Debusschere: “Si preguntas al pelotón por Moscón, el 90 % tiene una opinión negativa”

Por Oscar Trujillo Marín

El pistoletazo de salida para la temporada de clásicas del norte de Europa se dio este fin de semana con la Omloop Het Nieuwsblad (World Tour) y la Kuurne-Bruselas-Kuurne (Proseries 1. pro). Las merecidas victorias de Stuyven (Trek-Segafredo) el sábado en la primera, y Asgreen (Deceuninck) en la jornada dominical, nos dejaron ver la cara más noble esforzada y bonita de este deporte.

Por desgracia, la parte negativa la protagonizó una vez más (y ya van muchas), Gianni Moscón con su comportamiento intolerante, violento y anti deportivo que, por reiterado, ya empieza a ser insoportable. Las imágenes las vio todo el mundo y no dejan margen para defenderlo. Pero mejor que lo explique el propio agredido y afectado por la pésima educación emocional (y educación a secas) del italiano, tan buen corredor como impresentable sujeto.

Jens Debusschere, preguntado por el incidente, declaró a un grupo de periodistas que lo buscaron al final de la etapa. “Yo no me caí, pero me encontré con la montonera y no pude evitar deslizarme por la zanja. Cuando intenté levantarme me tiraron con violencia una bicicleta en la cabeza, tuve que levantar la mano para que no me diera en la cara, pero me impactó con el aro de la cadena en la misma mano y la muñeca. Estás lleno de adrenalina, en ese momento pensé en golpearlo, pero fue más poderoso el deseo de incorporarme e intentar regresar al grupo. Solo me preocupaba no perder la estela del lote. En este tipo de carreras si te quedas un poco no entras ya”, declaró a Cyclingnews el  ex campeón belga de ruta (2014).

Por la alta temperatura y el estrés, el corredor solo se enteró poco después que llevaba algunos cortes en la muñeca y la mano, uno de ellos profundo que sangró durante los 70 km restantes hasta la linea de meta. Luego Jens, quien antes que enfadado se encontraba decepcionado, desolado por tan lamentable reacción de Moscon añadió: “Hizo algo  absurdo, innecesario y desconsiderado con sus colegas que estábamos igual de jodidos que él por el accidente”. Enseguida añadió: “Pero cuando ves quien es, no resulta extraño, varias veces han pasado accidentes y conductas despreciables siempre causados por la misma persona, no es casualidad”.

“Me da igual que lo sancionen con todo el rigor que quieran, no me importa, porque no se trata solo de este incidente, hay muchos más. Si preguntas por él en el pelotón el 90 por ciento de los compañeros tiene una opinión negativa”, dijo el corredor que a pesar de todo, no se quiso retirar y llegó en el puesto 120 a siete minutos de Asgreen.

Después de esto le va a resultar muy difícil al impresentable e irascible italiano respirar y menos pedir un favor en el pelotón internacional, que ha reaccionado de manera unánime condenando su bárbara agresión. Si no lo querían mucho antes, ahora va a ser peor, pero se ha ganado ese rechazo a pulso.

De poco le sirve a Moscon que la valoración de su calidad como corredor sea casi unánime entre prensa, entendidos y aficionados. De no mediar un cambio radical -y casi milagroso- será un talento malogrado más por falta de cabeza y un carácter horrible que no parece poder controlar. Su problema es que eligió ganarse la vida como deportista, y su comportamiento no está a la altura del espíritu del deporte y menos la imagen de matón de bajos fondos que da.

Por último, Debusschere (corre para el modesto Vital Concept–B&B Hotels) con una humildad que le honra explicó: “Obviamente, hay más respeto en el pelotón por los corredores de los equipos grandes o muy ganadores. Les das algo de espacio, los dejas pasar. Ese es el caso con Deceuninck o Ineos. Pero eso no significa que tengan licencia para agredirte o atropellarte. Hay una gran diferencia cuando lo comparas con alguien como Luke Rowe, que siempre será tan cortés y correcto como uno puede ser en un pelotón. Con Moscon, ese no es el caso. Al parecer es su personalidad, ya está grandecito, lo sigue haciendo y eso no va a cambiar “.

No hace falta anexar la cantidad de tweets de cuentas personales de corredores que manifestaron su solidaridad con Jens y su condena y repudio por la absurda, reiterada  y violenta conducta de Moscon. No hay tanto espacio. Por cierto, ya es la quinta vez que Gianni protagoniza incidentes ruines en el pelotón y no es un niño.

Cuando era adolescente había una vieja canción de Gary Glitter (Rock and Roll part 2) un clásico setentero del glam rock, que me parecía absolutamente poderosa, enérgica, me levantaba el ánimo y la consideraba muy bien lograda. De hecho, esa misma canción retomó una inesperada fama al incluirla en la banda sonora de “El Guasón” el año pasado. A mi me seguía gustando de grande, pero hace unos diez años leyendo la prensa me enteré que Glitter ha sido acusado varias veces, es reincidente y condenado por pederastía, abuso y violación reiterada de menores en Vietnam, Camboya y finalmente en el Reino Unido, su patria, (donde purga pena de 16 años desde 2015)

Desde que supe eso, hacía adelante, ya no pude disfrutar más de su talento, magia o arte y menos de la canción sin pensar en lo mala persona que era Glitter. Decir que hay que separar “la obra del artista” suena bonito a menos que te des cuenta que el artista es despreciable y nunca quiso dejar de serlo. Lo siento por Gianni Moscon, quizás le sobre arte para andar en bicicleta, pero me cuesta mucho separar la obra del artista cuando el artista se empeña en seguir siendo un energúmeno.

https://twitter.com/i/status/1234123055238189058

Oscar Trujillo Marín

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