Ciclismo Internacional

Conclusiones de la Vuelta a España 2016

Por @pmpalermo

Se terminó el espectáculo de la Vuelta a España y, como es usual, toca analizar lo sucedido en la última grande de la temporada donde no todo el protagonismo lo acaparó el campeón, Nairo Quintana, debido a la presencia de otros pedalistas que brillaron con luz propia.

De hecho, no hablaremos demasiado aquí del líder de Movistar, quien merecía un artículo aparte que ya compartimos hace unos días, motivo por el que nos centraremos en sus rivales y otras cuestiones.

*Contador, el juez de la prueba: A contrapié desde el día inicial por una mala performance en la CRE, sufrió luego una dura caída en el arribo a Puebla de Sanabria y, aunque parecía encaminado al abandono, Contador aguantó con la gallardía que lo caracteriza y empezó en la jornada posterior su ascenso en las clasificaciones.

De hecho, llegó al tercer peldaño del podio en la crono, pero la falta de equipo y la valentía de Chaves y Orica, lo dejaron sin nada en Madrid, donde igualmente fue ovacionado por su trayectoria y, claro está, por su valentía.

No obstante ello, es innegable el peso de su participación en la ronda hispana, ya que sin su aparición en la etapa 15, otra hubiera sido la historia, con la general dirimiéndose en la cronometrada, casi con seguridad tras lo visto, a favor de Froome.

Le guste o no a los fans de los dos primeros de la edición 2016, es obligación hacerle justicia al “Pistolero”, quien entregó lo que de él se esperaba y, más loable aún, sin estar en plenitud. Su ofensiva de bajada de bandera en Sabiñánigo rompió la carrera y expuso la concentración de Quintana y lo opuesto en Froome, que entregó 2:37 y el título en bandeja al puntero.

Así, un evento que estaba encaminado -por recorrido y estilo de los dos máximos aspirantes- a decidirse ajustadamente, tuvo un inesperado cambio de rumbo de la mano de una gesta que pasará a la historia como otro capítulo heroico en la trayectoria de Alberto Contador.

*El mensaje de Froome: Mientras Quintana celebra como justo campeón de la Vuelta, no son pocos los que conjeturan respecto a la revancha en la prueba que realmente le importa al colombiano y a la mayor parte del pelotón: el Tour de France.

Y no es para menos, ya que el de Movistar quedó a un (enorme) paso de ingresar al selecto club de ganadores en las tres grandes, gesta reservada sólo para unos pocos a lo largo de la historia del deporte pedal.

Sin embargo, y esto no es novedad, la tarea no será nada fácil. Es que con su gran rival generacional pletórico y habiendo descubierto la fórmula del éxito -llegar más fresco a la semana final- el pupilo de Unzué deberá modificar sus tácticas consevadoras si sueña con dañar al británico.

Es más, Chris Froome, hoy relegado a un segundo plano mientras Nairo festeja, sabe en su interior que envió un mensaje intimidatorio tremendo, ya que pudo haber sido dueño de la Vuelta, donde cedió en cuentagotas en los puertos y arrasó en la crono, rodando al mismo nivel que en julio.

De hecho, no sería ilógico afirmar que esta es la versión más fuerte que se recuerde del nacido en Kenia, quien firmó su doblete más formidable. Y no es para menos, ya que las dos veces que fue 2° en España antes, no había corrido o completado la Grande Boucle.

Por eso, Nairo debería estar preocupado de cara al Tour 2017. Un Froome campeón del máximo objetivo posible para un ciclista por tercera ocasión, sin obligación alguna de estar a tope en la Vuelta y con un viaje a Brasil encima, lo puso en entredicho seriamente y con un equipo infinitamente inferior.

Incluso, el de Sky demostró que puede hacer daño al resto sin la guardia pretoriana que lo rodeó en Francia, cuando sus gregarios rodaron al nivel de los demás jefes de fila, impidiendo movimientos.

Con eso en vista, si Nairo o algún otro tiene esperanzas de impedir el “póker” del keniata en los Campos Elíseos, deberá trabajar mucho (en las cronos especialmente) y ser más arriesgado, tal como Contador enseñó rumbo a Formigal o el propio Froome durante el Tour, cuando hizo daño en momentos inesperados.

*El techo de Chaves: Lo del “Chavito” es para sacarse el sombrero. Tras quedar al borde del retiro hace unos años por su tremendo accidente, explotó en la Vuelta 2015 con un magnífico 5° puesto que no hizo más que ratificar lo que de él se esperaba hace rato.

No obstante ello, en 2016 logró algo aún más difícil: progresar. Para que se entienda mejor, es mucho más sencillo pasar de ser un pedalista del montón a top 10 de una grande, que subir en la decena de privilegio e ingresar al podio.

El de Bogotá no sólo lo hizo, sino que tras ser 2° en el Giro de Italia, luchó con alma y vida en la Vuelta contra rivales aún más grandes que los que se cruzó en mayo, como son Quintana, Froome y Contador, éste último fuera del cajón por obra y gracia del simpático sudamericano.

Por ello, es hasta lógico que se valore más su tercer puesto hispano por el modo ofensivo en el que lo logró, atacando en casi todas las etapas de montaña, especialmente rumbo a Aitana, cuando la Vuelta decía adiós y a larga distancia, porque su salto se produjo a 45 kilómetros del cierre.

Chaves es una estrella y, pese a que luce un peldaño por debajo de las figuras mencionadas, tiene el futuro de su lado y un interesante margen de progresión (debe crecer en la crono) que invita a soñar con mayores alegrías para él y su escuadra.

Y ese es otro punto a marcar, porque los aussies fueron los más ofensivos a nivel grupal, montando tácticas diversas que les valieron dos plazas en el top 10. Es cierto que el marcaje entre Sky y Movistar les concedió cierto aire, pero también a otras formaciones que no osaron moverse como sí lo hicieron los de Neil Stephens.

*El criticable pero efectivo recorrido de la Vuelta: Una vez más, la Vuelta dejó la sensación de haber sido la más emocionante de las grandes del calendario y, aunque gran parte de dicho mérito corresponde a los protagonistas, es para destacar también, la importancia del recorrido.

Básicamente, la polémica gira en torno a las numerosas etapas unipuerto con final en las denominadas “cuestas de cabra”, puertos cortos y empinados, con rampas del 30% donde sólo unos pocos pueden pedalear y el resto debe echar pie a tierra.

Las mismas, por más que asusten en la previa, no suelen marcar mucha diferencia entre quienes pelean por la general, y generan molestia en los aficionados habituales, que esperan tres o cuatro horas para presenciar 10 minutos de agonía en las brutales paredes de turno.

Así, la Vuelta mantiene la clasificación principal cerrada, al menos, hasta la crono. Pero también, impide que sea vea ciclismo del bueno, ese que Orica se encargó de enseñar en las etapas del Aubisque y Aitana, lanzando corredores todo el tiempo para realizar el puente.

Imposible que algo así suceda en días como los de Ézaro, Peña Cabarga, La Camperona o Mas de la Costa, trepadas brutales en las que todo se reduce a ver quién tiene más fuerzas para retorcerse mejor sobre la bici.

Dicho esto, no son pocos los que argumentarán que, con trazados opuestos, el Tour estaba definido mucho antes de la etapa 20, y es cierto. Por eso, la ronda hispana ya tiene como marca registrada las etapas que aquí criticamos y es de esperar que mantengan su fórmula, que beneficia además las fatigadas piernas del pelotón, feliz de ascender sólo unos minutos en dichos parciales.

*La Vuelta de los bautismos: Se sabe que, por calendario y falta de efectivos a tope, los equipos suelen llevar a muchos jóvenes y corredores de menor valía a la Vuelta, y eso quedó a la vista en esta edición, aunque de un modo inesperado.

Es que 13 de los 17 ganadores de etapa fueron debutantes en la materia, alzando los brazos por primera ocasión en una de las grandes vueltas. Allí están casos curiosos como el de Robert Gesink, un ciclista consagrado y maduro que nunca había podido festejar, enfocado en la general de la carreras en las que participaba.

Pero además, la Vuelta 2016 será inolvidable para los jóvenes Lilian Calmejane, Simon Yates, Valerio Conti, Magnus Cort Nielsen y Pierre Roger Latour. Lo mismo para el experimentado Sergey Lagutin, el valiente Mathias Frank o el pujante David de la Cruz. Todos comparten desde ahora, el orgullo de contar con una diana en una de las citas máximas de su deporte.

El listado de bautizados se completa con Jean Pierre Drucker, Jens Keukeleire, Jonas van Genechten y Gianni Meersman. La mayoría, con amplio recorrido en el pelotón pero, por un motivo u otro, inéditos en estas cuestiones que, muchas veces, marcan la carrera de un ciclista.

Y no es para menos, porque en un deporte tan exitista en el que suelen centrarse los focos sólo sobre el campeón y sus laderos, es necesario hacer justicia a los héroes que dejan la piel a lo largo de las 21 jornadas buscando eso que para sus colegas más talentosos parece fácil.

*Colombia sigue haciendo historia: Parece increíble, pero esta generación dorada del ciclismo colombiano no deja de romper récords y, la Vuelta a España no fue la excepción, ya que Quintana, Chaves y compañía alcanzaron nuevos hitos para su patria.

Claro está que el título de Nairo en la ronda hispana es lo más llamativo en el apartado estadístico, especialmente porque se trata de la segunda edición de la carrera que viaja a Sudamérica y tras 29 años de espera.

No sólo eso, sino que el tunjano es el 15° ciclista en toda la historia del ciclismo que logra subir al podio en Giro, Tour y Vuelta, gesta impactante reservada para los más brillantes exponentes del deporte pedal y algo que, por caso, Froome no ha conseguido.

Para completar el año de gloria colombiano, hay que señalar que se trata de la primera oportunidad en la que el orgulloso país cafetero cuela, al menos, un representante en el cajón de las tres grandes, ya que Chaves dijo presente en el Giro, Quintana en el Tour y luego los dos se unieron en España.

Como si eso no fuera suficiente, es la tercera vez que Colombia cuenta con dos hombres entre los tres primeros de una ronda de tres semanas después de que Parra y Vargas lo consiguieran en la Vuelta de 1989 y Nairo y Urán en el Giro 2014.

Si a todo eso se añade la sensacional actuación de Darwin Atapuma, líder durante cuatro días, dos veces 2° de etapa y crucial en el título por equipos de BMC, y los promisorios top 10 (cuatro) del debutante Jhonatan Restrepo, el país de los escarabajos tiene motivos para celebrar aún cuando perdieron a su equipo insignia y gran parte de sus embajadores debieron regresar a casa para seguir activos.

Pablo Martín Palermo

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