Antonio, otro Nibali en San Luis
Por @pmpalermo
Pocas estrellas del pelotón son tan queridas en San Luis como el italiano Vincenzo Nibali, corredor altamente requerido alrededor del mundo que, así y todo, se las arregló casi siempre, para ser de la partida en Argentina, participando en cinco de las nueve ediciones desarrolladas hasta el momento.
El “Tiburón”, que tomará la salida por sexta vez en enero próximo, fue campeón en 2010, 4° en 2012 y 10° en 2013, demostrando su compromiso para con el evento sudamericano, donde ya es ídolo debido a sus constantes alusiones de cariño hacia todo lo que rodea a la cita puntana.
Pero, su regreso a San Luis, estará marcado por un hecho, cuanto menos curioso, como es la presencia del otro integrante de la saga Nibali, su hermano menor, Antonio. Con apenas 23 años, es miembro del Nippo Vini Fantini y también portador de un apellido ilustre en el deporte pedal, por lo que bien vale la pena conocerlo.
Como no podía ser de otro modo, su vida privada y laboral está estrechamente vinculada, desde la infancia, a la de su afamado familiar. “De pequeño, mi papá me inició en el ciclismo para seguir los pasos de mi hermano. Desde entonces, no abandoné más este deporte”.
Lamentablemente para él, las comparaciones son inevitables y, en este caso en particular, es prácticamente imposible que logre un palmarés parecido al de Vincenzo, campeón de las tres grandes y futuro integrante del Olimpo ciclista.
No obstante ello, Antonio no siente más que alegría por su hermano. “Para mí no es difícil ser hermano de un corredor famoso como él. Estoy muy orgulloso, jamás estaría celoso. Muchos me preguntan como es que no soy igual de fuerte, pero sólo uno puede ser un campeón en la familia”, revela.
“Así y todo, soy joven y confío en poder mejorar. Por el momento, me limito a seguir sus pasos”, añade el italiano, que enseguida se presenta como corredor. “Aún soy joven, así que no tengo definido qué tipo de ciclista verán los aficionados ni conozco mis límites. Yo me considero un escalador pasista, pero tengo un largo camino por recorrer y todo está por verse”.
El menor de los Nibali, acaba de completar su primera campaña como profesional, en la que se dedicó a aprender de directores, compañeros y, obviamente, del líder de Astana, las pocas veces que compartieron pelotón. “Hasta ahora, sólo habíamos coincidido en pruebas de un día como el GP Camaiore o el campeonato Italiano”, recuerda.
Y de su afirmación se desprende el motivo por el que San Luis marcará un hito para los hermanos Nibali. “Esta será la primera carrera por etapas en la que puedo compartir con mi hermano”, reafirma. “Cuando estamos en competencia, decimos algunas bromas, claro, pero no hablamos mucho. Somos profesionales y debemos estar concentrados”.
“No sé mucho del Tour, porque nunca corrí en la Argentina”, continúa. “Seguramente debe ser una gran carrera y muy importante, porque ya recibió corredores de gran nivel. Estoy ansioso por verificarlo”, apostilla el de Messina.
Por supuesto, además de Vincenzo, el público sanluiseño se dio el lujo de ver de cerca a Nairo Quintana, Alberto Contador, los hermanos Schleck, Iván Basso, Mark Cavendish o Peter Sagan, por citar sólo a unos pocos. Pero no todos lograron subir a lo más alto del podio, como sí hizo el “Tiburón” en 2010. “Vincenzo me ha hablado de su victoria en el Tour de San Luis y me dijo que atraviesa lugares fascinantes, pero también, que hay etapas muy duras y, sobre todo, que la Argentina es fabulosa”.
Antonio sabe que estará eternamente sometido al escrutinio popular, simplemente, por el hecho de portar su apellido, pero ni siquiera eso le impide mantener los pies en la tierra y buscar su propio camino. “No sé si corra algún día con Vincenzo, hoy me debo a Nippo Vini Fantini”, se ataja. “Mis sueños como corredor son regalar satisfacciones a los que me rodean y creen en mí, es decir, mi familia y equipo, pero especialmente a mi mismo”, proclama.
Y está muy bien que así sea, porque al margen de ser una estrella, para Antonio, Vincenzo será siempre su hermano. “Nuestra relación es normal, lo común en estos casos”, ratifica. “Él es mayor y me da consejos de vida, y especialmente de nuestro trabajo como ciclistas. Por supuesto, me regala algunos “tips” para progresar sobre la bici”, concluye.
Juntos o separados, el Tour siempre los recibirá con afecto, porque si bien el evento ya trasciende a sus protagonistas, el apellido Nibali estará eternamente ligado a la explosión mediática del mismo, allá por 2010 cuando con su título, Vincenzo puso a la provincia en boca del mundo.
Pablo Martín Palermo
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