Ciclismo Internacional

Brailsford: “Tenemos que admitir que otros equipos nos han alcanzado y rebasado”: ¿Es el principio del fin en la hegemonía de Ineos?

Por Oscar Trujillo Marín

INEOS Grenadiers debutó en el Wolrd Tour en 2010 con un puñado de pisteros reconvertidos a la ruta y muchas caras anónimas. Una campaña más tarde empezó su leyenda como uno de los equipos más laureados de la historia en pruebas por etapas. Diez años después, en pleno calamitoso 2020, el poderoso equipo británico va camino de protagonizar una temporada lamentable, la peor para su presupuesto, caché y prestigio desde que llegó a la élite mundial ganando la Vuelta a España de 2011 con Chris Froome.

A diferencia del fútbol donde los emblemáticos e históricos clubes nunca se mueven de su ciudad -por mucho que les vaya mal o cambien de dueños y sponsors-, en el ciclismo un equipo, por muy exitoso que sea, si no le representa beneficio a su patrocinador puede desaparecer en cualquier momento o perder a su mecenas que se puede mudar -sin remordimientos- para otro deporte o proyecto más atractivo del país que sea. De momento no creemos que sea para tanto, pero de mantenerse el ¿bache? no se puede garantizar el grifo de dinero siempre abierto.

El presupuesto de Ineos según el registro mercantil del Reino Unido para su último año contable es de 51 millones de Euros, si sumamos por ejemplo los presupuestos de Groupama-FDJ (19,1 millones), AG2R-La Mondiale (16,6 millones) y Cofidis (11,8 millones de euros) los tres juntos no llegan a esta cifra. La exigencia es directamente proporcional a la inversión y acaparamiento de figuras del ciclismo de talla mundial.

Incluso el todopoderoso mánager Dave Brailsford que administra la chequera más amplia -con diferencia- del pelotón internacional, tiene que sentarse al final de año a rendirle cuentas al gran patrón en la sombra, Jim Ratcliffe, el multimillonario propietario del conglomerado de empresas INEOS, que es el que saca los 50 millones de euros cada año para que no les falte de nada y puedan llegar con holgura a fin de mes. También para que pueda pagar algunos de los sueldos más altos del pelotón a 4 de los mejores vueltómanos del mundo, muchos de las mejores prospectos jóvenes y los más cotizados gregarios del planeta también.

Desde luego, este año el flemático mánager galés -a diferencia de los últimos 9- no podrá presentar resultados descollantes ni, satisfactorios, ni al menos dignos para tan colosal inversión. El equipo más rico del pelotón amenaza con irse en blanco en las grandes vueltas: Ya no hubo forma en el Tour, pero tampoco en el Giro de Italia aún en curso. En su gran carrera fetiche, el Tour de Francia (lo han ganado 7 veces en los últimos ocho años) no hicieron ni top 10 siquiera. Si no hubiera sido por los destellos de enorme calidad (una vez liberados de sus tareas de gregarios tras el desfallecimiento y retiro de Bernal) de Carapaz y Kwiatkowski animando la montaña la última semana, Ineos habría pasado sin pena ni gloria en la ronda francesa sin robar al menos unos minutos de difusión televisiva para su marca.

En esta calamitosa y pésima temporada para la escuadra británica se le han juntado muchas cosas: el natural declive de su figura más ganadora y emblemática, Chris Froome, quien aparte de su edad, 35 años -que ya augura nivel menguante en condiciones normales-, y no termina de recuperarse de su grave accidente en junio del año pasado. La súbita (y dolorosa) muerte en marzo de su director deportivo principal Nicolás Portal, artífice y protagonista desde la carretera de la mayoría de sus logros.

También ha sido lastrado por la mala forma de Geraint Thomas tras el parón, que no le alcanzó para tener un nivel aceptable que le permitiera acudir de colíder al Tour. El cambio de planes sobre la marcha, -a última hora- para Carapaz que preparaba su forma para el Giro y le faltaba un punto largo al inicio de la ronda gala. Los problemas de Bernal con la responsabilidad exclusiva de defender su título del año anterior entre la lesión de espalda y la presión de ser la única carta disponible para dar la cara por parte del equipo, el único medio en forma de un cuarteto de ases que por diferentes motivos no han podido comparecer a pelear ni en el Tour, pero tampoco el Giro.

A este paso a la escuadra de Brailsford solo les queda la opción de Richard Carapaz (doblado tras correr la ronda gala) para la Vuelta a España. Cita tantas veces despreciada por los británicos que de repente se convirtió en el único y gran objetivo de la temporada. Por que Froome irá, pero en plan homenaje del equipo por servicios prestados. Ahora mismo Chris no tiene nivel para el World Tour y parece muy complicado que lo recupere.

La mala suerte en forma de caídas como la de Geraint Thomas que lo eliminó muy pronto de la pelea por la Corsa Rosa o las de Sivakov, que era el proyecto de tapado para la ronda francesa. Una segunda línea de promesas que arrebatan sin piedad a punta de talonario a los rivales, jóvenes prometedores de mucho cartel y caché pero que no terminan de dar el gran paso con regularidad y resultados. Ni Tao Geoghegan Hart, ni Dunbar ni Sosa, han podido hasta ahora tener una progresión adecuada a las expectativas que traían para grandes vueltas, antes parecen estancados.

El único que ha explotado este año ha sido Filippo Ganna y de él están llegando los triunfos. Solo se pueden destacar como premios muy menores (para su enorme caché) algunas actuaciones buenas de Kwiatkowski  en el Tour y en Lieja, de Carapaz en Polonia y su combatividad al final del Tour; la victoria en la Settimana Copi e Bartali de Narváez. Una general y etapa de Bernal, una etapa de Sosa y otra de Hayter (todas ellas en vueltas menores) es el pírrico botín que el equipo más poderoso del mundo (por presupuesto y nombres) puede ofrecer este año. En estrictos términos empresariales es una debacle de resultados en toda regla.

Pero sobre todo la escuadra de Braislford se ha dormido en los laureles. Se ha aburguesado viviendo de su leyenda y ha dado la espalda a la versatilidad y la evolución. Sus adversarios ya les han pillado el truco, otros equipos aprendieron el libreto que patentó el equipo británico. Mientras este -cual Narciso, encantado de conocerse a sí mismo-, permanecía obnubilado por su éxito, no se dieron cuenta que se le crecían los enanos que tantas veces humillaron y vapulearon por superioridad numérica y acumulación de corredores de mucha calidad. Que no hay régimen autoritario que no genere consecuente rebeldía y oposición.

Jumbo-Visma hoy en día es un equipo temible que les puede pelear de tú a tú cualquier carrera y al igual que ellos tienen al menos 5 corredores de élite, incluso más versátiles (pueden ganar y destacar también en clásicas y mundiales) y rendidores pero también mucho más baratos. El UAE Team Emirates, está creciendo a pasos agigantados y para colmo Pogacar ya es un crack mundial contrastado, un temible enemigo más. Por si fuera poco Deceuninck amenaza -cuando se recupere Evenepoel unido a Almeida- de ser otra piedra en el zapato para las grandes vueltas y demás carreras por etapas. Hasta el modesto Sunweb a día de hoy da más miedo que Ineos.

Para colmo, la formación que comanda Bernal, Thomas y Carapaz -de cara al año entrante- se ha focalizado tanto en ganar en Tour de Francia (su gran obsesión y crédito del que ha vivido hasta ahora) que salvo cuando acudía Chris Froome a disputar un segundo esfuerzo, nunca les ha interesado el Giro de Italia y han desdeñado a veces también la Vuelta a España enviando equipos muy jóvenes o muy “livianos”

Brailsford ha despreciado también las pruebas de un día donde su balance es muy pobre, o más bien pésimo. Todas sus esperanzas y casi todas las fichas están puestas cada año en los éxitos de sus siempre (bueno, hasta el año pasado) fiables vueltómanos que le garantizaban protagonismo y victoria en el Tour. Contratan muchas figuras emergentes jóvenes que se acumulan en un extenso banquillo y se van estancando, a diferencia de equipos mucho más modestos como Bora o Sunweb, no consiguen subir rápidamente (salvo Bernal que llegó formado ya y con logros propios) a sus jóvenes a dar resultados importantes. Todo esto ha hecho que su director Dave Brailsford haga un ejercicio de reflexión y profunda autocrítica. Bueno, no le quedaba más remedio, visto lo visto.

Para empezar el CEO del equipo, Fran Millar, ha anunciado que se marcha. No sabemos si lo han “marchado” sutilmente pero tiene toda la pinta. Pasa ahora a ocupar el mismo cargo pero en la marca de ropa Belstaff, otra de las muchas empresas que tiene el señor Jim Ratcliffe. Tendrán que contratar otro gerente general quizás más cercano al mundo del deporte de élite. El hombre fuerte del conjunto británico hizo una especie de catarsis en declaraciones para el medio belga Het Nieuwsblad.

“Si has encontrado una manera de ganar, entonces sigue así, reza el adagio. El resultado: Seguimos trabajando con la cabeza gacha y no nos dimos cuenta de que otros equipos nos estaban adelantando”, dijo Brailsford sin esconderse y de manera contundente: se les han trepado en la joroba..

Es Evidente que después de revolucionar la historia del ciclismo convirtiendo (a punta mucho, mucho dinero invertido en medicina deportiva de vanguardia, tecnología futurista y mucho I+D) a destacados pisteros y corredores anónimos en vueltómanos top en un par de años, capaces de ganar el Tour de Francia y controlar las carreras por acumulación de figuras sacrificadas para un solo hombre, se les olvidó que los demás también juegan y los podían imitar; no siguieron innovando, ni diversificando sus opciones o explorando otros territorios que no fueran solo las grandes vueltas.

“Solo ahora nos damos cuenta de que tenemos que seguir cuestionándonos, que tenemos que seguir reinventándonos” Añadió el galés. Bueno, crecer duele, en la cresta de la ola rara vez hay tanta autocrítica, por desgracia. Se miran mejor las miserias cuando estamos a ras de fango.

“Ahora es el momento de dar un paso atrás y pensar en los próximos cinco años. ¿Dónde deberíamos mejorar? No podemos permitirnos seguir trabajando como lo hicimos. Hemos llegado al punto en el que tenemos que admitir que otros equipos nos han alcanzado y rebasado, que es hora de un enfoque diferente”. De esta manera, que sugiere una profunda revolución se despachó el galés.

Es fácil deprimirse si no tienes recursos y fracasas. Pero con todo a favor debe ser aún peor. No dar resultados y sobre todo mostrar una imagen penosa, caótica, como de improvisación, falta de diversificación, falta de planes de contingencia teniendo tantos recursos humanos de calidad y dinero disponibles, eso debe ser más complicado aún. Ineos-Grenadiers, (mal año escogieron para sacar su todoterreno “Grenadiers” y promocionarlo con el equipo) por mucho que haya ganado en el pasado no tiene patente de corso para fracasar un año más.

Mucho trabajo tiene Brailsford y su equipo para recuperar el esplendor perdido. De nada le sirve tener tanto dinero y talento acumulado si la dirección falla y son tan limitados sus posibles logros a un solo apartado. Cuesta creer que todos los corredores fallaron este año, algunos si pero no todos. Algo habrá hecho mal el galés por excesiva confianza o prepotencia. Los jóvenes cracks ya no solo están en su equipo, y los de los otros maduran más rápido y ya ganan cosas importantes. De sus dos grandes y experimentados pilares uno se marcha (Froome) y el otro (Thomas) ya bordea los 35 años también y sus citas con las desgracia son frecuentes. Como si fuera poco, ya desde el 2019 en el Tour a sus gregarios se les vieron las costuras, les empezaron a perder el respeto y se quedan primero que los de los rivales en montaña.

Veremos si el 2020 ha sido solo un bache en el dominio del poderoso imperio británico, o si estos nuevos aires anuncian la llegada de la decadencia en su hegemonía. Roma también fue un imperio muy grande alguna vez.

Oscar Trujillo Marín

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