Conclusiones tras la crono por equipos del Giro
Por @pmpalermo
Comenzó el 97º Giro de Italia con una contra reloj por equipos que fue sentenciada desde el inicio y que encima marcó márgenes mayores a los esperados entre los capitanes, por lo que es conveniente analizar lo acontecido.
No son muchos los focos de interés con tan sólo 21.7 kilómetros de carrera cumplidos, pero bien vale la pena repasarlos:
Orica, la alternativa a Omega en las CRE: No hubo sorpresas y Orica Green-Edge se quedó con la crono por equipos rodando a más de 52 km/h para concluir con un registro de 24´42´´ inalcanzable para el resto que vistió de rosa a Svein Tuft quién, por cierto , cumplía 37 años.
El conjunto aussie batió a Omega (es justo decir que los de Lefevere no contaron con sus especialistas) y confirma que es el único conjunto capaz de disputar la soberanía en esta disciplina a los belgas.
De 2012 a esta parte se impusieron dos veces en la CRE del Duo Normand, en la del Eneco Tour, Tirreno Adriático o Tour de Francia en 2013, siempre gracias a sus talentosos galgos que hoy, volvieron a exhibirse.
Muchas diferencias entre los gallos: Está claro que pocos esperaban diferencias tan grandes entre los favoritos, con varios de ellos entregando hasta 1´30´´con respecto a Evans o Urán, los dos más beneficiados, junto a Majka y Roche, que tuvieron la fortuna de esquivar los chaparrones.
La historia fue similar para el común de los capos y sólo los cuatro citados más arriba pueden descansar tranquilos puesto que culminaron en apenas 18´´, en tanto que Quintana, Basso, Pozzovivo y Kiserlovski conformaron el siguiente grupo, todos en torno a los 50´´.
El clima lluvioso y con viento influyó pero afectó a la mayoría, son las reglas del juego y no es una excusa a la hora de ponderar qué conjuntos lo hicieron bien y cuáles fracasaron, comenzando por el Katusha de Purito Rodríguez que cedió casi un minuto y medio en meta, un arranque poco feliz para el catalán.
Obviamente que nadie anhela iniciar de este modo, pero no hay que olvidar que falta mucho por recorrer y que la última semana será clave, con mucha montaña que decidirá los destinos del Giro.
El detalle de sus registros y diferencias puedes encontrarlo AQUÍ
Mal año para Dan Martin: el irlandés, que apenas si compitió en 2014, fue 2º en Flecha Valona y todo parecía encaminado gracias a que su forma era excelente, pero en Liège comenzaron las desventuras, cuando se cayó en la última curva camino del podio en la prestigiosa clásica.
Ya en su territorio natal para el comienzo del Giro, una dura caída lo dejó fuera de combate con apenas unos kilómetros realizados y lo peor, con una fractura de clavícula, por lo que sus planes se verán trastocados y deberá esperar para confirmarse como un hombre de grandes vueltas.
Scarponi, en silencio pero bien ubicado: la debacle de Garmin más la emoción por en torno a la victoria de etapa desvió las miradas de Astaná tan pronto como quedó claro que no ganarían.
Pero no hay que dejar pasar que el conjunto kazajo llegó al Giro a ganar con Scarponi, corredor que no se dejó ver en todo 2014 y que mantuvo esa línea en la CRE, donde su escuadra arribó 6º.
De este modo, el experimentado pedalista está a tan sólo 33´´ de Urán, en un punto intermedio entre éste y Quintana, posición ideal para no trabajar (el Omega se vestirá de rosa pronto y tendrá estas responsabilidades) pero a la vez óptima para sus aspiraciones de podio.
Urán, con el rosa a la vista: el colombiano vino a quedarse con la Corsa Rosa en su primera oportunidad como jefe de filas y arrancó del mejor modo, ubicándose como el favorito en vanguardia luego de clasificar a apenas 5´´ de Orica, una formación diseñada sólo para esta disciplina.
Esto significa que ante las primeras dificultades montañosas del Giro, el liderazgo caerá en los hombros del de Urrao, un logro impresionante que a la vez puede ser contraproducente.
Es que pese al orgullo de vestir de rosa, esto obligará a desgastar el equipo trabajando y además a controlar la competencia, algo opuesto al estilo ofensivo de Rigo, que si está en forma debería aguardar a la última semana para hacerse con tamaña responsabilidad.
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