Ciclismo Internacional

Análisis: Zakarin, el único inconforme que puede dar un vuelco al Giro

Por @pmpalermo

Tras el último día de descanso en el Giro, el pelotón saltó a escena nuevamente con los jefes de filas ávidos de probar las piernas del líder en su primera etapa en línea como tal. Y el tulipán respondió sobrado, frustrando la última esperanza de los gallos, quienes imaginaron al robótico atleta flaqueando ante una lluvia de ataques debido a la escasez de gregarios.

Foto: Claudio Peri/EFE

No sólo eso, sino que metió más tiempo a sus dos inmediatos perseguidores, Esteban Chaves y Vincenzo Nibali. El primero, tempranamente cortado por ir mal ubicado y confiado de ello, tal como reconoció después, y el segundo, sin fuerzas en los compases definitorios del parcial y en aparente espiral descendente.

Liberado del citado dúo, la maglia rosa se enfocó en los otros dos con sensaciones positivas hoy y en la cronoescalada: Ilnur Zakarin y Alejandro Valverde. El ruso fue el primero en mover el árbol, a 76 kilómetros del cierre y a poco de iniciar la ascensión inicial de la jornada, señal de su condición de forma y, por supuesto, de ganas contenidas tras un par de semanas a contrapié, donde llegó a caerse dos veces en un mismo día.

No se quedó atrás el murciano, que tras poner presión con sus hombres, tensó la cuerda en cabeza de carrera y avisó de sus intenciones para lo que vendría. Astana completó la ecuación y el grupo se rompió, dejando a Chaves y Majka rezagados, situación clave que propició la locura que vino después.

Es que, de no haber habido víctimas, lo lógico hubiera sido una tregua hasta el siguiente puerto, pero con el 2° y el 5° cortados, los capos hicieron causa común y elevaron el paso. Para los amantes de las estadísticas, vale la pena señalar que el incremento en el ritmo, la poca longitud del parcial y el comienzo cuesta abajo, fueron los factores determinantes para finalizar con un promedio superior a los 44km/h en un día montañoso.

El grupo de punta siguió sin mirar atrás y, cada vez que los perseguidores se acercaban, volvieron a aumentar la velocidad, impidiendo el contacto de un fortísimo Chaves. Y en eso estaban cuando Zakarin probó de nuevo en la trepada a Fai della Paganella.

El salto fue secado por el líder, quien luego respondió con la misma solvencia la ofensiva de Valverde. Dicho accionar, al que Zakarin se unió segundos después con una extrema facilidad, fue la perdición de Nibali, a quien hay que reconocerle el gasto realizado junto a sus hombres.

Durante algunos minutos, el “Tiburón” estuvo a tiro de volver a rueda de la maglia rosa debido a la intervención de Firsanov, luego censurado por su compatriota de Katusha con un rápido gesto que surtió efecto inmediato y apartó al de Gazprom de la conversación. ¡Camaradería comunista!

Lo que siguió fue más de lo mismo: un emocionante pulso entre los tres de punta y el grupo de perseguidores tirado mayormente por un desatado Chaves y un sorprendente Jungels. Lamentablemente para ellos, no se produjo la conexión, y la victoria y las ganancias de tiempo se repartieron entre los ocupantes del podio del día.

La situación del ‘top’ 6

La vertiginosa fracción entregó varias lecturas, entre las que se desprende una que no tiene discusión: Steven Kruijswijk será el campeón, salvo que sufra una debacle brutal que lo hunda irremediablemente.

Hablando de bajones rotundos, el de Nibali parece definitivo y ya son tres los días cuesta abajo, aunque hay que hacerle justicia y reconocer que volvió a hacerse cargo de la responsabilidad que le corresponde como ídolo local y campeón de las tres grandes vueltas. Es dueño de una estirpe pocas veces vista y eso obliga a respetarlo hasta en su peor versión, motivo que invita a pensar en que el de Astana seguirá probando.

Chaves estuvo magistral, tiró casi sin auxilio desde Fai della Paganella hasta meta y evidenció una gran forma, aunque derrochó valiosas energías y permitió que el líder le sacara tiempo y Valverde se le acercara peligrosamente. Dolorosa lección para el “Chavito”.

En lo que al murciano refiere, alcanzó lo que buscaba -una etapa- y de premio, el podio. No sólo eso, sino que está a 23″ del hombre de Orica y saca 1:20 al de Astana, posición privilegiada que lo tiene a tiro de la segunda plaza y con buen margen sobre su más inmediato perseguidor.

¿Majka? Sufrió la misma suerte que Chaves y viajó toda la etapa a su rueda, aunque cedió cerca de la conclusión, tocado por el desgaste de un día de locos. Para colmo de males, entregó un lugar a manos de Zakarin, así que recaló en el 6° peldaño y tiene que recuperar 44″ con el de Katusha.

El último en cuestión es el propio Zakarin, a quien se nota recuperado tras la catastrófica crono y un par de días posteriores de debilidad que lo relegaron en la clasificación. De a poco trepó lugares y entregó excelentes sensaciones en la cronoescalada primero, y en la etapa 16 después.

Realizó el gasto mayor y tuvo recompensa, porque su 5° plaza de la general tiene como aliciente los 7″ que lo separan del frágil 4° de Nibali, una razón adicional para seguir activo.

Análisis de lo que vendrá

Quitando al dominante líder, Chaves y Zakarin lucen como los más finos. El cafetero, con piernas para estar con los mejores, cometió un error propio de su inexperiencia y le costó valiosas energías y segundos. La situación ya no es tan cómoda y eso modificaría su táctica, porque antes de mirar hacia adelante, debe cuidar sus espaldas.

En los papeles, está un punto por encima del ruso, aunque está satisfecho con su lugar y lo protegerá antes que atacar, es decir, que se pegará a la estela de Valverde hasta en los avituallamientos.

Valverde, que estaba furioso después de su debacle en Corvara, revivió físicamente en la cronoescalada y se coló en la pelea gracias al cataclismo de Nibali. Tras una primera semana en la que gastó fuerzas generosamente sin rédito, el español pudo alzar los brazos y, de rebote, trepó al cajón.

El botín es jugoso y hasta puede ser mayor si se tiene en cuenta el estrecho margen que lo separa de Chaves y su renta sobre Nibali y Zakarin. Eso implicaría un “Bala” más reservado, atento a cualquier oportunidad de avanzar pero más atento a conservar lo conseguido, especialmente, porque afirmó sufrir la altitud y restan dos días con cimas de más de 2700 msnm.

Nibali seguirá moviendo ficha con sus gregarios mientras le quede algo de fuerza, pero no va fino y se antoja complicado un regreso a la puja real que no sea merced a una emboscada perfecta que implique a terceros y no dependa exclusivamente de su vitalidad.

Majka, fiel a su estilo, seguirá ‘chupando ruedas’, conforme con volver a ser ‘top’ 10 en una grande. Si encuentra una rendija para ascender lo probará, aunque eso es dudoso porque hoy pareció ir al límite durante toda la etapa.

La amenaza rusa

El último bajo la lupa es Zakarin, quien va a más, es muy peligroso porque no teme atacar en ningún escenario, no tiene nada que perder en su primera grande como capo y está confiado por su recuperación y buenas sensaciones desde la cronoescalada.

Hoy fue el más interesado en ir hacia adelante y llevó gran parte del peso en Fai della Paganella, donde antes probó en solitario, y luego respondió con mucha facilidad el contragolpe de Valverde.

Zakarin vino a este Giro buscando el cajón y está cada vez más cerca, puesto que 1:27 lo separan del jefe de filas de Movistar, de ahora en adelante, su gran oposición y blanco de sus estrategias. Cuanto debe lamentar ahora su trágica crono en Chianti, a la que ingresó 2° en la tabla principal y salió 11° con un déficit de 1:14 respecto al de Murcia.

El peligro en torno al de Tartaristán es su desparpajo y hasta inconsciencia para forzar situaciones sin importar la distancia ni los contrincantes. Básicamente, parecieran importarle poco las consecuencias de sus decisiones y eso es sinónimo de espectáculo.

Por si alguno no lo recuerda, la nueva joya rusa enseñó reiteradamente lo que es capaz de hacer frente a estrellas del máximo calibre. En el Tour de Romandía 2015, hizo caso omiso de la presencia de Froome o Quintana y se llevó el título para luego conocer el Giro y acabarlo 44°, sin estar a tope y con una victoria parcial en el bolsillo.

Sabedores de lo que se traían entre manos, los directivos de Katusha le dieron la libertad de prepararse meticulosamente para la Corsa Rosa y, en el proceso, se dio el lujo de ser el único capaz de seguir y relegar a Quintana en la primera etapa de montaña de Romandía, aunque después se le quitó la victoria en un polémico sprint.

Su carta de presentación es tan llamativa como su poco ortodoxo pedaleo, un detalle que añade “morbo” a sus agresivas acciones. El delgado atleta es dueño de la llave para destrabar un podio que asemeja más una partida de ajedrez que una carrera de bicicletas, y será sumamente interesante ver su evolución en las dos jornadas de montaña que faltan antes de llegar a Torino.

Quizás se quede en nada o hasta caiga en el escalafón debido a su excesivo uso de reservas, pero si algo quedó en claro tras la etapa 16 del Giro, es que Zakarin quiere el top 3 y no va a cejar en su empeño, porque piernas tiene y coraje también.

Si así sucede, sus saltos harán mucho daño, tal como se comprobó recientemente, cuando sólo Kruijswijk y Valverde tuvieron la facultad de seguirlo. Lo más probable es que el “extraterrestre” de LottoNL no encuentre inconvenientes en secarlo, pero los demás mortales no pueden decir lo mismo a la ligera y las dos fracciones montañosas restantes estarán cargadas de emoción.

Ojalá, por el bien del espectáculo, el joven y rebelde Ilnur mantenga sus prestaciones y sea capaz de dar un vuelco a un Giro que ya tiene dueño seguro y cuyo único interés reside en la batalla por los dos lugares restantes del podio.

Pablo Martín Palermo

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