Ciclismo Internacional

Análisis: Oportunismo, talento y recelo, los motivos del triunfo de Quintana

Por @pmpalermo

Luego de un mes desaparecido debido a una caída en el campeonato nacional de su país, Nairo Quintana es centro de atención nuevamente por su genial victoria en Monte Terminillo en una jornada bajo condiciones dantescas en la que el de Movistar sumó otra muesca a su cinturón.

Por si alguno tenía dudas sobre sus cualidades escaladoras y la capacidad para combatir las malas condiciones climáticas, hoy las despejó con un triunfo resonante, de esos que tardan en olvidarse o, directamente no tienen vencimiento.

Pero detrás de toda gran gesta hay una explicación, y ciclismointernacional.com analizó la situación para dilucidar la misma, ya que no todo se trata de talento ni sucede por arte de magia, debido a que son varios los factores que determinan el éxito o no de cualquier acción.

En el caso que nos compete, el primer punto a remarcar es el oportunismo de Nairo para lanzar su ofensiva, a 5 kilómetros de meta: Kreuziger tensó para Tinkoff, Brambilla tomó el relevo para Etixx y, cuando Contador se rezagó un poco y quedó cerrado del lado derecho de la calzada, el tunjano soltó un latigazo tremendo.

Contador respondió y estuvo a pocos metros de ponerse a rueda, pero finalmente cejó en su intento cuando el colombiano volvió a pararse en los pedales a 4400 metros de la cima, abriendo hueco definitivamente, mientras que Pinot trataba de continuar la tarea iniciada por el de Pinto con un tirón.

Justamente eso, es un ejemplo de la poca o nula colaboración que hubo. Contador, Pinot, Pozzovivo, Mollema y Yates comenzaron a recelarse mutuamente, ya que ninguno quería tirar en beneficio del resto, prefiriendo perder a que alguno de sus compañeros de circunstancias se llevara la gloria.

Así estuvieron durante algún rato, pero con un ciclista de la talla de Quintana, fue el peor error que cometieron, porque sin estar a tope, el escarabajo se las arregló para sostener su ofensiva y ya no lograron capturarlo.

Contador fue quien se decidió a trabajar una vez que Mollema se marchó por su cuenta y ante la pasividad mostrada por el resto, pero el de Tinkoff no está a tope y no tuvo su día, motivo por el que nada logró con su esfuerzo. De ese modo, Nairo se adueñó de la etapa y, de no mediar ninguna catástrofe, de la general de la prueba, ya que son harto conocidas sus prestaciones contra el reloj.

Quizás las circunstancias que rodearon la victoria magnificaron un poco la misma, llevándonos incluso a nosotros a tildar al corredor de “extraterrestre“. Una carrera importante, rivales de primer nivel y una tormenta de nieve fueron los condimentos de su jornada perfecta.

Con todo esto queremos explicar que, si bien ganó magistralmente, tampoco fue por una superioridad física impactante, sino que en una más que probable igualdad de condiciones con sus rivales, fue el más inteligente al lanzar su ataque y tuvo la ayuda de los otros gallos, que nunca se dieron relevos a sus espaldas.

Por supuesto, nadie le quita el mérito a la victoria, por demás prestigiosa y difícil debido a los mencionados factores climáticos que añadieron tintes épicos. Además, la inactividad competitiva del escalador sudamericano agranda la acción y le otorga un golpe de moral importante en el camino de su preparación que, según se vio en Italia, va por la senda correcta.

Pablo Martín Palermo

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