Por @pmpalermo
Finalmente, habrá un Quintana en el Giro, pero no Nairo, sino Dayer. El hermano menor de la saga volverá a la ronda italiana donde se estrenó en grandes vueltas durante 2015, lamentablemente, con malos recuerdos por una brutal caída en la etapa 2 que lo mermó el resto del evento.
No sólo eso, sino que el atleta que acudirá a la Corsa Rosa es uno mucho más maduro, puesto que le cambió la cabeza desde su título en San Luis hace unos meses. “Esa victoria significó mucho ya que fue en un lugar especial y con gente importante para mi”, dice el tunjano en exclusiva con ciclismointernacional.com
Pero arrancar el curso de semejante manera no sólo modificó la forma de ver las cosas para nuestro invitado, sino el modo en que los directores y compañeros de Movistar empezaron a tratarlo. “Mi balance del año es muy bueno porque conseguí mi primera victoria por etapas”, comenta. “Sin embargo, lo más importante es que gané un punto más de confianza con el equipo. Ellos se dieron cuenta que cada año he mejorado más y me recompensaron llevándome a carreras de mayor nivel como la Volta a Catalunya o el Tour de Polonia”, sigue el expolicía.
Curiosamente, esas “carreras importantes” no incluyeron ninguna de las grandes vueltas, cuestión a la que Dayer escapa con amabilidad pero sin explayarse. “No puedo hablar de eso, son cuestiones internas del equipo”, zanja.
No obstante ello, tal como anticipamos en el inicio, el Quintana menos famoso volverá a competir en una ronda de tres semanas en 2017, más especificamente en el Giro. “Hay una enorme chance de que me lleven allí, donde mi tarea será la misma que en 2015, trabajar para el líder. Como dije antes, podría ser que el equipo me esté recompensando con esto”.
Ducho en las artes de lidiar con la prensa, Dayer evita muy bien la siguiente y obvia consulta. “¿Quién será el líder? No lo sabemos, está por definirse”, dice entre risas, para luego ampliar respecto a sus funciones en mayo próximo. “Quiero trabajar, porque en el Giro que corrí aprendí mucho sobre eso, de la labor conjunta y apoyar al capitán en momentos clave”.
Por supuesto que no descarta algo de lucimiento personal. “Sé que es muy duro rendir a ese nivel, pero me preparo cada año para eso y espero estar a la altura. Ganar una etapa sería un sueño, el de todo ciclista supongo”.
A punto de iniciar su cuarta temporada en Movistar, tanto el colombiano como sus patrones tienen un poco más claro qué esperar de él. “Es cierto que al principio me enviaron a las clásicas, pero eso fue más para que gane en técnica que otra cosa. En la escuadra entienden que mi fuerte son las carreras por etapas”
Dayer tiene la bendición o maldición -según se lo mire- de portar un apellido ilustre, algo con lo que puede vivir sin problemas porque considera que ha probado su valía. Y en parte tiene razón, ya que dianas en la compleja etapa “reina” del Tour de Austria 2014 y la general de San Luis en enero último lo avalan. Aunque no es lo único.
“No me molesta para nada lo que la gente piense. Sé que no estoy por ser el hermano de… porque ya he demostrado que puedo ser parte de un equipo como ese”, exclama, y casi enseguida, descubre otra cara de su trabajo de la que pocos saben.
“Soy el hombre de confianza de Nairo fuera del equipo, para que él pueda estar tranquilo. Hablamos de todo, tanto de la bici como de otros temas”, descubre. “Claro que me gustaría ser su guardaespaldas en competición”, prosigue
Tampoco es que el campeón de la última Vuelta a España lo necesite constantemente, ya que no sólo parece inmutable, lo es. “No lo he visto en crisis, él siempre sabe resolver las cuestiones aunque se sienta en conflicto. Siempre ha sido independiente y es muy fuerte, en todo sentido”, confiesa esta suerte de Prudencio Indurain de la actual estructura de Unzué.
Con eso en vista, más los resultados propios, es factible que el “otro Quintana” extienda su vínculo con la formación ‘telefónica’, porque no es ningún misterio que su contrato expira en 2017. “Ya estamos en charlas sobre ello, pero hay intenciones de renovar por dos años”, apunta.
Evidentemente, el próximo será un curso clave para Dayer, un ciclista con buenas condiciones que, además de luchar contra los rivales, debe lidiar con las comparaciones obvias y las acusaciones de acomodo por parte de gente con envidia.
“No me siento obligado por mi apellido, quiero destacar y hacerlo bien o ganar algo por mí, porque lo necesito”, concluye el boyacense. Y ojalá logre su cometido, puesto que mientras su hermano sea “Rey”, la lupa se posará con más énfasis sobre sus acciones y las de quienes lo rodean.
Pablo Martín Palermo
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