Bardet no puede esquivar el Tour por más que quiera

Por Oscar Trujillo Marín

Ya sabíamos que Romain Bardet, tras las complicaciones por la suspensión de la temporada, incierto parón y confinamiento, decidió cambiar sus objetivos y no hará el Giro de Italia.

Allí pensaba debutar este año por intentar cambiar la dinámica de un obstinado bache en su carrera y su menguante protagonismo en el Tour de las últimas dos ediciones. Regresará obligado por las circunstancias al Tour.

Tras el reciente anuncio de la UCI para un calendario posible que pretende en parte salvar está accidentada, atípica y difícil temporada, donde la carrera fetiche del ciclismo, el Tour de Francia, tiene absoluta prioridad y se programó en principio del 29 de agosto al 20 de septiembre, como primera gran vuelta del año. Sin duda, la gran y mayor damnificada de las 3 grandes será el Giro de Italia, que sufrirá la espantada de la mayoría de grandes figuras que se habían anunciado a priori y tenían como objetivo la ronda transalpina.

Es triste, es una pena para la corsa rosa que verá muy devaluado su cartel, pero ningún jefe de filas quiere correr el riesgo con la ansiedad y necesidad que hay de volver a competir de reservarse hasta octubre, tener un mínimo percance y pasar el año en blanco. Además, quien no corra el Tour pierde sus opciones al llegar nulo de ritmo de competición a un mundial claramente favorable a los vueltómanos escaladores.

Si a esto le añadimos que tanto el Giro como la Vuelta a España tendrían que solaparse con clásicas importantes y monumentos que no tienen más remedio que correrse de manera simultánea, poco margen queda para que asistan los mejores y más consagrados a otra carrera que no sea la gran ronda francesa. Incluso, tiene más chance ahora mismo la misma vuelta a territorio ibérico ya al final del año para reclutar a todos los que no hayan brillado en Tour y clásicas en un desesperado y agónico intento postrero por no pasar “en limpio” un año horrible.

Bardet, en declaraciones a L’Equipe, agradeció que al menos con este tentativo nuevo calendario ya tienen un objetivo para canalizar su preparación que hasta ahora ha estado en pura fase de mantenimiento de la condición física a punta de rodillo, sin horizonte y meta conocida, en el limbo.

“Fue una gran noticia ver que la gente está pensando en lo que sucede después de la crisis, pero eso no supone que no haya más dificultades por venir”, dijo Bardet. “Como deportista de alto nivel, debes tener objetivos: no fue fácil manejar las emociones del entrenamiento recientemente, algunas mañanas que realmente no sabías por qué te subías a la bicicleta… No es el mayor problema para la sociedad en este momento, pero para nosotros, es emocionante tener una fecha de regreso y poder hacer algunos planes “. dijo el francés, cuyo sueño de debutar en Italia este año y disputar los olímpicos como segundo gran objetivo simplemente se esfumó.

Ante la pregunta si cree que la duración de las carreras será respetada en sus tradicionales tres semanas, Romain contestó: “Tengo grandes dudas sobre su formato del Giro y el de la Vuelta, porque no habrá espacio para tres Grand Tours en tres meses. Los equipos tendrán que tomar duras decisiones”, insinuó el líder de AG2R.

“Lo que surgió de estas negociaciones es que se le ha dado prioridad al Tour para salvar la temporada, y no me veo pasando el mes de septiembre esperando en casa”. Tengo muchas ganas de correr, incluso si esta temporada va a ser completamente singular. En la forma en que voy a abordarlo, este Tour 2020 será completamente diferente “, sentenció Bardet dejando entrever lo complejo que resulta para cualquier jefe de filas jugarse todo a una sola carta en el Giro, que terminaría casi a finales de octubre.

Esto puede ser una tendencia que quizás produzca la mayor concentración de estrellas y vueltómanos top jamás vista en la ronda gala. Cuesta pensar que Nibali (Trek Segafredo), Simon Yates (Mitchelton) y compañía -que asistirían como cabeza de cartel a Italia- pero sobre todo sus equipos vayan a dejar pasar la mayor vitrina del año sin llevar su mejor arsenal (deportivo y mediático posible) en procura de salvar un poco la precaria temporada en materia de visibilidad y publicidad para sus marcas patrocinadoras.

Por último, Bardet considera que cualquiera que tenga ambiciones de este montañoso mundial, no tiene más remedio que asistir al Tour. Es indudable que quienes lo hagan llegaran con la mejor preparación y ritmo de carrera posible en comparación con alguien que solo debuten a finales de septiembre.

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