Ciclismo Internacional

Análisis: Piernas, tácticas y galones…

Por @pmpalermo

Llegaron los colosos alpinos al Tour y con ellos los sueños de épica. Pero, lamentablemente, todo quedó en eso. Sueños. Porque la épica ya casi no se ve en el ciclismo moderno y, como aventuramos ayer, nada sucedió hasta el Galibier.

foto: Reuters

O casi nada, puesto que las decisiones que determinaron el derrotero del primer parcial de un tríptico clave, se tomaron antes. Más precisamente en el Izoard, donde Movistar propuso algo diferente a la monotonía reinante, preparando el ataque de Mikel Landa.

El jefe de filas telefónico, el de las declaraciones rimbombantes que -por ahora- no ha respaldado con un título en grandes vueltas. El que puso a sus hombres a tope en Pirineos y pensó que los Alpes eran la misma cantinela.

El que… no atacó. Porque, como todo ser humano falible, no tuvo piernas para probar con 70 km por desandar. El que no avisó a su director de dicha situación, para que éste parara una arremetida en vano y pusiera bajo presión a los adversarios de otro modo. ¿Cuál? Permitir que la escapada cogiera ventaja y, por consiguiente, Nairo Quintana subiera posiciones en la general. O forzara a las alineaciones rivales a gastarse en la cacería.

En todo caso, la culpa es del coche español. Se puede entender que el vasco creyera en sus posibilidades o que no leyera bien la carrera a 180 pulsaciones. Pero los que iban jugando al PCM detrás del volante…¡Llamen a Sciandri!

No, no se nos olvida que el colombiano flaqueó en Pirineos. Y tampoco sería raro que mañana ceda de nuevo, porque no es lo mismo triunfar desde una fuga que lidiar codo a codo con las arrancadas de otros gallos. En gran medida, el sudamericano hoy voló por su talento, y también por las concesiones que se brindó en las más recientes jornadas, cuando se dejó ir al no poder estar en la conversación. Igual que Landa en el Giro 2017, por citar un caso.

Pero las razones de su debilidad pirenaica no están a nuestro alcance, ni tampoco el de los contrincantes. Es de manual ciclista: a un gran campeón no se le concede una segunda vida. Nunca se sabe si sobreviene un resurgimiento y luego… vayan a bajarlo. Pues bien, el ataque de Landa que nunca llegó lastró esa alternativa. Ni una cosa ni la otra.

Los de Unzué acercaron al lote y dieron paso a INEOS, que continuó con la faena para limitar daños. Algo que lograron, porque el de Tunja quedó en el límite y no acabó de meterse nuevamente en la zona de contención. Así como merecieron aplausos en parciales previos, los telefónicos hoy se ahogaron en la orilla.

Lo único “positivo” de la fracción, al margen de la victoria de Quintana, es que mermaron un poco las reservas de los generales. Aunque también las propias, con Soler tirando en el grupo y Amador o Verona esperando un puente. Sólo si en días venideros revientan por desgaste quienes aventajan a Landa, la táctica habrá sido exitosa.

La otra vereda

¿Qué hizo INEOS? Lo que siempre hacen: respetar galones. Por si a alguien se le olvidó, Geraint Thomas es el campeón defensor del evento y con una década de servicios prestados a la estructura. No sólo eso, sino que comparte nacionalidad con el equipo, entonces es lógico que suceda lo que pasó.

Además, pese a que puede no agradar a Latinoamérica, la táctica es clara: mantener dos opciones vivas en la general. Así presionan más al resto y, en un mundo perfecto, que Thomas y Bernal definan entre ellos el último día.

Es lo más seguro con la debilidad global de los gregarios del bloque y, en simultáneo, respetan galones y evitan conflictos. Porque, por otro lado, el sensacional Egan no es capo hasta que demuestre lo contrario en citas del género. Eso, porque apenas despunta y es cuestión de unos días para que cambie su estatus.

Incluso, hasta podría decirse que INEOS lo cuida. El escarabajo comparte la responsabilidad de una cita que no tiene ganada, ya que adelanta a Thomas en escasos cinco segundos. ¿Cuánto mejor sería correr dos días más con una renta apenas superior, asumiendo todos los riesgos y sin el escudo de vatios que tuvo Froome?

Eso sí, el fallo de los británicos fue que Thomas debió parar al ser alcanzado. El error fue sostener su accionar, acercando a los otros a Egan. Si el galés tenía “combustible”, entonces lo suyo era detenerse y volver a arrancar.

Y luego, otra falencia. Comenzaron muy tarde a probar a un Julian Alaphilippe que ya demostró que no puede ser subestimado. Cada metro que se escala a ritmo, el líder de la carrera se adueña un poco más del amarillo.

Eso cuenta para todos quienes quieran subir a lo más alto del podio parisino. “Loulou” no está allí por casualidad y se acabaron las excusas. Es momento de dejar de mirar para abajo en la tabla, porque todavía hay uno encima. Les quedan dos días, a ver quien tiene menos temor a perder.

Pablo Martín Palermo

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