Diario de un ciclista profesional (XI)… René Corella
Por René Corella
El calor nunca fue un factor
Estoy de vuelta en Bélgica después de 5 días en Doha, Qatar. Luego de una experiencia inolvidable, quisiera contarles lo qué pasó esos días.
El miércoles empecé a las 6 am, tenía que tomar un tren a la estación desde Amberes al aeropuerto de Bruselas. Salí con mucha emoción, estaría representando a mi país ese fin de semana. No solo en un evento a nivel continente, estaría alrededor de los mejores ciclistas del mundo.
Tomé mi vuelo con tres escalas, mi primera parada en Londres, para así viajar 6 horas a Bahrain y concluir con un vuelo de 25 minutos hacia Doha. En total fueron 11 horas de viaje contando mis escalas, largo pero la emoción me ganaba.
Estaba en el Medio Oriente, cosa que jamás imaginé. Sabía que estaba preparado, tuve la dicha de que mi entrenador Ashley David Knights me acompañara en este viaje, fue de gran ayuda para mi preparación para el gran día. Los días se me fueron volando. Los nervios no se hicieron presentes, sabía que estaría listo para la carrera.
El día llegó, domingo 16 de octubre del 2016, un día que jamás olvidaré. Empaqué todo en mi maleta y subí mi bicicleta Vaxes al carro rumbo al estadio Khalifa, lugar donde nos estarían esperando cubículos. En mi caso, al ser el único representante de mi país, compartí el cubículo con nuestros hermanos argentinos. 10:15 llegó la hora, salí rumbo a la firma, hice lo de siempre, me tomé mi carbohidrato antes de arrancar, me encomendé a Dios para que me y nos librara de cualquier caída durante la carrera, todo lo rutinario salvo con más motivación que nunca.
Mi país fue uno de los últimos en escucharse para poder pasar a línea de meta. Sentí una rabia, rabia de sentir que era simplemente relleno. Jamás había sentido una necesidad de hacer notar mi patria como debe de serlo. Me tocó la salida y a mi lado se colocó el hermano latinoamericano Fabricio Ferrari con el que charlé un poco, una persona bastante agradable.
La carrera comenzó con 10 km de controlada, para dar inicio a lo que serían casi 260 km de carrera. Los ataques iniciaron, sabía que debía tomarlo con calma e inteligencia. Tenía que estar en la fuga. El número de los demás equipos me mataba, conjuntos de 9 o 6. ¿Qué tenía que hacer? Fugarme. Era la única manera en lo que podría estar adelante cuando los equipos se formaran y, en efecto, la busqué y la encontré. Me fui con seis corredores más, un recorrido plano con mucho viento, cosa que sé manejar bien, pues me sé mover bien en el viento, y más en el desierto.
La distancia entre nuestra fuga y el pelotón empezó a crecer, tanto que llegamos a los 11 minutos de diferencia. Todo iba tan bien. Después de pasar casi dos horas, empecé a sentir que algo no andaba bien. Mis piernas ya no respondían. No lo entendía, me hidraté bien, comí bien, no sabía qué pasaba. Mi cuerpo se apagó, intenté simplemente pegarme a la fuga sin colaborar, pero fue inútil.
Tanto fue el resultado de esto que no pude seguir, me había quedado de la fuga sin ningún calambre en mis piernas. A los minutos me pasó el grupo de Sagan junto con los favoritos, intenté pegarme y lo hice, pero me fue inútil seguir ahí. Había algo mal. Me pasó el segundo y tercer grupo. Era un hecho, mi cuerpo quería parar. Lo llevé al límite y lo llevé a La Perla con toda la energía que me quedaba. Entré a La Perla con tres corredores más y encontré el circuito cerrado. Los jueces nos pararon.
Estaba devastado, sentía una gran tristeza y una frustración que me causaba tanto dolor. Cuatro de mis compañeros de fuga estaban en el grupo puntero, y todos ellos entraron entre los primeros 20 corredores. Yo pude a haber sido uno de ellos. Podría haber demostrado al mundo de lo que sé hacer y lo que los mexicanos podemos lograr. Quería distraerme con cualquier cosa pero no me fue posible.
Esa tristeza me seguiría y hasta el día de hoy lo hace. Fracasé en traerle una alegría a mi país y a mis paisanos. Quiero pensar que esto solo evitó que me accidentara como se pudo ver en la carrera. La táctica fue la perfecta, pero el cuerpo no lo fue y hasta hoy aún no sé qué pudo haber pasado.
Solo me quedo con la satisfacción de haber brindado esperanza a todos aquellos mexicanos que anhelan ver a nuestro país en el mapa, que tienen hambre de ver a su país en los podios de las mejores carreras del mundo.
Esto no se acaba aquí y seguiré luchando para que mi México suene en la boca de todos. Sé que soy capaz, así como sé que la nueva generación de ciclistas mexicanos puede lograrlo.
Esto no se acaba…
Un saludo a todos y hasta la próxima.
René Corella, profesional con Start – Vaxes Cycling Team
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Sencillo no fuiste bien preparado
Como Mexicano estoy orgulloso de ti y como tu amigo y de tu familia mas por esos valores qye tienes y el coraje para seguir adelante. Como le digo a mis hijos esto recién INICIA . Vamos con todo Rene estamos contigo
Rene, al principio no me gusto tu fuga, pero despues de leer y reflexionar, creo que fue lo mejor que hiciste, te diste a conocer, y lo que te paso, le pasa hasta los mejores corredores, ya viste Nayro en el Tour por mas que quiso no podia. Asi que animo, creo que vas por buen camino.
FELICIDADES
los inicios de estebam chavez con el orica fueron igualmente desastrozos,en las clasicas quedaba en el lote colero ,pero mire con constancia ,lo que ha logrado.felicitaciones por su esfuerzo .
Al final del día un resultado que ya se les esta haciendo costumbre a los ciclistas mexicanos cuando participan en eventos de primer orden….DNF.
Vamos René, fuerza, a seguir entrenando. Estuviste bien en intentar la fuga. vi la carrera y faltando 178 km belgica y gbr atacan y se cortan del pelotón, hay una curva a la derecha y luego se te ve herido mientras te pasaban, y pensé uh pobre mexinano, se está quedando. no me di cuenta que eras vos.
Animo Rene !! Creemos en ti, Vamos por mas, un Abrazo