Después de venir fugado desde el principio de la etapa y trabajar en los últimos 12 km con Lennard Kämna pegado como una lapa -obviamente sin dar relevos-, intentando cazar al compañero del alemán, el otro teutón Maximilian Schachmann, que marchaba en punta con más de un minuto de renta, a Daniel Martínez le sobraron fuerzas, sangre fría y calidad para deshacerse de la superioridad numérica de los hombres del Bora y ganar la etapa 13 del Tour de Francia 2020. Eso sí, con mucho suspenso y no menos angustia.

Exultante, y no es para menos después de su sufrida y hermosa victoria esto dijo Daniel en línea de meta a la TV oficial del Tour: “Me sentí muy bien, con las mismas sensaciones que traía en el Dauphiné”, explicó Martínez. “Después de esa caída fue una gran miseria, tuve un par de días malos. Sin embargo, recuperé las buenas piernas y pensé: “Todavía puedo ganar una etapa”
Es indudable que tras el buen nivel mostrado a principios de año antes del parón y tras ganar el Dauphiné, las expectativas entorno a Martínez eran razonables para este Tour de que hiciera un papel destacado. Pero la mala suerte con la caída en la etapa 1 amenazó con hacerle pasar la ansiada ronda gala en la sombra. Por suerte hoy recobró su mejor versión a tiempo para regalarse una victoria de las que quedan en el recuerdo de los aficionados por el coraje, derroche y lo difícil y luchada que resultó.
“¡Ganar una etapa en el Tour de Francia es algo increíble! Cuando Schachmann se veía tan solido con más de un minuto y solo 12 km por recorrer, salté para intentar acercarme y si no cedía él, al menos luchar por el segundo lugar. Pero luego empecé a tirar con todo lo que tenía y no acercamos gradualmente. Ahí vi que había chances reales”, confesó el ganador del pasado Criterium du Dauphiné.
Cuando cazaron -o mejor dicho cuando Martínez cazó a Schachmann-, Kämna intentó contraatacar, pero Daniel lo cerró impasible y se quedaron solo los dos en punta, algo que ya era más igualado. El alemán volvió a lanzar otro latigazo, pero Daniel lo cerró y ya le comió la moral. Se fue haciendo alarde de derroche de energía, poniendo paso y, en el agónico sprint, simplemente tuvo más resto, consiguiendo quizás la victoria más bonita e importante de su prometedora carrera.
“Cuando Kämna continuó, lo intentó y no pudo. Después, pensé que estaba hecho. Me sentía más fuerte que él al sprint. La vi clara, pensé que iba a ganar. ¡Y eso también me funcionó!”, dijo complacido Martínez, quien ya había quedado lejos en la general y aprovechó la libertad para mostrar sus buenas piernas.
Gran victoria que remató un magnífico y ambicioso planteamiento del EF Pro Cycling, que metió tres hombres en la fuga buena de 17 corredores, haciendo bueno el esfuerzo. Además, su líder Rigoberto Urán se mantiene en la lucha por la general.