Ciclismo Internacional

Análisis: ¿Qué pasó en Finhaut-Emosson?

Por @pmpalermo

Con el Tour de France encaminado a un nuevo paseo triunfal de Chris Froome, lo interesante aparece en la pelea por el resto del podio, donde Bauke Mollema y Adam Yates deberán defenderse de Nairo Quintana, Romain Bardet y, especialmente, Richie Porte, el hombre más en forma del lote.

En ese marco, de cara a lo que resta de competencia, es importante analizar lo acontecido en la exigente ascensión a Finhaut-Emosson, donde los equipos interesados en lastimar, terminaron lastimados y los gallos que se guardaron, dieron un paso al frente.

Astana: mucho equipo y poco líder

En primer término, es bueno hablar del Astana, que sacó la cara y puso un ritmo tremendo desde la Forclaz, seleccionando notablemente el lote de la mano de un Nibali enorme, que poco margen le dejó a Rosa. Sin embargo, Fabio Aru no tuvo lo necesario como para lanzar un ataque y se quedó a rueda, salvando la jornada.

Difícil misión la del sardo, que anhela escalar hasta el cajón con menos fuerza que sus gregarios. Pero éstos tendrán un peso importante en el desarrollo de las acciones, porque el ritmo que pusieron hoy hizo daño y, por ejemplo, Mollema acusó las consecuencias.

Es de esperar que los kazajos sigan por el mismo camino, más ahora que el “Tiburón” parece encontrar buenas sensaciones y Rosa está fino. ¿Aru? Es una incógnita lo que el campeón de la Vuelta puede conseguir, aunque es posible que vaya a más o hasta que se beneficie de la crisis de algún contrincante.

Movistar, a la buena de Dios

En la otra vereda, Movistar naufragó estrepitosamente. Sus intenciones fueron las correctas, pero la forma no acompañó. Así, en un día donde abandonó Gorka Izagirre por caída, Winner Anacona apareció unos pocos minutos al frente del grupo de gallos, con tanta mala fortuna, que su efímera labor cortó a Ion Izagirre, otro que parece ir a menos luego de una campaña excepcional.

Dani Moreno es una sombra de su versión más agraciada y su contribución resultó nula, cuando se esperaba que fuera clave en esta alineación.

Nairo y Valverde iban con lo justo, pero lo peor, es que no han hablado entre ellos. El colombiano -líder absoluto- debió ser sincero para que su compañero no trabajara en vano y, encima, se hundiera. El murciano ya viajaba incómodo y retrasado, pero aún así, realizó dos arreones importantes para prepararle el terreno de cara a un lanzamiento que nunca llegó.

Al revés de lo que pregonamos siempre, si no hay piernas sí hay que cuidar lo logrado. Hoy fueron menos Movistar que nunca, intentaron correr agresivamente y dieron un paso atrás en el objetivo “consuelo” de Unzué: la general por equipos y dos hombres en el top 5.

No son pocos los que, pragmáticamente, indican que el “entierro” de Valverde fue lo correcto si era doméstico del sudamericano, pero en este caso particular, Unzué equivocó el camino, porque hizo que Alejandro pasara todo el Tour en vanguardia para aniquilarlo sobre el cierre. Para eso, hubiera corrido como Nibali, y Quintana hoy tendría un gregario a tope.

Otra historia es la forma del escarabajo, que jamás lució como el de 2015. “Tuve un mal día”, afirmó, pero su declaración choca de frente con los hechos, que lo tuvieron durante dos semanas a contrapié.

De todos modos, su talento merece el beneficio de la duda y, a poco que tenga una recuperación, será una pesadilla para Yates y Mollema, los dos acompañantes de Froome en el podio. Quintana, habituado a que todo le salga bien, tiene una prueba de fuego en lo que resta de la Grande Boucle, aunque más no sea, para fortalecer su carácter y aprender de la derrota.

¿Qué esperar los próximos días?

Una vez que los dos conjuntos agresores concluyeron sus aventuras, el tren negro recuperó el comando del mayoritario y siguió con su guión usual: imponer un ritmo altísimo, siempre justo por debajo del límite del umbral anaeróbico de sus corredores.

De ese modo, pocos -por no decir nadie- pudieron hacer daño alguno al maillot jaune las dos semanas previas, y mucho menos hoy, cuando sólo debió hacerse cargo de cerrar el salto de Porte. Sobra decir que el de BMC estará más que feliz con llegar al podio, donde debería encontrarse de no haber sido porque su equipo lo dejó tirado en la etapa 2, cuando pinchó en la última cota.

Con dos etapas de alta montaña luego de la cronoescalada, y al igual que en el resto del Tour, Sky mantendrá el libreto que tanto resultado le está dando. Poels, Nieve y Henao están pletóricos, mientras que Landa o Thomas acompañan con solvencia y dificultan los ataques imprimiendo un paso constante, al borde del desfallecimiento, pero con un mínimo margen como para responder.

Como quedó expuesto, Porte es el único capaz de quebrar ese límite estipulado por los de Brailsford, que encima recibieron un poco de “ayuda” por parte de Astana. Los celestes rodaron de manera similar para lastimar al resto de gallos, tratando de que Aru progrese en la tabla principal, y la tendencia se mantendrá.

Es de esperar que esos dos trenes sean protagonistas en las jornadas montañosas restantes, moviendo el árbol para ver qué cae. Y según lo que generen, obrarán los capos. Bardet tiene ganas y mueve valores de potencia impresionantes, pero no arriesgará con un ataque si puede subir en la clasificación por la debacle de otros.

¿Movistar? Sin piernas lo prudente es quedarse donde están, pero si por algún milagro las sensaciones vuelven, están obligados a atacar en serio, al menos, para acceder al cajón y salvar el record de Quintana, que ocupó una plaza en el podio en todas sus participaciones. A día de hoy, su gesta parece complicada.

Si las impresiones respecto a una condición superior por parte de Valverde son ratificadas en la crono, los directores telefónicos tendrán una decisión áspera por tomar: el respeto por los galones o el mandato de la carretera.

Los demás tacharán las etapas en el libro de ruta, rezando por no pasar un mal día y arribar a París en el mismo puesto. Tanto Mollema como Yates firmarían ya este logro (el máximo en su trayectoria) y es difícil imaginarlos a la ofensiva.

*RelacionadasAnálisis: ¿Cómo aislar a Froome?

SECCIÓN TOUR DE FRANCE

Pablo Martín Palermo

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