Conclusiones de la Flecha Valona
Por @pmpalermo
El tríptico de las Ardenas pasó su Ecuador con la disputa de la segunda de las clásicas de la zona, la Flecha Valona, que coronó a su rey en el mítico Muro de Huy, rendido de nuevo a los pies de Alejandro Valverde, tal como sucedió hace un año.
Como todo evento de importancia, quedó mucha tela para cortar, y ciclismointernacional.com nunca esquiva el reto de analizar los hechos:
*Valverde, como los vinos: a días de cumplir 35 años, el murciano sigue alimentando su leyenda y ya inscribió su nombre entre los más ganadores de la historia en la Flecha Valona, honor que comparte con Kint, Merckx, Rebellin y Argentin, todos con tres dianas en el Muro de Huy.
Curiosamente, a la inversa que la mayoría de los otros, el de Movistar ha mejorado con los años, convirtiéndose en un seguro de vida en todos los terrenos, aún en las grandes vueltas, donde siempre se lo criticó.
Tras ser 2° en Amstel y siempre la rueda más marcada, Valverde se hizo cargo, superó los escollos que hoy se hicieron presentes en forma de caídas y llegó a la definición con opciones, en gran parte, por el trabajo de sus compañeros para llevarlo adelante o para cazar el intento de Wellens y Caruso en Cherave.
Una vez en el Mur, apeló a toda su experiencia para viajar en posiciones de avanzada, controlando a sus temerosos contrincantes, que poco pudieron hacer cuando el murciano lanzó su volata en la empinada cuesta, para cruzar con los brazos abiertos del mismo modo que hace una temporada.
Lejos de descubrir algo sobre él, se trata de reconocer que es el único que parece no sufrir el paso de los años, tan inclementes con el resto de sus colegas, que ven como Valverde siempre cumple en las Ardenas.
Es que 13 podios respaldan su periplo victorioso en el tríptico más glorioso del ciclismo, con cinco victorias de esas que no se olvidan y todos quieren tener. Pero lo mejor de todo, es que el murciano no parece claudicar y es de esperar que siga sumando el domingo próximo en Lieja o los años venideros, que aún no verán su jubilación.
*Alaphilippe encuentra su lugar: el joven galo había regalado algunos destellos de su clase en 2014, curso en el que se impuso en una etapa del Tour l ´Ain o se dejó ver con un par de podios en la Volta a Catalunya. Veloz sin ser sprinter, capaz de estar adelante en prólogos sin ser rodador, el de Etixx aún no había demostrado todas sus virtudes, hasta ahora…
Es que el domingo se soltó una actuación memorable en la Amstel Gold Race, cita exigente por lo extenso, los más de 4000 metros de desnivel y el stress de estar adelante para evitar problemas en los estrechos caminos holandeses.
Sin embargo, la confirmación llegó en la Flecha Valona, donde repitió la fórmula pero progresó en el resultado, sacando la cara por su escuadra en la históricas rampas de Huy, donde su compañero Kwiatkowski no tuvo respuestas.
Alaphilippe, que nunca en su vida había rodado allí, se manejó como un experto y esperó, algo que no muchos son capaces de hacer en situaciones del género y contra oponentes de la experiencia de Valverde, Albasini, Purito y Moreno, todos una década mayores que él.
Obviamente que está en forma, pero dos resultados de tanta relevancia no son fruto de la casualidad, y esto no hace más que ratificar que el francés es una de las nuevas caras de este deporte para las clásicas, donde se avecina un recambio masivo.
Buenas noticias para Etixx, que encuentra un ladero de lujo para el campeón del mundo, aunque al mismo tiempo, deberán cuidar a su incipiente figura y darle espacio para crecer, no sea cosa se les escape para tener opciones personales. Alaphilippe es una realidad, ¡bienvenida sea!
*Las clásicas, cada vez menos selectivas: lamentablemente, de un tiempo a esta parte, las principales pruebas de un día del calendario, en teoría las más exigentes, han visto a grupos numerosos jugándose la victoria, situación que va en contra de la historia.
Así, hace unas semanas, siete hombres lucharon el embalaje en el velódromo de Roubaix, 17 hicieron lo propio en la Amstel el domingo y hoy se repitió la tónica en el Mur de Huy, donde usualmente se veía a un pedalista destacado desde los 400 metros previos a la línea de meta. Todo un pelotón, separado por algunos cortes mínimos de tiempo, llegó al cierre de la Flecha y Valverde los remató con mayor facilidad puesto que no tuvo que atacar.
Hemos repetido hasta el cansancio que los ciclistas hacen las carreras y no los organizadores, por lo que aquí la responsabilidad es del pelotón, donde el temor se hizo moneda corriente y ya nadie arriesga desde lejos, salvo que no tenga nada que perder.
Por eso, con los favoritos atados por miedo a perder, todo se reduce a lo que puedan hacer en los kilómetros conclusivos de las pruebas en cuestión, atentando contra el espectáculo. Está claro que cada uno defiende su sueldo pero, por ejemplo, muchos de los que critican a Valverde seguramente lo apreciarían más si rompiera desde larga distancia en vez de esperar un embalaje.
El exitismo reinante y la presión por los resultados está destrozando el show, ese que Eddy Merckx, Bernard Hinault y demás ídolos supieron regalar a los fanáticos y que hoy se echa en falta con competencias larguísimas en las que sólo las caídas animan los kilómetros que preceden el desenlace.
*Albasini nunca falla en la Flecha: con o sin Gerrans y a pesar de la explosión de Michael Matthews, Orica tenía asegurada una buena actuación en la Flecha Valona de la mano de su especialista, Michael Albasini.
El experimentado suizo de 34 años acumula un historial impresionante en la segunda clásica del tríptico, puesto que en nueve participaciones suma seis top 10 y dos podios, además de un 11° puesto, lauros que marcan su regularidad en la carrera belga.
La historia se repite casi cada año, con el pedalista desaparecido durante los primeros meses de la temporada, para explotar con precisión matemática en el Mur de Huy, que conoce a la perfección y se le resiste sólo por la presencia de algunos colegas que quedarán en la historia de este deporte.
Como sea, Albasini es una garantía para los australianos, que sólo deben preocuparse por Amstel y Lieja, sabedores de que el suizo hará el resto en Flecha. Una pena que el calendario juegue en su contra, pero seguramente tendrá una última oportunidad en 2016, cuando haga valer su vigencia, que le ha permitido grandes victorias luego de los 30.
*La frescura de Vuillermoz: el joven francés sigue creciendo y empieza a encontrar resultados propios en un equipo donde las estrellas lo tapan permanentemente. Sin embargo, en las Ardenas y con Betancur lejos de su mejor cara, Vuillermoz tiene vía libre y empezó a retribuir esa confianza a Lavenu.
Con 26 años, fue la cuota de juventud en el top 10 junto a Henao, Alaphilippe, Slagter y Keldermann, confirmando las buenas actuaciones realizadas desde su 11° puesto en el Giro de Italia 2014, pero también su capacidad para este tipo de clásicas, donde su punta de velocidad le dará muchas alegrías.
Habrá que ver cuánto espacio encuentra en ag2r, pero tiene todo para ser una estrella y sería un desperdicio si no lo dejarán desarrollarse correctamente, algo que puede acabar con nuestro protagonista emigrando rumbo a otra escuadra.
*En su línea: Sergio Henao, Purito Rodríguez, Dani Moreno, Tom Jelte Slagter
*En deuda: Michal Kwiatkowski, Bauke Mollema, Rui Costa, Simon Yates
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Pablo Martín Palermo
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