Arredondo, a recuperar su sonrisa: “Ya pasé lo peor, ahora toca lo mejor”
Por @FXavierVidela
Pareciera que fue ayer cuando Julián Arredondo deslumbró en las montañas del Giro de Italia, venciendo en Panarotta y haciéndose con la ‘maglia azzurra’ del mejor escalador de la primera grande de la temporada.
Sin embargo, han pasado más de tres años desde la última vez en que una sonrisa se le dibujó en la cara al colombiano encima de la bicicleta. En 2015 no pudo ratificar sus resultados debido a constantes problemas en su posición, que le provocaron incomodidad para correr, tal como descubrimos desde esta web.
El año pasado nada cambió, con apenas 45 días de competencia y múltiples abandonos. Sin obtener puestos de privilegio, su ciclo con Trek-Segafredo llegó a su fin, un vínculo que se mostraba ilusionante en sus comienzos, con dianas en el Tour de San Luis o el Giro de Italia.
“Voy a intentar otro año a ver que pasa. Pero si las cosas siguen iguales, creo que no seguiré porque es muy difícil hacerlo así”, dijo a ‘Ciclismo Internacional’ en Canadá, a finales de temporada. Así, en 2017 se enroló en las filas del Nippo-Vini Fantini, equipo con el que había deslumbrado en el Asia Tour cuatro campañas antes.
Con mayor motivación, el simpático colombiano inició su curso en San Juan, para luego viajar a Omán. Pese a no brillar, pudo culminar ambas citas. Pero poco más pudo hacer, abandonando en Dubai, siendo 14° en el GP Industria & Artigianato y dejando la carrera antes de tiempo en Tirreno-Adriático y la Coppi e Bartali. Justamente, allí fue donde lució por última vez un dorsal en su espalda, el pasado 23 de marzo.
El síndrome piramidal volvió a hacer lo suyo, impidiendo a Arredondo disfrutar sobre la bici y brillar en la montaña, con un estilo explosivo digno de admirar por cualquier aficionado al deporte pedal. “Hasta la gente decía que mi problema provenía de la cabeza, que ahí era donde estaba fallando, pero no era así”, dijo Julián a El Colombiano, luego de someterse a una cirugía, el pasado martes.
El colombiano encontró un ángel en el médico Luis Eduardo Contreras. “Después de varios estudios de mi caso, y en compañía de especialistas, encontraron que tenía un piramidal muy grande, y de ahí mi dificultad. La salida era operarme y no lo pensé dos veces para hacerlo”, expresó el antioqueño.
“Ya pasé lo peor, ahora toca esperar lo mejor”, agregó el simpático hombre de Ciudad Bolívar, quien ahora afronta 20 semanas de recuperación, la mayoría de ellas en su cama. Sin embargo, podría ser la solución a sus dolencias, lo que le permite mantener la sonrisa, al menos fuera de la bicicleta.
Sin equipo, luego de que el conjunto ítalo-japonés no le renovara el contrato, Julián Arredondo primero piensa en volver a disfrutar sobre las dos ruedas y acabar con sus problemas. A sus 29 años, aún hay mucha pólvora en sus piernas para volver a maravillar parado en los pedales, haciendo lo que más le gusta.
Franco Xavier Videla
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primero la salud que es lo mas importante tiene alegría y deseos de volver ojala se le den las cosas es un gran escalador