Por @JohanGMetal
Tom Boonen marcó historia en el ciclismo, sobretodo en los adoquines de Flandes y Roubaix. Ahora en su retiro de la bicicleta, se centra en otros proyectos, sobre todo en su segunda pasión: el automovilismo, pues actualmente es piloto de GT3.
“Mi acondicionamiento total es posiblemente más fuerte que cuando estaba corriendo en bicicleta. Entonces, eres súper flaco y todo duele porque no tienes los músculos para sostener tu esqueleto. El automovilismo es más físico de lo que piensas. La fuerza es tan grande que incluso me desgarré un músculo del brazo. Las vibraciones son a menudo comparables con Roubaix y Flandes“, dijo Boonen en un entrevista para cyclist.co.uk.
Aunque ahora se centra en los autos, no pierde vista de el ciclismo actual, y da su opinión sobre las estrellas de hoy. “No quiero compararme con Mathieu van der Poel , pero si hay algo que veo en los dos, es cómo competimos. Tira todas sus cartas sobre la mesa y no tiene miedo de terminar segundo. Es todo o nada, y eso es más satisfactorio”, expresó.
Ganador 4 veces en Paris – Roubaix, y 3 en Tour de Flandes, tiene muy clara cual es la diferencia entre ambos monumentos, y contó cual es menos dura. “En realidad sufrí menos en Roubaix. En Flandes siempre hay más personas que pueden ganar. En Roubaix, si haces lo tuyo y eres bueno en eso, terminas entre los mejores ocho. Y de esos ocho, cuatro ya están descartados y no lo saben. En Flandes llegas al Muur con 45 a 50 hombres. Es más difícil ganar”, admitió.
“Pero son dos grandes carreras, y carreras que gané de diferentes maneras, ya sea un sprint, solo o en una pequeña escapada. A medida que envejeces ganas más confianza. Recuerdo a Flandes en 2012. Estuve en un grupo de tres líderes. Fingí que estaba muerto. Les tiré cuatro metros, atacaron pero nunca los dejé ir. El ciclismo es un juego muy mental. Tienes que crear las circunstancias adecuadas para ti”, añadió.
Tom pasó casi toda su carrera en QuickStep, pero sus primeros pasos los dio en US Postal, debutando incluso con un tercer lugar en Paris – Roubaix. Admitió que su relación con Armstrong fue buena solo hasta el día que Boonen decidió marcharse. “No tuve malas experiencias con él hasta que envié un correo electrónico de agradecimiento a mis compañeros cuando me mudé a QuickStep. Lance respondió por correo electrónico y terminó con: -Buena suerte, la necesitarás-. Yo estaba como, ¡Oh, mierda!”.
En poco más de 14 años como profesional se topó no solo con grandes rivales, sino también con talentosos compañeros. Confesó como eran dos de los mejores sprinters de la última década: Mark Cavendish y Marcel Kittel, con quienes compartió equipo.
‘Eran muy diferentes. Cav era un pitbull de pelea callejera. Marcel era un gigante gentil. Si un sprint salía mal, Cav comenzaba a gritar, tirar cosas y luego, 15 minutos después, todo estaba bien. Era como un perro ladrando antes de dirigirse a su canasta y relajarse. Kittel se iba a la cama con sus preocupaciones. Como velocista debes aprender a perder. No puedes llevarlo todo contigo “, concluyó
Johan Fernando Gómez
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