Análisis: ¿Puede Romain Sicard ocupar los zapatos de Voeckler?

Por @pmpalermo

Pocos corredores con más talento que Romain Sicard surgieron en el último lustro, período en el que al mismo tiempo, el vasco-francés se desinfló de un modo inversamente proporcional al de las expectativas sobre él puestas. sicard

Sin embargo, su calidad le valió el beneficio de la duda en épocas de crisis, permitiéndole fichar por Europcar cuando Euskaltel dijo adiós, algo que un año más tarde dio la razón a Bernardeau, manager del conjunto galo.

Es que su campaña fue de menos a más, con una primera mitad insípida que incluyó su estreno en el Giro (hizo una gran labor como gregario), para luego encontrar el golpe de pedal y la confianza en el Tour de’l Ain donde concluyó 6° con una excelente semana en su haber.

Así llegó la Vuelta, su segunda participación tras el 44° puesto de 2012, y Sicard no defraudó alcanzando un inesperado 13° escalón que revolucionó el seno de Europcar, a punto tal, que hoy es el criado en Hasparren el señalado como jefe de filas junto a Pierre Rolland de cara al epílogo de la trayectoria de Voeckler.

Tampoco nos engañemos, no vimos a nuestro protagonista escalando codo a codo con Contador, Froome y compañía, todavía le falta en ese apartado y se notó, por ejemplo, el día que iba en la escapada rumbo a La Camperona, muro que se le atragantó notoriamente y en el que sólo pudo ser 7°. Por contrapartida, fue 14° en la crono con todo lo que eso implica en una general.

Pero no debemos obviar que Sicard cuenta apenas 26 años de edad y que parte de sus malos resultados previos con Euskaltel fueron a causa de una lesión recurrente producto de un desequilibrio muscular tras una caída y una cala mal acomodada.

En esas cuatro temporadas con el conjunto naranja apenas entregó destellos de su calidad, destacando sobre todo en 2010 con un 10° puesto en Bayern-Rundfahrt y el 11° en el Critérium du Dauphiné donde además fue segundo en un parcial o, tras empezar de cero una vez superada su dolencia, con el quinto lugar en la etapa de la Bola del Mundo en la Vuelta 2012 y el 12° en el Eneco Tour tras haber disputado su primera Grande Bouclé.

Dicho esto, lo importante es que el presente sonríe a Sicard, cuyo status dentro de Europcar se disparó por las nubes tras la ronda española, resolviendo un problema al manager que, según algunos rumores, llegó a pensar en Andy Schleck para compartir galones con Rolland.

No será la primera vez ni la última que un pequeño empujoncito salva la carrera de un atleta, pero en el caso que tratamos se magnifican las cosas porque el surgido en Orbea despertó muchísimas expectativas en sus comienzos, cuando recién pasaba a profesionales y se codeaba sin temor contra las estrellas calzado con sus características zapatillas gastadas.

Ojalá que la cabeza, el gran motor de este virtuoso, soporte la presión y el año próximo mantenga o mejore su nivel como jefe de filas adjunto de la estructura francesa, donde Voeckler dejó de ser un hombre fiable (¿alguna vez lo fue?) para las grandes vueltas y abrió la puerta a un pujante Sicard que se encargó de atravesar el umbral.

Y es en ese contexto que surge la pregunta insoslayable, ¿puede ocupar el lugar del carismático Thomas? La respuesta es no, ni puede ni debe. Porque Sicard debe labrar su propio camino y no reemplazar o desplazar a un personaje querido y respetado como pocos que ya es una institución, por más que esté en declive y así se lo indiquen.

Si se nos permite una expresión del boxeo, el ex Euskaltel es mejor “libra por libra” atleticamente, mientras que Voeckler es puro coraje e inteligencia, atributos con los que se las arregló para labrarse un gran palmarés y convertirse en ídolo popular.

Nuestro joven protagonista tiene mucho por mejorar, margen para hacerlo y, afortunadamente, directores que entendieron cómo llevarlo, porque es un ciclista de esos que necesitan “cariño” y paciencia para rendir, algo que halló en su actual casa y que se notó principalmente en la Vuelta.

Sicard dio el paso decisivo en su recuperación y en 2015 le exigirán más en un papel similar, trabajando para Rolland en momentos puntuales o liderando en otros, en los que tratará de meterse en el top 10 de una grande, algo que parece más cercano y que terminaría por confirmar las esperanzas eternas que rondan su figura.

Pablo Martín Palermo
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