Análisis: Por qué Nibali es campeón del Giro 2016
Por @pmpalermo
El Giro de Italia 2016 llega a su fin y será recordado como uno de los más inciertos y cambiantes de los últimos años, aunque a la larga primó la lógica y Vincenzo Nibali, el nombre más importante en la línea de partida, se quedó con el título.
Cuesta entender cómo el “Tiburón” se impuso en el evento italiano cuando, en una primera revisión, saltan a la luz varias situaciones en las que flaqueó contra rivales con menor pedigree que, además, recién sucumbieron en los Alpes.
Es cierto, otra pudo ser la historia si Zakarin no hubiera padecido en la crono de Chianti o el descenso del Agnello; con Landa presente y pletórico o, fundamentalmente, sin el accidente del, hasta entonces intratable Kruijswijk. Pero ser un campeón incluye saber gestionar las situaciones, dosificar el esfuerzo, ubicarse en el lote, subir, bajar y hasta dormir o comer. Indudablemente, Nibali, que ya atesora cuatro grandes, conoce todos los secretos al respecto y, por ello, no hay objeciones válidas.
Cierto es que flaqueó en los Dolomitas, aunque nunca trató de ocultarse y dio la cara junto a su equipo, haciendo miserable la vida al resto que, probablemente, no lo remató por eso. Una vez más, todo va de la mano, y el “Tiburón” en su flaqueza, comenzó su salvación.
Sus inexpertos rivales -y Valverde- no liquidaron al pedalista con mayor bagaje entre los presentes, un hombre que tiene un hueco seguro en el Olimpo ciclista y que ha estado caracterizado siempre por su valentía e inteligencia. El resultado final lo deja claro.
Equipo
Por otra parte, la corona de Nibali tiene un gran componente de esfuerzo grupal. Astana fue el complemento perfecto, porque no basta con tener las herramientas sino que hay que saber utilizarlas. Kangert, Fuglsang y, especialmente Scarponi, destrozaron el pelotón en todas las fracciones montañosas, con un sobresaliente cierre alpino en el que, además de fuerza, aplicaron inteligencia y estrategia.
El tren celeste corrió mejor que en 2015 para Aru, eligiendo con cuidado sus batallas y haciéndose cargo del estatus que les correspondía por arropar al principal favorito. Una y otra vez, prepararon el terreno y, lamentablemente, Nibali no pudo hacer buena la faena de sus hombres.
Hasta que todo cambió en el Agnello, escenario de su resurrección. Dicha situación forzó a los técnicos a parar a un desatado Scarponi que, abnegado, regaló su día de gloria, esperó por su capo y lo ayudó a levantar los brazos en Risoul.
Ni que hablar de la 20° jornada, donde los kazajos asfixiaron a todos en unos pocos kilómetros del Colle della Lombarda. Para el momento en que Nibali se movió, el entonces líder Chaves ya iba con la boca abierta y el gesto desencajado, por lo que el agresor sólo se limitó a escalar con el potenciómetro a la vista y no en la zona roja como el cafetero.
No en vano marcamos durante todo el Giro las carencias estructurales de LottoNL-Jumbo primero, y de Orica-GreenEDGE después. Bajo la sabia tutela de Martinelli, los celestes diseñaron grandes estrategias, manejaron la presión y salieron de la crisis con mucho orgullo. Demasiado para las aisladas espaldas de Chaves y Kruijswijk.
Sus dos enemigos
En este punto es bueno señalar a los dos grandes rivales del campeón en estas tres semanas. Kruijswijk perdió sus opciones por una caída, pero la misma no fue casualidad, ya que Chaves y Nibali lo dejaron al límite -él así lo reconoció- en la Cima Coppi y es probable que haya sufrido los primeros vestigios de una pájara con sus correspondientes consecuencias. El ‘tulipán’ admitió su error y no hay excusas.
Y justamente ese concepto dejó el “Chavito” al ser consultado por la derrota. “Nibali fue mejor”, indicó, sin excusas. Difícil de creer tras dos semanas en las que el escarabajo maravilló cuesta arriba, sin fisura alguna y mostrando una facilidad impactante que hoy lo tiene en un prestigioso podio.
Lejos quedó en el tiempo su error táctico, pero vaya uno a saber cuánto le costó en el final de la carrera el desgaste extra de la etapa 16, cuando persiguió durante dos horas y dejó la sensación de ir tan fino como el trío que se jugó la victoria. Nunca lo sabremos, pero no es ilógico afirmar que, ese día, Esteban quemó un cartucho vital en vano.
Ganancias marginales
Tras sobrevivir en sus momentos de crisis y fiel a su apodo, el “Tiburón” probó el sabor de la sangre de un rival herido y despertó. Con más ganas que fuerzas, en la etapa 19 se llevó el triunfo y recibió la inyección de moral que le faltaba para recuperar su mejor versión, una digna del patrón del Giro que es. Además, reavivó en su interior el instinto asesino que marca la diferencia entre un buen corredor y un gran campeón.
Para sus detractores de manera sospechosa, el siciliano encontró un segundo aire que tiene una doble explicación lógica. Primero, un pico de forma apuntado a la semana conclusiva de la competencia, el cual tardó en llegar y puso en duda su preparación y hasta su salud, pero que finalmente inclinó la balanza hacia su lado.
El segundo, la sabiduría para empezar a ganar el Giro en aspectos invisibles como comer (siempre se alimentó en fases de transición, en tanto que Chaves o Kruijswijk viajaban desbocados), descansar, limitar daños en días malos, planificar estrategias diversas sin desesperarse, dosificarse o gestionar esfuerzos; es decir, no exprimirse a fondo ni siquiera en las etapas 19 y 20, cuando trepó mirando los vatios para llegar con resto.
Esta conjunción de factores y una gran fe en sí mismo, completan la ecuación de un Nibali que, si está convencido de algo, sigue con su método hasta las últimas instancias y sin torcerse un renglón de lo dictado.
El ya mítico Vincenzo, un fondista como pocos, es también un elegido en otros aspectos, como la técnica para maniobrar la bici en diferentes terrenos o la sabiduría para estar bien colocado. A modo de ejemplo, no son pocos los que cuestionan su triunfo en el Tour 2014 porque Froome y Contador se marcharon, accidentados, antes de tiempo.
Y quizás sería bueno analizar por qué los talentosos pedalistas mencionados se fueron al suelo y el de Astana no. Del mismo modo, mientras Kruijswijk se estrellaba contra una pared de hielo en el Agnello, Nibali volaba y empezaba a escribir historia, descartando las teorías que restan mérito a su gesta.
Conclusiones
Que no fue el más vistoso en aspectos visibles al alcance de todos, es cierto. Nibali no lució sino hasta el último día antes de Turín, pero el siciliano impuso el peso de su apellido y sometió a los demás, aplicando presión con una aceitada maquinaria kazaja que no tuvo equivalentes en el lote.
Su bagaje como corredor fue otro motivo del éxito, así como su experiencia para sostenerse en la adversidad y un corazón digno de lo que es, un ‘campeón’ con todas las letras. Ya en la curva descendente de su ilustre trayectoria, el italiano puso un freno al pujante relevo generacional, alcanzó su anhelado octavo podio en grandes vueltas y envió un mensaje a sus directores, volcados con un Fabio Aru que todavía tiene mucho que recorrer para, siquiera, parecerse al de Messina.
¿Chaves? Su derrota fue fruto de todo lo que Nibali le tiró encima, sumado a la falta de equipo y la inexperiencia. Pero, mirando el vaso medio lleno, hay que subrayar su evolución luego del 5° lugar de la Vuelta pasada y el mero hecho de que fue doblegado por un ilustre de este deporte.
Doloroso pero valioso aprendizaje para el colombiano, quien ya demostró su potencial y es el hombre-Tour que buscaba Orica, escuadra que no debe perder más tiempo con los hermanos Yates si disponen de una garantía como el bogotano. El camino recién empieza para el “Chavito”.
En lo que a Kruijswijk refiere, físicamente fue el más fuerte, pero eso no siempre alcanza en un evento de tres semanas colmado de trampas. Una vez más, la importancia de contar con gregarios quedó expuesta y, ahora que se sabe capaz de ganar un Giro, el neerlandés debe exigir que se los contraten.
Vincenzo Nibali es campeón de la 99° ‘Corsa Rosa’ y, más que nunca, reflejó el valor de diferentes apartados de los que siempre se habla en el ciclismo y que pocas veces son reconocidos, ya que la espectacularidad individual de las gestas de turno suele esconder todo lo que aquí hemos expresado.
Pablo Martín Palermo
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Exquisito artículo.
Espectacular análisis. Se cierra la página del Giro, ahora queda esperar disfrutar con el tour lo bonito que es esté deporte.
buen articulo. Esperemos que el Orica contrate algunos escaladores para que hechen una mano al chavito en una grande.
Muy acertado
Muy buen artículo, pero creo que la clave fueron los 12″ que no pudieron restar el grupo de Valverde y Majka frente al de Nibali y Chaves el viernes antes del puerto final. Alejandro subió ese último puerto en el mismo tiempo que Chaves, y eso que venía de tragar viento mientras que Chavito iba bien cubierto.
Creo que esos 12″, fueron clave para que Valverde no ganará este Giro. Pero a Valverde se le sigue sin nombrar…
Eso sí Kruijswick era el más fuerte. Eso sin duda
PAblo un dato que arrojó el propio Nibali al termino de la etapa 19 o 20, que da cuenta de por qué logró revertir si Giro, es que según sus palabras, sus sensaciones mejoraban arriba de los 1000 metros. Si bien la etapa de las dolomitas fue casi toda por arriba de esa altitud, también es cierto que fue una semana antes de su mejor estado de forma. Este dato reafirma tu excelente artículo, donde la experiencia y la estrategia nuevamente reafirman a un super campeón. La misma estrategia y experiencia que en 2014 sirvieron para destrozar a Froome y Contador en la etapa de adoquines del Tour que luego lo vio victorioso. Nibali es uno de los más grandes, no sólo por su fortaleza física, sus equipos, su suerte, sino porque planifica cada carrera sabiendo muy bien cuáles son las fortalezas y debilidades propias y de sus rivales. Bravo Vincenzo!!!
Muy bien por Nibali si se remonto y gano es por que tiene un gran equipo, estratega y fuerte, es un zorro con experiencia, a Chavez creo que falto mas aporte por parte del equipo aunque también falta de experiencia para un nivel de carrera como esta, pero en conclusión el ciclismo es pasión, es país, todos son monstruos que ponen su físico al extremo a superar adversidades y el que mejor lo supere es campeón, felicidades a todos.
Creo que Chaves tiene piernas para ganar una grande lo que no tiene es equipo, si quieren que lo logre tendrán que rodearlo mejor
Nunca habia visto a un Campeon que lo haya sido luego de quedar a 4m30s , y si bien el articulo intenta explicarlo no puedo dejar de pensar que este final no se corresponde con lo que en realidad paso en el camino.Ninguno de estos corredores es inexperto Nibali cometio muchos errores que no pago, Chavez parecia contento con el segundo lugar antes de correr la ultima etapa y quien debio ganar por aplastante superioridad no lo hizo por una sucesion de cosas dificiles de entender en el ciclismo profesional.
El momento en que el Chavito perdió el Giro: En la Etapa 16 Esteban perdió la concentración en el penúltimo Puerto y se vio en el fondo del pelotón cuando Valverde y Kruijswijk atacaron. Al llegar a meta Esteban arribó 8o a 42 sg de Valverde; Nibali arribó 11o a 1’ 47” lo cual es 1’ 05” de diferencia con Chaves (….al final perdió por 52 sg con Nibali).
Esa etapa fue tan crítica para Esteban por que tuvo que gastar demasiada energía persiguiendo a los punteros, logró limitar la pérdida del día y de echo fue el más rápido en el último ascenso, sin embargo, en mi opinión pagó un precio caro más Adelante, Se le vació el tanque donde no hubiera habido necesidad si hubiera ido más concentradito. Lecciones que hay que aprender para ser campeón.
Excelente artículo!!!
Hay que tener en cuenta, que Chaves tuvo un leve catarro, que mermó las fuerzas de la ultima semana, precisamente en la cual debería haber estado pletorico de salud. El núnca lo dijo, pero allegados y en algunas entrevistas se oia una constante tos… de ahi en parte que no pudiera seguir la rueda. Lo bueno es que hay chaves para rato!.
Amigo Dajudagnomo: este artículo se escribió hace varios días, cuando el rumor (porque hasta que él o el equipo no lo confirme no deja de ser eso) sobre el catarro de Chaves aún no existía.
Respecto a la tos en las entrevistas, es muy común. Los corredores vienen de ventilar muchos litros de aire en sus pulmones y, según la fisiología de cada uno y las condiciones climáticas o geográficas (altura por ejemplo) puede producirse esa tos que no implica una enfermedad. Para mí no pudo seguir rueda porque derrochó energías en la etapa que lo pescaron mal parado y quedó cortado y luego no se alimentó bien camino a Risoul.
Al margen de ello, concuerdo: hay Chaves para rato y podios en grandes vueltas garantizados
Excelente artículo, imparcial y acertado a la hora de señalar los ingredientes de un gran campeón, soy Colombiano, y me hubiera gustado mucho que Cháves se hubiera coronado de rosa, igual es un triunfo inmenso. Ahora viene el tour, y nuevente veo el Sky como el equipo más fuerte, Froome con Thomas y ahora Sergio Henao que le acaban de absolver de las dudas de doping, serán 2 súper gregarios.