De Gendt: “Brailsford tiene un patrocinador rico que parece poco afectado por la crisis”

Por Oscar Trujillo Marín

Hace unos días, Sir Dave Brailsford dio unas categóricas (y polémicas) declaraciones acerca del Tour de Francia desplazado a septiembre por fuerza mayor esta temporada: “Nos retiraremos si no es lo suficientemente seguro”, dijo el patrón de INEOS. Hoy, algunos corredores como De Gendt, muestran la otra cara de la moneda.

“Nuestros patrocinadores no pueden permitirse eso”, replicaron otros conjuntos, entre ellos Lotto Soudal en boca del mismo De Gendt, CCC y Deceuninck-Quick-Tep.

Los ciclistas han reaccionado a esta postura (cuando menos soberbia y poco solidaria) del equipo más poderoso del pelotón argumentando su disposición a correr. “Brailsford tiene un patrocinador rico, que parece estar poco afectado por esta crisis, están vendiendo insumos para combatir la pandemia en todo el mundo; incluso dentro de la misma crisis puede permitirse una posible suma global a sus activos”, dijo Thomas De Gendt en Het Laatste Nieuws, donde también se recogen declaraciones de otros colegas ciclistas.

“A Lotto y Soudal todavía le gusta aparecer en las fotos de las carreras y necesita hacerlo. Yo mismo me juego este año un nuevo contrato, si hay luz verde confirmada para las competencias necesito estar allí este curso”, matizó el belga, actual rey de las fugas épicas.

Por su parte, en Deceuninck tienen una postura similar. Tom Steels uno de los directores de la formación de Lefevere dijo: “Confiamos en las precauciones que tomará la organización. Nosotros, como equipo, haremos lo mismo. Al igual que los corredores en el pelotón: soplar, escupir… será severamente reprendido. Así es como debe ser. Si todos usan su sentido común, no hay problema”.

Los corredores profesionales consultados creen que es posible competir, que la afluencia a las pruebas será menor de forma natural, y que la gente que desee asistir tiene la suficiente inteligencia y responsabilidad para mantener un distanciamiento mínimo recomendado, la lección ha sido suficientemente dura para la humanidad y está aún vigente.

En relación a ello, De Gendt opinó: “Espero como máximo, la mitad de la cantidad normal de personas que visitan el Tour”, dice Thomas. “Ya lo viste en París-Niza, al comienzo de la pandemia. No hubo esa presión con público a la que estamos acostumbrados en el curso, pero la carrera fue emocionante cada día y muy atractiva para el espectador, son circunstancias excepcionales y como tal hay que proceder”.

Serge Pauwels (CCC) coincide con el belga y además resalta que el flujo de gente será menor al quedar el Tour fuera de temporada de vacaciones en Francia y Europa. Eso lo hace diferente a cualquiera que se haya vivido jamás.

Aunque los organizadores tendrán que ser rigurosos limitando al acceso a los grandes puertos de montaña, piensa Pauwels. “Ciertamente, en los grandes y conocidos puertos tendrán que limitar la cantidad de los espectadores, se pueden expedir unos cupos de gente acotados”.

De Gendt es optimista: “Bastante gente mantendrá su distancia por iniciativa propia, esto lo hemos aprendido todos durante estas duras semanas. No habrá afluencia masiva este año, ni se espera ni hay forma, sino más bien en grupos, aislados repartidos a lo largo del trayecto. Muchos se pueden quedar en casa, abstenerse por miedo ”. Según Pauwels, el distanciamiento social ahora está bien establecido.

Steels está de acuerdo. “No los subestimes. Las personas con lo que nos ha sucedido este año han tomado una visión diferente de cómo comportarse en grupos” El belga del Deceuninck hace alusión a que, a pesar de que ellos, en su país, si pudieron siempre rodar, y ni Bélgica y su vecina Holanda impusieron cuarentena, el espíritu cívico responsable de la gente ha sido la tónica y salvo excepciones, la gente en la calle se ha comportado de manera civilizada y consciente evitando aglomeraciones.

Quizás la gente olvida que los borrachos, exhibicionistas, perturbados, fanáticos en busca de sus 15 segundos de burda gloria ante la cámara, y demás trogloditas que corren disfrazados como posesos gritándoles a los ciclistas a pocos centímetros de su cara, tocándolos y dejándoles el nauseabundo tufo de alcohol, los mismos que suelen acampar en grupos pasando sus etílicas vacaciones en las montañas francesas por donde pasa la carrera, turistas galos y de toda Europa, este año, siendo septiembre ya estarán laborando. Así deberían estar siempre en julio también, y si fuera posible el resto de sus vidas mejor.

Ellos suelen ser los imprudentes, los inconscientes, los que causan accidentes, los necios, los nacionalistas con fijación de agitar peligrosas banderas a pocos centímetros de las ruedas de las bicicletas y los irresponsables que corren en hordas delante, detrás y al lado de los corredores. No es el ciclismo lo que los suele mover, asisten a la carrera como si fuera un festival de música para adolescentes hooligans, a embriagarse y hacer el tonto viral, como si el Tour de Francia fueran un carnaval para universitarios desatados.

Porque cuando el Tour pasa por zonas rurales, pequeñas poblaciones y aldeas la gente sale enfrente de sus casas a aplaudir y animar de manera respetuosa, sin cruzarse, como si fuesen homínidos racionales sin mayores problemas. Vamos a confiar en ello. Puede que mucha gente de ciudad necesite ir a sacar su frustración y represión en vacaciones en medio de los excesos más pueriles y vergonzosos, pero la gente de pueblo y campo aún le funciona el sentido común, no suelen ser tan civilizados.

Oscar Trujillo Marín¿Te gusta lo que hacemos? seguínos en Instagram y TwitterSumate en facebook: Ciclismo Internacional

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