descalificado por tomarse de una moto) en una jornada negra para la historia del evento.
*Demoitié, crónica de una muerte anunciada: La muerte del ciclista belga Antoine Demoitié debido a un incidente con una moto durante la Gent-Wevelgem, fue sólo el final trágico y largamente anticipado a una serie de incidentes del género, que dejaron al descubierto la vulnerabilidad de los pedalistas frente a los vehículos motorizados, aún en competencia.
Demoitié fue el desafortunado que perdió la vida y quedará en la historia, pero bien pudo ser Van Avermaet en la Clásica de San Sebastián de 2015, Peter Sagan durante la Vuelta de ese mismo curso, o el desgraciado Stig Broeckx, que apenas puede hablar seis meses después de su caída en el Tour de Bélgica.
Los ejemplos sobran y es de esperar que se sucedan si la UCI no aplica medidas, pero hoy se trata de recordar a quien salió peor parado entre todos estos damnificados, marcando para siempre la temporada aquí en cuestión.
*Gasparotto, en nombre de Antoine: Como si de un guión de cine se tratara, la triste muerte de Antoine Demoitié -tras un accidente en la Gante Wevelgem- tuvo un homenaje emocionante en la prestigiosa Amstel Gold Race, cita que marcó el fin de la sequía estacional del equipo y del propio ganador de la carrera.
Es que apenas habían transcurrido unas pocas semanas después del triste suceso, y el Wanty – Groupe Gobert rompió su sequía estacional de la mano de un Enrico Gasparotto que no alzaba los brazos desde 2012, justamente en la prueba de la Cerveza.
En un cierre brillante, el italiano se hizo con la victoria y cruzó por la meta besando la pulsera que portaba en homenaje a su ex compañero, a quien también recordó apuntando los brazos al cielo.
Curiosamente, la mejor versión de Gasparotto en años, había pegado en el palo unos días antes con su 2° lugar en la Brabantse Pijl, ocasión en la que comentó que quería dedicar un triunfo a Demoitié. El mismo llegó finalmente, pero además, el pedalista fue figura en el resto de las pruebas de las Ardenas, obteniendo la notoriedad que le valió un contrato con el Bahrain-Mérida del World Tour.
*Sólo el Agnello pudo con Kruijswijk: El intratable Steven Kruijswijk, único corredor sin fisuras hasta ese momento, se encaminaba al título en el Giro seguido por Chaves, Valverde y Nibali, quienes por ese entonces, habían subido y bajado posiciones debido a desfallecimientos o errores tácticos.
Pero el valor de los jefes de Orica y Astana hizo mella en el puntero, que arribó a la cima del Agnello al límite y lo pagó con un error en la bajada, donde se estrelló contra un muro de nieve y perdió sus esperanzas de ser campeón.
Así, cuando todo el mundo hablaba de una puja por el resto de los lugares del podio, todo cambió en el descenso de la Cima Coppi, donde el holandés quedó tocado para el resto de la carrera, con una pequeña fractura en una de sus costillas.
Tras perder un casi seguro título, el de LottoNL-Jumbo aguantó el dolor y concluyó en un loable 4° lugar que, pese a ser su mejor actuación en una grande, le terminó sabiendo a poco.
*Triste adiós de Cancellara en Roubaix: Lejos de ser una novedad, que un corredor llegue retrasado al Velódromo de Roubaix por una caída suele resultar intrascendente. Pero si se trata de uno de los dos clasicómanos más dominantes de la pasada década -Boonen es el otro-, el hecho se convierte en noticia.
No sólo eso, sino que se trató de la última participación de “Spartacus” en el Infierno del Norte, carrera que ganó tres veces y en la que anhelaba volver a celebrar luego de tres temporadas, para alcanzar a Boonen como máximos ganadores históricos.
Lamentablemente, el suizo besó el suelo en dos ocasiones y arribó 40° a 7’35”, acompañado de Jasper Stuyven y saludando al público presente en el velódromo en su postrera aparición allí.
*Tragedia y resurrección de Malori: Accidentado en un confuso incidente durante el Tour de San Luis, el ciclista italiano pasó meses internado rehabilitándose de las lesiones sufridas a nivel cerebral, que cerca estuvieron de acabar con su carrera deportiva.
Afortunadamente logró salir adelante, no sólo porque recuperó sus facultades físicas de cara a una vida normal, sino que volvió a subirse a la bici. Con mucha precaución al principio, allá por mayo, y con más intensidad a medida que avanzó el curso.
Sin embargo, la magnitud de sus lesiones quedó a la vista en la demora con la que el contrarrelojista reingresó a la competición, más precisamente en el Grand Prix Cycliste de Quebec, siete meses y medio después de su caída.
Todavía luchando por recuperar su versión más agraciada, Malori puede darse por satisfecho, puesto que sacó adelante una situación sumamente grave que, con el tiempo, será un mal recuerdo.
*La caída que cambió los JJ.OO: Probablemente uno de los tres mejores días de carrera del 2016, la prueba en línea de los Juegos Olímpicos de Río tuvo un desarrollo emocionante y agresivo, especialmente de la mano de los italianos, decididos a propiciar el título de Vincenzo Nibali.
El guión marchaba a la perfección en ese sentido para el “Tiburón”, excepto por la presencia de un peligroso puncheur como Sergio Henao en el trío que viajaba camino a las medallas (Majka era el otro presente), porque los kilómetros a meta y la diferencia obtenida eran indescontables para los perseguidores.
Hasta que una caída en el peligroso descenso de Vista Chinesa enterró las ilusiones de Nibali y Henao, dejando a un débil rodador como Majka a merced de un heroico Van Avermaet y su compañero de circunstancia, Jakob Fuglsang.
Sin quitar mérito a los tres medallistas, el oro era cosa de Nibali o Henao, que se fueron fracturados a casa debido a una de las montoneras más relevantes de la temporada.
*Descensos y abanicos, el aviso de Froome: Poco y nada pasaba en el Tour, con los gallos vigilándose y sin desatar las hostilidades en los Pirineos. Situación que sólo el campeón defensor, Chris Froome, rompió con dos acciones valientes, que eran esperables de un retador.
Primero, lanzó su ofensiva a punto de coronar el Peyresourde con Quintana a su rueda, y continuó su ataque cuesta abajo, aprovechando la indecisión del colombiano para seguirlo. Con una técnica poco ortodoxa pero efectiva, el de Sky no miró atrás, envió el primer aviso, alzó los brazos en solitario y se hizo con el preciado ‘maillot jaune’.
Ya vestido de amarillo, el puntero dio otro golpe sobre la mesa. Fue unos días después, en la previa del ascenso al Mont Ventoux y cuando la mayoría de los capos anhelaban reservarse de cara al mítico puerto.
Aprovechando los fuertes vientos reinantes en un nervioso parcial plano, Froome se unió a una intentona de Sagan y Bodnar que, a la postre, les reportaría la victoria parcial. El de Sky demostró su hambre de gloria, alcanzando a los dos antes citados junto a Thomas, colaborando para meter algunos segundos a sus rivales.
La renta no fue cuantiosa, pero el golpe psicológico sí, ya que el “keniata” hizo daño en el terreno menos pensado, mostrando su condición física e instinto asesino. Posteriormente apabulló a casi todos los capitanes, paseándose rumbo a un merecido tricampeonato.
*Nairo revive en los Lagos de Covadonga: Tras recibir un duro golpe en el Tour de France, el colombiano se dedicó a descansar pensando en cobrarse revancha en la Vuelta a España, a la que llegó recuperado y con una enorme rabia contenida.
Tanto así, que mostró su versión más agresiva desde 2013 a la fecha, atacando desde el inicio mismo en una clara muestra de ello y de su estado de forma superior. Pero el momento en que ratificó su candidatura y recordó al de los viejos tiempos, fue en la etapa 10, más precisamente en los Lagos de Covadonga.
Allí, luego que Froome quedara cortado y Contador abriera el fuego, el sudamericano se paró en los pedales un par de veces, descolgando al de Pinto con 3.300 metros por transitar. Lo que vino entonces, fue un recital en solitario, en el que Nairo recolectó miembros de la fuga, para alzarse con la victoria y un maillot rojo de líder que ya no soltaría.
Por eso, si bien tuvo días impresionantes como el del Aubisque, o más preponderantes de cara al título, como el del Formigal, fue en la subida asturiana donde reapareció el mejor Nairo y empezó a construir el campeonato hispano.
*Contador enseña el camino rumbo a Formigal: Aún cuando Quintana dominaba la Vuelta, no lograba rematar a Froome, quien aguantaba a 54 segundos, casi sin equipo y con la fatiga adicional de haber viajado a los Juegos Olímpicos tras el título del Tour.
Fue entonces que apareció Alberto Contador, por ese entonces 6° a 3:28, y con su usual valentía e incansable espíritu combativo, dio un vuelco a la carrera atacando de bajada de bandera, accionar que pescó a Froome a contrapierna.
No así al colombiano, muy atento al madrileño, con quien rompió la carrera e hizo camino hasta el puerto del día, Aramon Formigal, donde lo soltó en una subida magistral en la que hizo de “Patrón” y cargó con la responsabilidad.
Nairo cerró la fracción con 3:37 sobre Froome, ventaja que luego sería indescontable y valdría un campeonato. Eso sí, el reconocimiento a la rebeldía de Contador, ya que sin él, Quintana hubiera esperado hasta el puerto conclusivo, tal como reconoció luego.
*Chaves hace historia en Lombardía: Lo del bogotano fue impresionante, especialmente porque logró algo tan complejo como progresar luego de un 2015 muy bueno. Para ser más claros, pocos en todo el pelotón pueden subir al podio en las grandes vueltas y el colombiano lo hizo en las dos que corrió.
Lejos de menospreciar su periplo en Giro y Vuelta, se trata de reseñar un hecho histórico por lo inédito como fue la obtención de Il Lombardía, que hizo suyo con una sangre fría notable frente a rivales más experimentados y, en los papeles, más veloces al sprint.
El propio “Chavito” seleccionó el grupo de líderes en Selvino, accionar que sólo siguieron Urán y Bardet. El intento fue bueno y el trío se distanció, sentenciando el destino del evento. Ya en meta, Rosa lanzó el sprint y en un apretado cierre, el colombiano lo superó por la izquierda, quedándose con la gloria.
Convertido en el primer no europeo en alzarse con un Monumento en 110 años de historia, Chaves cerró un 2016 inolvidable para él y que, difícilmente, podrá superar en el futuro.
*La catástrofe roza a Giant-Alpecin: La temporada apenas iniciaba con San Luis y Down Under, cuando el mundo del ciclismo se vio sacudido por noticias que llegaban desde España y daban cuenta de un equipo World Tour atropellado por un vehículo particular.
Seis ciclistas profesionales, del equipo Giant-Alpecin, resultaron heridos en un atropello en las proximidades de Calpe (Alicante). El francés Warren Barguil, el alemán John Degenkolb, el estadounidense Chad Haga, el sueco Fredrik Ludvigsson, el holandés Ramon Sinkeldam y el alemán Max Walscheid fueron arrollados por una conductora británica que invadió el carril contrario.
Pese a que varios de los implicados perdieron casi toda la campaña y sufrieron lesiones serias, el hecho fue catalogado por el médico de Giant como “una desgracia con suerte”, y no era para menos, ya que la gravedad del hecho no quedó reflejada en el accidente.
A pesar de lo insólito de la cuestión -porque en Gran Bretaña se maneja al revés- el choque no deja de ser un llamado de atención más para una sociedad que no termina de entender que, con dejar un metro y medio de distancia, salvaguarda una vida.
*El ataque más importante de Sagan: Difícil elegir un momento en torno a la impresionante temporada de Peter Sagan, quien se cansó de ganar en todos los terrenos y cerró el año con otro título Mundial, tres etapas del Tour y su 5° maillot verde de la regularidad en ese mismo evento.
Sin embargo, el sueño que el eslovaco perseguía desde siempre era obtener un Monumento, y este se cumplió en el prestigioso Tour de Flandes, donde lanzó un brutal ataque en el Paterberg que Cancellara no puedo seguir.
No sólo eso, el poderoso rodador suizo luego no pudo recuperar terreno en el llano contra el desatado hombre de Tinkoff, ya encaminado rumbo a su clásica más valiosa y la consecución de un anhelo surgido cuando empezó a rodar en bicicleta en su Žilina natal.
Así las cosas, Sagan cruzó por la llegada haciendo un “caballito”, mientras “Spartacus” llegaba 25 segundos después saludando al público y junto a un respetuoso Vanmarcke que no le disputó el embalaje.
*Inesperado regreso de “Cav”, amarillo y récord en el Tour: 2° en el Mundial o en la Scheldeprijs que lo tiene como uno de sus hombres récord, lo que realmente importa en torno al 2016 del británico es lo hecho en el Tour de France.
Allí, cuando la mayoría pensaba que estaba acabado, sorprendió una y otra vez, llevándose 4 dianas que lo dejaron en el segundo escalón como máximo ganador de etapas (30), sólo superado por el mítico Eddy Merckx
En una temporada clave para él como la pasada -con cambio de equipo incluido-, el británico volvió a los primeros planos y dejó muy claro que le queda cuerda para seguir derribando récords.
Pero si de elegir un momento se trata, “Cav” alcanzó un nuevo hito en su trayectoria y vistió de amarillo por primera vez a los 31 años y en su 9° participación, completando un palmarés brillante en el que figuran todo tipo de logros. Vale la pena recordar que ya había encabezado la general en Giro y Vuelta.
*El adiós del gigante más pequeño: Pese a que luego terminó siendo una telenovela de varios capítulos, el catalán Joaquim Rodríguez tenía decidido decir adiós hace rato y así lo anunció durante el Tour de France, más precisamente, el día que el evento pisó su Andorra adoptiva.
Allí, un emocionado “Purito” afirmó que lo dejaba luego de 17 años como profesional y, probablemente, los Juegos Olímpicos serían su última carrera.
Luego Katusha arruinaría sus planes forzándolo a regresar para el otoño pero, más allá de eso, la imagen del pequeño escalador español llorando frente a un mar de periodistas, quedó grabada en las retinas como evidencia de su humanidad y, por supuesto, como un día histórico para el ciclismo.
A modo de homenaje, vale la pena mencionar que, además de varios podios generales en Grandes Vueltas, “Purito” se hizo con 3 etapas del Tour, 2 del Giro, 9 de la Vuelta, 2 Giros de Lombardía, 1 Flecha Valona, Vuelta al País Vasco, Vuelta a Cataluña, 3 veces número uno del Mundo y dos medallas, plata y bronce en Mundiales.
Pablo Martín Palermo
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gran resumen. lo de froome en modo duatlón fue inolvidadable. y también los jjoo, dónde nibali y henao bajaban tan rápido q habían dejado atrás a la moto.