Corredores a seguir en 2021 – Sepp Kuss: “Mi progresión ha sido sorprendente”
Por David Hunter
Etapa 5 del Tour de California 2017, primera vez en la que realmente muchos prestamos atención a Sepp Kuss. Ese día, la carrera llegó en alto al bestial Mount Baldy, y él finalizó 10mo. Claro está, no fuimos los únicos en tomar nota sobre su actuación…
“Jumbo se enteró de mi existencia ese día. Recuerdo haber hablado por primera vez con el director deportivo, Grischa Niermann, en el hotel, en la fiesta post carrera. Desde entonces quedamos en contacto, hice unas pruebas de lactato y VO2máx y luego me ficharon.
Fue una experiencia diferente mudarme de un equipo norteamericano al World Tour. Antes el ciclismo parecía más un hobby, nunca pensé que entraría a un mundo en el que estarían en todos los detalles, a la vida del profesional. Incluso, cuando empecé en la máxima categoría pensé que iba a ser fácil llevar esa vida, pero luego entendí que tenía otra responsabilidad y empecé a meditar qué quería sacar del ciclismo, si iba a ser una bonita aventura o sólo o un medio de vida para ganar dinero”.
En ese 2017, pero ya en septiembre, Sepp acabó en el top 10 del exigente Tour de Utah, seguido de prestaciones similares en las carreras de Colorado y Alberta. Final inmejorable de su periplo en el ciclismo yankee.
“Mudarme a Europa no fue un problema. Estaba habituado a viajar desde pequeño, cuando lo hacía con mis padres. Con ellos pasábamos largos períodos de tiempo en los Alpes o los Dolomitas acampando, así que estaba acostumbrado a salir de la zona de comfort. Lo que más me costó fue estar rodeado de ciclistas y de una vida dedicada por completo a ello, extrañaba a mis amigos de la Universidad”.
Los corredores jóvenes suelen hacer referencia al impacto de su primera competencia World Tour. Y para Kuss fue la Vuelta al País Vasco de 2018.
“Me costaron mucho las competencias de la primavera de 2018, no estaba en mi mejor condición física y tenía unos 5-6 kg de más.Tenía problemas con todo, desde la posición en la bici, la recuperación y hasta mi especialidad, la escalada. En esa Itzulia me dejaban cortado en cada trepada. En una etapa fui al coche a buscar botellas, la ruta empezó a empinarse y me quedé algo retrasado con el maillot cargado. Algunos directores se apiadaron y empezaron a hacer la botella pegajosa (sticky bottle) para que no me quedara fuera de carrera (risas). Realmente dudé de mi capacidad, estaba muy estresado y no me sentía yo mismo. Pero sabía que iba a tomarme un tiempo, más con la poca experiencia que tenía”.
Si la pasó mal en País Vasco, ¿qué decir de la Volta Limburg Classic?
“(risas) Gracias a esa competencia no creo que algún día quiera hacer la Amstel Gold Race. Fue una de mis primeras jornadas con un dorsal y estaba tan mal posicionado en cada cota o curva que sólo podía ir a cola de pelotón. Me sentí perdido en los Países Bajos todo el día”.
Pero el sufrimiento no duró demasiado. Para agosto, Sepp barrió el piso con sus rivales en el Tour de Utah, donde se llevó el título y tres etapas. El corredor que todos conocen ahora había nacido…
“Fue un golpe de moral. Estaba escalando en competición y en altura, perfecto para mí. Pero aún así sabía que debía hacer lo mismo en Europa. El proceso que me llevó a ese nivel en Utah me sirvió para entender qué debía hacer en el ciclismo de allí en más. Es cierto, entrené como nunca esos meses en Colorado, pero la pasé muy bien con mis amigos de la Universidad, comer barbacoas, rodar en Mountain Bike. Sin estrés ni presión, puro amor al deporte”.
Sepp acaba de completar su tercera campaña con Jumbo-Visma, y 2020 fue espectacular. Se consolidó en el máximo nivel como el mejor gregario escalador del pelotón, tal como demostró en el Tour y la Vuelta. Allí fue el encargado de controlar los momentos decisivos de montaña, permaneciendo junto a Roglič cuando sus rivales ya iban aislados. Con un curso tan bueno, es lógico pensar que le llegó el turno de liderar.
“Creo que es un buen momento para tener algunas oportunidades. Veremos cómo manejo la presión, pero creo que es cuestión de apoyarme en las experiencias vividas para no doblarme en momentos clave. Correr el Tour y la Vuelta adelante, poder aprender cómo hacer las cosas en las situaciones de definición, aprender de los errores… todo eso me da mucha confianza”.
Muchos creen que por ser gregario él no tiene presión, pero como último hombre de Primož se espera muchísimo de él.
“Claro que hay expectativas puestas en mí, pero no siento presión en este rol. Sé lo que debo hacer, y además, corriendo para alguien como Primož siempre logro sacar algo más de mí. Siempre que pueda aportar algo para que él gane siento que yo gano, es muy agradable y divertido”.
2020 no sólo fue una gran campaña para Kuss, sino para casi todo el Jumbo. Cuando el curso reinició tras la cuarentena, doblegaron a todos en las montañas con un nivel ridículo. Debe haber sido muy satisfactorio superar al resto así…
“Fue una sensación agradable. Todo se siente más controlado y sin tantas preocupaciones así. Tener una formación así es como correr con un escudo de seguridad entonces el sufrimiento es diferente”.
Una de las escenas más reiteradas de la temporada era una breve charla entre Sepp y su jefe de filas justo antes del puerto final.
“Honestamente, le preguntaba cómo quería subir, el ritmo y esas cosas…y si no le hacía una broma”.
Impresionante que, mientras todos iban al límite, Kuss aún tenía margen para bromear. El norteamericano tuvo un par de oportunidades de lucimiento personal en 2020, la primera fue en la Vuelta a Burgos, cuando se decía que ya volaba.
“No me decepcioné mucho. De algún modo, sabía que necesitaba tiempo para recuperar ritmo de carrera, así que no tenía muchas expectativas. En el primer final en alto ya iba mal porque me pasé en los vientos cruzados previos al puerto, además del calor. Creo que mis pulsaciones promedio fueron más altas que mi potencia en Picón Blanco”.
La siguiente oportunidad fue en el Dauphiné. La cita inició como tenían planeado, con Roglič en control, hasta que tuvo que abandonar cuando tenía el título en el bolsillo. Eso liberó a Sepp para el día final, un parcial durísimo que explotó temprano. FDJ y UAE se encargaron de trabajar, hasta que Kuss, Martínez, Pogačar y López se despegaron y pasaron al frente de la competencia. Y entre ese grupo top, nuestro invitado destacó.
“Fue una etapa alocada y muy exigente desde el inicio. En el cierre me dí cuenta que todos iban al límite porque nadie se había guardado nada, entonces decidí moverme una vez que todos hubieran intentado acelerar. López lo hizo en el falso llano y yo me pegué a Pogačar hasta que en el tramo empinado apretó Sivakov (iba en la primera fuga) y yo dí continuidad porque percibí que el resto dudaba. Dí todo subiendo y apreté igual en la bajada, porque si resistía en el plano ya no me llegarían”.
Jumbo-Visma ha conseguido sacar los mejor de Kuss y de casi todos sus ciclistas. ¿Cuál es el secreto?
“Están en todo. Desde la nutrición al entrenamiento, todo está programado para todos, no sólo para las estrellas. Hasta el último corredor de la plantilla recibe atención, como hicieron conmigo en mi primera temporada. Siempre creyeron en mí y estuvieron atentos, incluso para cambiarme el programa de carreras cuando yo no rendía. Confían en todos los miembros de la plantilla”.
Con tres años vividos en Europa, igual es interesante saber qué siente un americano de ese lado del mundo.
“Es interesante de verdad. A veces siento que necesito pedir disculpas por las decisiones políticas de mi país, al que amo. Pero también aprendí a amar Europa y su cultura, al menos en Catalunya me encanta. Me fascina la comida de aquí, la gente y el modo de vida. Siempre tienen algo para celebrar y esos detalles se agradecen”.
Es increíble la progresión que ha tenido este corredor, que en apenas tres campañas se metió de lleno en la élite del pelotón y está a un paso de convertirse en jefe de filas.
“Ha sido una progresión sorprendente la verdad. Nunca lo hubiera imaginado, ni mucho menos ir al Tour de France. Esto es lo bello del ciclismo y la vida: nada tiene un camino lineal predeterminado. Puedo estar orgulloso de lo que hice estos tres años, y me da motivación para ir por más. Me genera mucha confianza”.
Prepárense amigos, Sepp Kuss está listo para dar el salto que le falta. David Hunter
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Gregário de oro, llegó su momento para brillar como jefe de filas.