Bob Jungels, ¿sorpresa o confirmación en el Giro?
Por @pmpalermo
Entre los múltiples análisis que se desprenden del recién acabado Giro de Italia, surge la siempre atractiva búsqueda de la revelación de la prueba, y pese a que muchos corredores aplicaron para quedarse con ese “premio”, sin lugar a dudas que el mismo quedó en manos de Bob Jungels. O al menos eso parece en un principio.
Rodador poderoso nacido en Luxemburgo hace 23 años y dueño de una planta impresionante (1.88 m y 71 kg), el pedalista de Etixx-Quick Step dio el gran salto de calidad que se esperaba desde su paso al profesionalismo y finalizó la Corsa Rosa 6°, a 8:31 del campeón y varios minutos por delante de Urán (7° a 11:47) a quien podría decirse que reemplazó en la estructura belga.
Transición
Para entender con claridad por qué lo de Jungels en el Giro fue tan importante, es conveniente hacer un breve repaso de su corta trayectoria. Varias veces medallista europeo y nacional de crono, arribó al Leopard continental en 2012 y la campaña siguiente subió al World Tour con el Radio Shack, regalando destellos de su potencial en la disciplina en citas cortas como el Tour del Mediterráneo, Critérium Internacional, La Sarthe, California y el Tour de su patria.
El 2014 no fue diferente, aunque el joven atleta empezó a colarse en escapadas de montaña con más asiduidad, terreno donde evidenció una gran mejoría sin sacrificar sus dotes como contrarrelojista. Sus resultados en eventos de una semana comenzaron a llamar la atención y, en 2015, se impuso en la Etoile de Bessèges, volando en la crono y limitando daños en el empinado muro de Laudun.
Posteriormente terminó 10° en la exigente Vuelta a Andalucía que ganó Froome sobre Contador, con dos días de montaña durísimos y, acto seguido, alcanzó un magnífico 6° en el Tour de Suiza en el que “Súperman” López maravilló al mundo en las alturas de Sölden/Rettenbachgletscher.
Punto de inflexión
Mientras los rumores de renovación con Trek se acrecentaban, el virtuoso Bob tomó la salida en su primer Tour de Francia, su segunda grande puesto que había participado en la Vuelta a España del curso precedente. Y fue en suelo galo que Jungels enseñó una evolución interesante que captó la mirada de varios managers.
El de Rollingen concluyó 27° en la general, con tres top 10 parciales en la segunda mitad de la carrera (8°, 5° y 4°, todos desde una escapada y en terreno montañoso) y hasta se dio el lujo de ser 13° en Alpe d´Huez, rodando junto a las estrellas. Esa jornada, Etixx quedó prendado del pedalista y no demoró en hacer una oferta irresistible que lo apartó de Trek.
Es cierto que sacar ventaja en fugas no es lo mismo que moverse de igual a igual con los gallos, pero igualmente se necesita un componente físico importante, especialmente para recuperar, y es evidente que el luxemburgués lo tiene. Incluso, se dice que cualquier corredor que esté entre los 20 primeros de una grande tiene el potencial de ser campeón algún día, y Jungels no quedó lejos de eso.
Su evolución en el Giro
Amén de una mejora económica, lo que más atrajo a Jungels para cambiar de aires, fue la propuesta de un plan de trabajo en pos de las vueltas por etapas, y así llegó al Giro 2016 algo más liviano, con el reto de conocer sus límites y hacer la mejor general posible.
Su Corsa Rosa fue notable desde el comienzo, porque prácticamente no cedió tiempo en finales en alto como los de Roccaraso y Sestola y, en medio, endosó 1:28 al propio Nibali -el mejor de los gallos ese día- en la crono larga de Chianti.
Ya vestido de rosa, defendió con solvencia la punta, que perdió en Cividale del Friuli luego de sufrir el desgaste y los saltos de Chaves en la ascensión a Valle. Todos pensaron que, tras conceder otros 50″ ese parcial, el luxemburgués se hundiría definitivamente y saldría de la zona de contención.
A nadie escapa que Jungels es un diesel y sus pérdidas fueron las lógicas en casi todas las fracciones, excepto por los 6:21 que entregó con Kruijswijk y Chaves en Corvara, día que también padeció Valverde.
Su recuperación tras el día de reposo fue propia de un vueltómano consagrado y la cronoescalada fue el escenario ideal para plasmarlo, porque si bien llegó a 1:04 del intratable Kruijswijk, recuperó cuatro lugares en la tabla principal y se movió en márgenes propios de un aspirante al podio.
El punto más alto para él pudo ser el día que Valverde se estrenó en Andalo, cuando estuvo muy activo para participar del corte bueno en contra de Chaves y tiró como una bestia en Fai della Paganella. El de Etixx desplazó a Amador de la 8° ubicación y, aunque flaqueó con los ataques de Zakarin y el “Bala”, se recuperó y culminó 5° a 37″.
Faltaban los Alpes y, con ellos, algunas cimas míticas con alturas cercanas a los 3000 msnm. Y el joven rodador cumplió, porque si bien no pudo seguir a los grimpeurs, logró limitar daños y, más relevante para sus aspiraciones, controló la diferencia con Amador. La etapa 19 no fue del todo negativa, porque pese a perder 3:45 con el desatado Nibali, llegó a Risoul a tan sólo 1:31 de dos gallos experimentados como Valverde y Urán.
El guión se repitió en la jornada clave, y allí volvió a salvar la ropa con apenas 1:22 de déficit respecto al “Tiburón” y 1:09 con el murciano y el de Urrao. La gesta estaba cumplida y un nuevo horizonte se abría para el de Etixx, quien se limitó a decir que seguiría pujando por carreras de una semana, quizás incrédulo de lo que había conseguido.
¿Hasta dónde puede llegar?
Ahora bien, su magnífica Corsa Rosa abre algunos interrogantes respecto al futuro, porque si bien entregó sensaciones fantásticas, no es menos cierto que sobran los ejemplos en los que luego el atleta no pudo repetir dicha performance.
Dos puntos claves en su actuación son la confianza -por las nubes desde su traspaso al Etixx, como él mismo indicó- y el recorrido, que presentó tres fracciones contra el tiempo, especialidad de Jungels. En ese sentido es bueno recordar la tendencia por parte del Tour y la Vuelta, que han ido reduciendo sus parciales sobre la cabra en beneficio de los escaladores.
Como contrarrelojista que es, Jungels bien puede ser comparado físicamente con gente morfológicamente del estilo de Bradley Wiggins (1.89 m y 69 kg en el Tour 2012) o Tom Dumoulin (1.85 m y 69 kg), que tuvieron sus momentos de gloria en las grandes merced a recorridos favorables y una pérdida de peso notable que incrementó el consumo de oxígeno y facilitó su escalada al tener que mover menos kilogramos cuesta arriba.
Sin olvidar que encontrar la relación peso/potencia puede ser algo increíblemente complejo, el primer año a las órdenes de Lefevere parece ir por el buen camino en ese sentido. Y no es poco decir en una escuadra caracterizada por sacar el máximo de sus clasicómanos y velocistas, no así con sus escaladores.
Como sea, es demasiado pronto para afirmar que Jungels está destinado a ser un corredor para vueltas de tres semanas o no. Sin embargo, y sin olvidar el Tour 2015, el luxemburgués posee un potencial increíble que puede facilitarle el salto a una nueva categoría como ciclista. Para resaltar, su capacidad de recuperación y la regularidad, que le permitieron viajar en el top 10 durante 19 de los 21 días de actividad.
Tanto su equipo, como sus allegados ya sueñan con Jungels como el reemplazo de los Schleck para la pequeña nación europea, y quizás no sea una utopía, porque si algo dejó claro el Giro es que el de Etixx no es ninguna sorpresa y que sería más adecuando hablar de su 6° plaza como una confirmación.
Confirmación de lo avisado en la última parte de la Grande Boucle 2015, y de que será una estrella como se especula desde su aparición en los rankings europeos, hace poco más de un lustro.
Pablo Martín Palermo
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