Mientras algunos equipos de ciclismo viven en la prehistoria en cuanto a lo comunicativo con el público, otros tratan de vincularse más con la gente, especialmente en épocas de plataformas y redes sociales que lo permiten. Uno de esos conjuntos desde hace tiempo es Visma – Lease a Bike, conocida por sus videos de detrás de escena de sus corredores y competiciones. Obviamente, desde el punto de vista propio, pero algo muy bienvenido en un deporte que a veces se caracteriza más por el secretismo que por la apertura al público. Uno de los contenidos que hizo tendencia este año fueron los “vlogs” hechos en competencia por Victor Campenaerts, nueva incorporación de la escuadra, en los que suele aparecer el estadounidense Matteo Jorgenson. Pero lo que pocos saben es que antes de reunirse en Visma, las actuales manos derechas de Jonas Vingegaard se llevaban fatal.
¿Fruto de la armonía interna?
Así lo admitió Jorgenson en un video publicado por Visma en donde mostró un poco de su casa y sus rutas de entrenamientos. Allí habló precisamente de Campenaerts.
“Este año hice una nueva amistad con Victor. Al principio, sin embargo, era una especie de enemigo mío en el pelotón. No nos llevábamos bien antes. Simplemente no lo conocía. Y si no conoces a alguien y hay tensión entre ellos, fácilmente te conviertes en enemigo”, indicó. “Cuando lo conocí en la primera reunión del equipo hace un año, me derribó por completo. Ahora somos muy buenos amigos. Hacemos los vlogs juntos. Era como dos chicos viajando todo el año, viviendo su sueño juntos. Es una amistad realmente hermosa e inesperada”, afirmó Jorgenson, quién más que problemas con su equipo, los tuvo con ciclistas de otras formaciones: la incompresible fijación de Tadej Pogacar en él y la ocasión en la que pidió que Israel – Premier Tech se retirara de La Vuelta son dos ejemplos.
Tal vez esto hable bien de la cultura interna de Visma que supo tejer desde hace varios años y que contrasta, en ocasiones, con la de UAE. La dirección de la formación, en ese sentido, supo ser veloz en neutralizar los potenciales elementos de conflicto: tanto con Primoz Roglic como con Cian Uijtdebroeks le dieron la chance de romper contrato para poder tener las oportunidades que buscaban en otros equipos, en lugar de pretender aferrarlos. Tal vez este también sea un motivo -además del monetario- por el cual tampoco se han fijado en fichar a Juan Ayuso como a Remco Evenepoel, pese a estar disponibles en el mercado y pese a que la escuadra necesita de un segundo vueltómano.
De enemigos acérrimos a colegas inseparables en Visma
Tanto Jorgenson como Campenaerts corrieron juntos en la París-Niza, el Critérium du Dauphiné, el Tour de Francia y la Vuelta a España -siempre a servicio de Vingegaard-, además de las concentraciones de entrenamiento previas al Tour, lo que les permitió pasar varios meses juntos en la carretera. El ánimo que Campenaerts es una forma de mantener a los demás motivados, y Jorgenson lo disfruta. “Lo mejor de los vlogs era que no me decía nada de antemano; nada estaba preestablecido. Simplemente me encontraba en el autobús y me sorprendía con la cámara mientras hacía algo; simplemente funcionaba a la perfección”, indicó.
Su anécdota favorita del año fue cuando Campenaerts le contó que Jan Ullrich calentana un bote de Nutella en el microondas y se los bebía, a lo que el exganador alemán del Tour de France admitió a través de un video en donde les respondió a los ciclistas de Visma. “Nunca lo olvidaré. Me reí muchísimo porque pensé que Victor se lo había inventado. Sonaba ridículo. Así que le pregunté a Ullrich si era cierto, y al día siguiente respondió tomándose un tarro de Nutella. Nunca olvidaré el alcance que pueden tener esos vlogs; son divertidísimos”, concluyó.
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