Breve historia de cancelaciones ciclísticas desde el siglo XX

Por Oscar Trujillo Marín

Alemania había resultado favorecida en 1912 como sede para realizar los siguientes Juegos olímpicos de 1916, con Berlín como sede. ¿Qué le costaba hacerlos y olvidarse de lo otro? Con casi todo listo, estadio nuevo incluido, al beligerante imperio alemán de la época le dio por apoyar al igualmente pendenciero imperio austrohúngaro en su delirante aventura bélica que estaba iniciando.

No se les ocurrió nada mejor a los teutones que invadir Bélgica, que aparte de un clima asqueroso casi todo el año, no tenía la culpa de nada, que se había declarado neutral, y Luxemburgo tierra de Bob Jungels y los hermanos Schleck. De ahí, los alemanes siguieron su camino abusón con rumbo a Francia. La sutil violación de la soberanía de los creadores de la Liège-Bastogne-Liège, le produjo mucha indignación al Reino Unido quienes ya de por si no le tenían mucho cariñito a los alemanes por celos entre imperios. UK por aquélla época era una gran potencia militar, pero en ciclismo tenía un nivel más que lamentable, se les daba mejor la guerra, todo hay que decirlo. Al Sky le faltaban 95 años para aparecer aún.

Afrenta a la soberanía belga que llevó a los británicos tatarabuelos de los Yates y Geraint Thomas a declarar la guerra a Alemania, para que aprendieran a meterse con gente de su tamaño. Ese fue el inicio del horror de la primera Guerra Mundial. Bueno eso, y el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria a manos de un nacionalista serbio en Sarajevo, que fue la primera excusa oficial. Incidente cuya reacción austrohúngara y alemana se salió, digamos… ligeramente de madre y terminó con un saldo de 18 millones de personas muertas y 20 millones de heridos entre civiles y soldados, que se dice pronto.

Ah, por cierto, Alemania priorizó entre realizar los juegos Olímpicos o meterse en una guerra que ni era con ellos. Eligieron darle la espalda al deporte y así les fue. Las olimpiadas fueron canceladas “por fuerza mayor”. Por desgracia los teutones no aprendieron la lección y les dio por invadir Polonia, sin motivo, casi 25 años después, superando (con creces) la dimensión del primer horror. En esa época Alemania no llevaba bien el aburrimiento, le daba por invadir y matar vecinos a falta de algo mejor que hacer.

En la historia de las grandes competiciones deportivas desde el siglo XX para acá, este fue el primer gran motivo de cancelaciones masivas que repasaremos a continuación, con énfasis en el ciclismo, que es justamente lo que ahora tanta falta nos hace, y mucha. Demasiada.

El Tour de Flandes: Solo canceló sus ediciones de 1915, 16, 17, 1918, coincidiendo con el fragor de la primera guerra mundial. Este monumento del ciclismo tiene el increíble honor de ser la única competencia de este deporte que no se canceló durante la segunda guerra mundial, con Bélgica invadida (sí, otra vez y por los mismos) ya por los alemanes y entre minas, ráfagas y disparos cruzados, que quieras que no, le añadían más dificultad a un recorrido ya de por si tortuoso, con tantos tramos de pavés y duras cotas.

París Roubaix:  “El infierno del norte” se canceló entre 1915 a 1918, por la primera contienda bélica mundial y durante 1940, 41 y 42 por causa de la segunda. Como dato curioso se corrió con Francia ya invadida por los alemanes en 1943 y 1944, y tras el día “D” con el desembarco en Normandía en diciembre de 1944, la edición de 1945 también se corrió cuando el delirio nazi agonizaba, en un territorio galo ya liberado gracias a la inestimable ayuda del “malvado imperio yanqui”, como diría el simpático estadista Nicolás Maduro.

Liège-Bastogne-Liège:

Solo ha sido cancelada desde 1914 a 1918 por idénticas razones y desde 1940 a 1942. La de 1943 se corrió, pero en 1944 no. La decana de las clásicas y uno de los cinco “monumentos” cuya primera edición fue en 1892, también se dejó de correr entre 1894 y 1907 pero por motivos más vulgares, menos dramáticos, simple falta de recursos y patrocinio.

Milan-San Remo faltó en el calendario en 1916, 1944 y 1945. Es, de todos los monumentos, la competencia menos afectada en materia de ediciones canceladas, y de paso la única que se va a quedar sin ganar Phillipe Gilbert para poder completar sus cinco monumentos. ¡Maldita sea!

De las tres grandes rondas por etapas la Vuelta a España es la más “joven” por eso se salvó de ser “borrada” durante la primera guerra mundial. Su primera edición fue en 1935, (el infausto año en que Gardel murió en Medellín) pero ya en 1937, sufrió su primera ausencia en el calendario hasta 1940 coincidiendo con la Guerra Civil Española. Barbarie fratricida que terminó en la dictadura del general Franciso Franco y su voz aflautada como desgraciado colofón.

La ronda ibérica se reanudó en 1941, pero de nuevo fue cancelada en 1943 y 1944, aunque la condición oficial de España era de “neutralidad” al principio (con especial e indisimulada simpatía por el eje Alemania, Italia…) luego se declaró “no beligerante” (algo así como el patético “no culpable” de O.J Simpson) pero hubo soldados y combatientes españoles apoyando a los dos bandos.

“Querido Führer: En el momento en que los ejércitos alemanes bajo su dirección están conduciendo la mayor batalla de la historia a un final victorioso, me gustaría expresarle mi admiración y entusiasmo y el de mi pueblo, que observa con profunda emoción el glorioso curso de una lucha que ellos consideran propia. No necesito asegurarle lo grande que es mi deseo de no permanecer al margen de sus cuitas y lo grande que es mi satisfacción al prestarle en toda ocasión servicios que usted estima como valiosos”, le escribió el generalísimo Franco a Hitler, el 3 de junio de 1940, dejándole absolutamente claro a Adolfo, lo mal que le caía y lo en contra que estaba de esa manía que tenía de ir invadiendo pueblos por ahí y practicándo la eugenesia a mansalva.

Luego en la posguerra la situación económica de España fue terrible, lo que motivó otras cancelaciones, pero por física falta de pesetas para organizarlas: 1949, 1951 y 1954.

Giro de Italia: Cancelado de 1915 a 1918, y de 1941 a 1945. De las tres grandes, la menos ausente del calendario.

Tour de Francia: Cancelado de 1915 a 1918 y 1940 a 1946, por esa debilidad que sienten los seres humanos por masacrase con la excusa de defender una bandera a las órdenes de delirantes demagogos megalómanos.

“ No hay muerto que no me duela / no hay un bando ganador, / no hay nada más dolor / y otra vida que se vuela. /  La guerra es muy mala escuela / No importa el disfraz que viste / Perdonen que no me aliste / Bajo ninguna bandera / Vale más cualquier quimera / Que un trozo de tela triste…” (Milonga del Moro Judío. Letra Chicho Sánchez Ferlosio, voz y arreglos Jorge Drexler)

Otros eventos deportivos cancelados por virus y amenazas de enfermedades contagiosas.

El Mundial de Futbol se dejó de realizar después de Italia 1938, hasta 1950. La culpa de ese vacío, por supuesto, fue la segunda guerra mundial. Pero una vez terminada la devastadora contienda, la situación económica general hizo que ningún país europeo se midiera a asumir su costosa reanudación recalando esa responsabilidad en Sudamérica, en manos de Brasil, evento que terminó con el famoso “maracanazo”. Viendo como estamos hoy, inmersos en nuestro eterno desarrollo involutivo, con la crisis como habitat natural, quien diría que en 1950 había más plata aquí  en América del sur que allá, y que por esos años Argentina era la quinta potencia económica mundial, mientras que ahora atraviesa la quinta crisis en lo que va de siglo.

El SARS y el Mundial de Futbol Femenino de 2003: El evento más importante del fútbol femenino que se iba a llevar a cabo en China, fue cancelado a última hora del país asiático por causa de una epidemia del pariente más cercano del coronavirus. Aunque se salvó trasladándolo a los EEUU unos meses después.

El ébola y la Copa Africana de Naciones de 2015. La copa se realizaría en Marruecos, pero un brote de ébola en algunas regiones de África que alcanzó cifras de mortalidad del 90 por ciento, hizo echar para atrás a los organizadores por miedo del más mínimo riesgo a contagiar a la población local. La sede la asumió a última hora Guinea Ecuatorial. Comprensible, hay virus que dan mucho miedo. Y luego está el ébola.

Y tras esta breve historia de las cancelaciones de competencias ciclísticas por motivos casi siempre infames, cruentos y terroríficos llegamos al año 2020 donde, de momento, se han cancelado suspendido y quizás con suerte aplazado la mayoría de las pruebas ciclísticas de marzo, abril y mayo, incluido el mismo Giro de Italia. Ya veremos cómo termina este lamentable saldo de ausencias dependiendo del tiempo que se tarde en ceder el coronavirus, al que por estos días todos odiamos con infinita devoción.

Oscar Trujillo Marín¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional

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