Por @pmpalermo
Pasó la crono de la Vuelta a España y, contrario a lo que se esperaba, la general no quedó del todo sellada en favor de Primož Roglič, pero casi. El esloveno recuperó el liderato de la carrera y abrió una brecha de 39 y 47 segundos sobre Carapaz y Carthy respectivamente, menos de lo que él y el mundo preveían, aunque un colchón interesante considerando lo que queda.
¿Por qué se esperaba que la brecha de Roglič fuera mayor? Por los antecedentes antes expuestos en un recorrido idóneo y contra escaladores puros. Pero eso es lo bello del deporte, donde no siempre se cumple lo que está escrito. Aún así, el esloveno realizó una excelente -y como se verá, inteligente- presentación para alzarse con la victoria de etapa y, dato clave, haciendo la diferencia en el terreno de sus dos adversarios directos.
Esto es muy interesante e invita a pensar en un corredor sólido cuesta arriba y en forma, al que no será nada sencillo desbancar en las pocas trepadas que restan hasta Madrid. Para ir directamente al grano: Primoz empleó 7:20 en el puerto, contra los 7:29 de Carthy y los 7:48 de Carapaz.
Sí, Rogla hizo la brecha más importante en el ascenso, los números lo respaldan. El de Jumbo dosificó -dentro de lo que se podía, claro- en el llano, donde abrió un pequeño margen en parte por su potencia y en otra debido a su aerodinámica. En el mismo terreno, el ecuatoriano fue todo coraje, exprimiéndose de un modo heroico de bajada de bandera.
Los cronos parciales de cada uno ratifican esto. En el primer intermedio, Richie sólo cedía 4 segundos con su contrincante directo, en tanto que ya eran 19 en el segundo. A su vez, Carthy la sacaba del estadio pasando con el mejor crono en el primer control, y quedando a un segundo del ex esquiador en el siguiente.
Las cifras evidencian cómo el ahora líder fue de menos a más, reservándose un cartucho para la cota, donde no hay inercia alguna en la que apoyarse. Era una auténtica pared y contar con reservas para empujar era vital. Todo lo opuesto sucedió a Carapaz, quien ya iba en el límite cuando cambió de bicicleta y entregó más segundos en los siete minutos y algo de escalada al Mirador que en el plano. Y eso dice mucho.
Con cálculos extra oficiales, Roglič movió unos 7 w/kg en Ézaro, con lo que se antoja poco probable una escalada más rápida. Eso ratifica que tenía piernas y que se controló antes. Y eso mismo es lo que magnifica lo de sus rivales, que volaron en los 32 km precedentes, quizás arruinando los planes del frío eslavo para la etapa.
El sudamericano entró en la zona roja temprano en el día, eso está clarísimo por sus parciales intermedios. Y si bien todos fueron a tope en la denominada prueba de la verdad, al final de la jornada sería más lógico que el de INEOS haya quedado más resentido en su motor por el tremendo esfuerzo en territorio enemigo. La recuperación de cada uno será crucial.
Adicionalmente, en el poco terreno propicio de esta Vuelta, Carapaz y Carthy tendrán que salir a por todas, posiblemente apoyándose en lo que Movistar haga. Es el único modo de desarbolar a un potente Jumbo en el que siempre hay un gregario escalador que llega con su capo hasta meta.
Carapaz hizo lo que debía, funcionó casi a la perfección puesto que perdió menos de 2 segundos por kilómetro, pero ahora habrá que ver si el ingente trabajo hecho le cobra factura.
Pablo Martín Palermo
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