Análisis: Que el Tour no termine antes de empezar

Por @pmpalermo

Cuesta creer que apenas se hayan disputado tres etapas en la Grande Boucle, corto período de tiempo en el que ya pasó de todo, con abandonos por caída y severas pérdidas de tiempo por parte de algunos favoritos, que no deben estar muy tranquilos por su inicio de carrera.

Hablamos de todos aquellos que todavía tienen posibilidades reales de título pero que deberán remar contra la corriente merced a la cuantiosa sangría de segundos padecida por diferentes circunstancias, a saber: la crono, los cortes bajo la tormenta y las diferencias en el Muro de Huy.

Gente como Mollema, Nibali, Quintana, Valverde, Purito, Pinot, Talansky o Bardet, talentos enormes que ya viajan en el rango comprendido entre el minuto y medio y los tres respecto a Froome, por ahora, el más sólido de los gallos.

La realidad marca que el Tour recién empieza y, con 18 jornadas por delante, todo puede pasar. El mismo líder de Sky así lo reconoció: “Hoy estoy en una posición estupenda, pero la carrera se juega cada día y nunca se sabe qué pasará mañana”.

Y vaya si tiene razón el experimentado pedalista, campeón de un Tour, 2° en otro y en dos Vueltas a España. Pero ciertamente que, aún sabiendo que las cosas puede variar, es el que más tranquilo duerme.

Mientras tanto, a sus espaldas, se produce una competencia de supervivencia en la que cada gallo juega sus cartas como puede o lo dejan. Contador, por ejemplo, ha tenido un equipo impecable alrededor, pero fueron sus piernas las que no respondieron en Huy. Tal vez, como dijimos en la previa, el Giro le pese y no logre igualar a sus más frescos oponentes. De todos modos, el de Pinto, Urán o Van Garderen se encuentran dentro de límites normales para lo que se lleva de Tour.

Al límite

Diferente lo que sucede en Movistar y Astana. Sus jefes de fila han tenido mala suerte, es cierto, pero a esta hay que ayudarla minimizando riesgos, es decir, corriendo adelante. Nibali y los celestes lo hicieron relativamente bien, incluso provocando un corte en el mayoritario tras la reanudación de la carrera, pero el Tiburón no pudo en Huy; mientras que Nairo y Valverde dispusieron de Gorka Izagirre y Castroviejo para luego salvar las papas con sus piernas, por demás muy finas.

Mucho peor la debe estar pasando Pinot, 3° hace un año pero totalmente desconocido hoy, en una fracción accesible para un grimpeur de su talla. El galo ya está a 2:58 de Froome, pero a diferencia de Quintana, sus piernas no están funcionando, por lo que de no obrar una mejoría diametralmente opuesta, es uno de los favoritos que ya perdió el Tour en la primera semana.

Situación similar para Bardet, quien ha sufrido sus falencias como rodador, en la crono primero y en la caótica etapa 2 después. El espigado atleta de Ag2r quizás sí tenga chances futuras porque como Nairo, su forma parece buena.

El último en cuestión es Purito Rodríguez, quién demostró en Huy que su condición es muy buena, venciendo a un intratable Froome aún con las secuelas de su caída del día previo. El catalán está a 2 minutos del amarillo y estaría en el límite, aunque él mismo señaló que no sabe cómo estará en los Alpes, por lo que buscará aprovechar cada oportunidad.

Del resto mejor no hablar. En buena condición o no, los problemas los tiene bastante alejados y, además, no parecen rivales serios para Froome, Contador, Quintana y Nibali, los principales aspirantes.

Sin margen de error

Pero todas estas excusas o condicionantes no importan, el ciclismo profesional no espera por nadie y, a muchos de estos eximios corredores, se les está escapando el tren de la victoria en la semana inicial. Es cierto, la ronda gala tiene la montaña más dura en sus últimos compases, pero de poco servirá ser el mejor escalador si se llega a la misma con minutos de pérdida.

Queda claro que nadie está libre de un pinchazo, caída o desfallecimiento, pero dentro de las variables que sí se pueden manejar, es imperdonable que profesionales de semejante nivel estén tan alejados de la punta con el evento recién iniciado.

Nadie desconoce que, con 60 kilogramos de peso (más o mens, según el caso) los escaladores tiene complicadísimo resistir en el pavé, pero en la caótica jornada 2 o camino del Mur de Huy, no se entiende cómo no se pegaron a rueda de los que se sabía podían hacer daño. Por no es ningún secreto que Tinkoff y Etixx suelen ocasionar problemas del género.

Además, si los directores analizan al detalle recorrido y demás, y guardan bajo cinco llaves sus alineaciones, en teoría ideales según sus objetivos, es incompresible que algunos de los líderes queden aislados en momentos clave. Lo de Nibali se entiende porque él mismo generó un corte tratando de esquivar un corte, mientras que Movistar trabajó bien para Nairo y Valverde bajo la tormenta, pero no así en la aproximación a Huy.

En definitiva, entendiendo que son humanos, todos cometen errores y la fortuna juega un papel preponderante, lo que sí pueden (y deben hacer) Nairo, Valverde, Purito y compañía, es limitar los daños. Es decir, una vez superado el impredecible pavé, pegarse a rueda de Froome y vigilarlo hasta en el avituallamiento, algo que debió suceder hoy mismo, donde el keniata picó unos segundos sin ser un especialista.

Con eso en perspectiva, sí es cierto que el Tour se definirá en la semana conclusiva, pero sólo entre aquellos que hayan hecho los deberes antes y a los que no se les haya ido el tren, que a día de hoy, parecen haber tomado unos pocos.

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Pablo Martín Palermo

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