Atacó y ganó en Omán “porque estaba aburrido”
No solo los televidentes sino los propios ciclistas se aburren en Medio Oriente. Atacó y ganó en Omán “porque estaba aburrido”
Atacó y ganó en Omán “porque estaba aburrido”
No solo los televidentes sino los propios ciclistas se aburren en Medio Oriente. Atacó y ganó en Omán “porque estaba aburrido”
La victoria de Vervaeke
Las recientes carreras de Medio Oriente añadidas al calendario no escapan de cuestionamientos. Lideran la lista de críticas las acusaciones de sportwashing por parte de sus diversos gobiernos y la falta de ambiente ciclístico: prácticamente hay que tener fortuna en encontrar algún espectador al costado de las rutas o, incluso, en las llegadas. Del mismo modo, se dice que en ocasiones sus rutas son tediosas. Aunque, tal vez, es una crítica injusta pues varias carreras y etapas en Europa también lo son. Pero hay quienes hacen de los problemas, una oportunidad y es el caso del belga de 31 años Louis Vervaeke, uno de los gregarios más importantes y cercanos a Remco Evenepoel en el Soudal Quick-Step.
En la segunda etapa del Tour de Oman, de 202,9 kilómetros Vervaeke se fue en fuga a 140 kilómetros del arribo, algo inusual en un equipo que lucha por la general como el caso del Soudal que apuesta por Valentin Paret-Pentrie. De hecho, el resto de sus acompañantes en fuga eran, en su mayoría de equipos continentales. Se trató de toda una hazaña: el pelotón nunca lo pudo absorber y ganó por tan solo un segundo a sus perseguidores. Se trató, además, de la primera victoria de Vervaeke en sus doce años de carrera.
Su antídoto ante los días monótonos
pic.twitter.com/oPOm8kZthl Tras 10 años (3.877 días) como profesional Louis Vervaeke (Soudal) consigue su primera victoria.
Vervaeke
Valentin Paret-Peintre (Soudal) (+2″)
Sean Flynn (Picnic-PostNL) (+2″)— Ciclismo Internacional (@CiclismoInter) February 9, 2025
Pero aún más curioso es el motivo que dio el corredor de su motivación para atacar. “Tengo que reconocer que al principio de la etapa estaba sentado en el pelotón y pensé: este va a ser un día muy aburrido. Realmente no tenía ganas de seguir en el pelotón. Ya me aburrí mortalmente en la primera etapa del sábado. Esto es típico de las carreras en el Medio Oriente. A veces uno tiene que contar los kilómetros que faltan. No es algo que se vea muy a menudo en Europa, pero aún así quería que fuera un día agradable”, indicó.
Tras un par de intentos sin éxito, cuando se le unió Xabier Azparren (Q36.5), “que estaba increíblemente fuerte”, sus esperanzas de éxito aumentaron mucho. Luego, cuando logramos acortar la diferencia y llegamos a una diferencia de siete minutos, supe que algo era posible”. E el final el terreno se volvió un poco más accidentado y Vervaeke se separó de todos sus compañeros de fuga. Todo empezó bien, pero hacia el final la ventaja desapareció rápidamente. Resultó ser un final dramático. “Estaba completamente exhausto. En la última subida (Ndr: a aproximadamente 10 kilómetros de meta) todavía me sentía muy bien, así que fui en solitario. Pero con el calor me pasé un poco del límite. Después de eso ya no pude encontrar mi ritmo. En estos tramos el pelotón siempre vuelve rápidamente”, indicó a Wielerflits.
Su dedicación a la familia y su reflexión sobre el modo de correr
“Se acercaron mucho en los últimos metros, pero luego ya no pude pensar en nada más. Vi la meta y supe: ahí es donde tengo que ir. Estaba pensando en mi familia antes, en lo felices que todavía serían. También han sido muchos sacrificios para mi esposa. Llevamos un mes entero durmiendo solos por el entrenamiento de altura. Los niños también durmieron un poco peor. Estos son los sacrificios que tienes que hacer como ciclista profesional y que no todo el mundo ve. Me alegro de que todo haya valido la pena”, manifestó de Vervaeke, que luego de ganar mostró a las cámaras su tatuaje: el ojo de su esposa junto a los nombres de su hijo.
¿Cuál es la moraleja de la historia? En un deporte en el que las escapadas exitosas son cada vez más difíciles de lograr, Vervaeke había logrado lo casi imposible. El ciclista del Soudal que en, etapas monótonas, los ciclistas a veces podrían hacer más. “Todo está tan controlado hoy en día. En estas etapas suele haber una pequeña escapada y luego no ocurre nada durante el resto del día. A menudo nos hemos dicho que desperdiciamos demasiados días, que es posible más de lo que pensamos. Si no tienes el equipo que seguramente ganará la etapa, simplemente tienes que intentar algo. Sobre todo cuando el pelotón tiene poco interés”, concluyó.
Remco le mandó sus felicitaciones
“Sé que en Soudal tengo una, dos o un máximo de tres oportunidades al año. El año pasado fui tercero en la Vuelta al País Vasco, el año anterior fui segundo en Mallorca. Tienes que aprovechar las oportunidades que te llegan, de lo contrario no las tendrás más. Entonces no me importaría trabajar para Remco el resto del año”, remarcó.
Por último, reveló: “Por cierto, Remco ya me envió un mensaje de voz. Es realmente agradable ver a tu líder emocionarse por tu victoria”, señaló Vervaeke.
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