Ciclismo Internacional

Análisis: Su carácter, el grandioso problema de Alaphilippe para las grandes vueltas

Por @pmpalermo

Mucho se habló y se seguirá hablando de Julian Alaphilippe. No es para menos, puesto que a su sensacional temporada primaveral, añadió un Tour de Francia de ensueño, en el que sorprendió a propios y extraños con un 5to puesto en la general.

Foto: Team Jumbo-Visma

Sí, el clasicómano que iba a cazar etapas tomó el lugar de Enric Mas y acaparó los flashes durante tres semanas, liderando la competencia reina del deporte pedal durante 14 de las 21 jornadas. Su anticipada debacle, que no fue tanto tampoco, llegó recién en los Alpes y el brillo de Egan Bernal hizo que el francés quedara algo tapado en el cierre de la Grande Boucle.

Pero a más de uno (y a más de dos también) le surgió la duda en torno a un posible futuro de “Loulou” como jefe de filas para las grandes. Con eso como punto de partida, es momento de analizar cuánto tiene de sustento dicha conjetura.

Para empezar, un porcentaje ínfimo de ciclistas tiene la capacidad de finalizar un Tour en el top 10, razón de base para conceder el beneficio de la duda a los defensores de dicha idea. Y no colocamos al propio Alaphilippe alineado en ese sentido, porque él mismo se descartó como vueltómano.

“Enfocaré el 2020 en ganar el Tour de Flandes”, indicó poco después de concluido el Tour. Noticia sensacional para los amantes del ciclismo primaveral, y nueva diferencia en la trayectoria del galo respecto de Alejandro Valverde, atleta en quien parece reflejarse por su versatilidad.

Podríamos explicar también, que Deceuninck-QuickStep no dispone de un bloque como para arropar a potencial capo en una grande. No en vano afirmamos que sacaron jugo a las piedras este último mes, porque además de aprovechar el factor sorpresa, jugaron magistralmente sus cartas con un cuadro colmado de velocistas.

Suponiendo que volviera con intenciones concretas, sería un hombre marcado, los adversarios correrían en consecuencia y ya nadie esperaría una debacle por desgaste. En definitiva, sería quitado de en medio sin piedad con ciclismo de escalada ofensiva, no a ritmo.

Las conjeturas podrían extenderse en torno a opciones de recorridos más o menos favorables, una preparación plenamente enfocada en dicho evento y, he aquí el problema, un cambio en las formas de competir del propio Julian. Las dos primeras son viables, la tercera no.

Salvo contados casos, los aspirantes a Giro, Tour y Vuelta se la pasan reservando energías, esperando a la última semana y, a su vez, al puerto conclusivo de cada día montañoso en dicho período. Un monumento a la paciencia (para ellos y los espectadores) y el conservadurismo.

Todo lo opuesto a lo que el Súper Combativo del Tour 2019 lleva en su interior. El francés es un ciclista sensacional, afecto a correr ofensivamente y regalar espectáculo. “Prefiero ser 5to y con dos etapas a firmar el podio sin lanzar un solo ataque”, exclamó el domingo en París. Teléfono para Kruijswijk…

Basta observar cómo llegaron sus victorias en la temporada, para entender que porta un espíritu inquieto en su seno, y eso mismo lo traslada a la carretera. Mayor mérito aún, por el hecho de saberse una rueda marcada, sin excepción. Ni así pudieron detenerlo y, con tres meses por desandar en el curso, atesora 12 dianas, nueve de ellas en la categoría top y prácticamente sin reservarse.

Al sprint, sobre la cabra y, principalmente, lanzándose a distancia, la estrella de QuickStep embolsó -por citar algunas- Strade Bianche, Flecha Valona o Milán-San Remo, para luego exhibirse en la ronda francesa.

Es innegable cómo es “Loulou” y que compite como vive. Eso lo descarta casi de plano para pujar por una prueba que obliga a todo lo contrario. Sí, lo hizo en 2019, pero porque se permitió a si mismo una licencia y sacó rédito de los desconcertados contrincantes.

Afortunadamente, Alaphilippe continuará su cacería de etapas en todo tipo de eventos de una semana, clásicas adoquinadas o de las Ardenas y quién sabe qué otra sorprendente gesta saque de la galera. Por lo pronto, los que esperamos durante 15 años que Valverde conociera Flandes, podremos gozar de un corredor similar asaltando en plenitud dicho Monumento.

Por eso, tengan por seguro que nadie extrañará la versión vueltómana de Alaphilippe, que ya se regaló un lapso histórico en amarillo para contar a sus nietos y puede seguir siendo feliz compitiendo como él sabe.

Pablo Martín Palermo

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